Arantza, Aitziber, maite zaituztegu!
Escribimos estas líneas como amigos y amigas de Arantza Zulueta y Atziber Sagarminaga, queriendo expresar lo que, suponemos, pasará por la cabeza y el corazón de otras muchas personas allegadas al resto de detenidos en la última redada o de quienes han pasado por circunstancias semejantes, que en nuestro pueblo son muchas, demasiadas.
Unas líneas escritas con tranquilidad, dejando pasar el tiempo, pero desde la rabia y la impotencia por lo ocurrido, por todo lo que se ha dicho sobre ellas y por no poder hacer mucho más que escribir esta carta o intentar hacer un gesto de solidaridad y denuncia, convocando junto a un grupo de vecinos una movilización el viernes en el Casco Viejo, que ahora quieren prohibir. ¡Ni la solidaridad pueden soportar!
Pero son líneas escritas sobre todo desde el cariño hacia dos personas que conocemos bien y que, como decimos en el título, queremos más. A no ser que querer también este prohibido. Por desgracia, no es una situación nueva ni para ellas ni para su familia; tampoco para nosotros, aunque eso es lo de menos.
La redada contra el grupo de interlocución de los presos y presas realizada en vísperas de la manifestación convocada por iniciativa -luego prohibida- Tantaz Tanta, nos ha vuelto a arrebatar a dos buenas amigas, dos mujeres que conocen bien la dispersión y la política de venganza que se ejerce en las prisiones, porque la han padecido, y porque han dedicado tiempo y esfuerzo a combatirla.
Vimos como se las llevaban, después de muchas horas de incertidumbre y, de alguna manera, aunque nos aferrabamos a lo contrario, pensando que esta vez no, que en los tiempos que vivimos no iba a pasar, eramos conscientes de que no las iban a dejar libres. Habían montado la operación con objetivos claros, ellas eran sus trofeos y así las han exhibido.
Tal vez en nuestro fuero interno queríamos pensar que no ibamos a asistir a más operaciones de este tipo; no parece que tenía mucho sentido, ¿no? Al fin y al cabo su labor era pública, así lo habían anunciado y ese es el trabajo que estaban desarrollando. Un trabajo que da frutos que al parecer, a algunos les resultan incómodos porque les dejan sin argumentos. Suponemos que hasta eran muy conscientes de que estaban siendo controladas. Pero, mira por donde, ha sido que sí, se las han llevado, y con la misma saña o más que en ocasiones anteriores.
Nos las han presentado en formato de linchamiento humano y personal, a golpe de insultos y mentiras dictadas por el manual de turno; sobre todo a Arantza, como una especie de monstruo, un animal, una persona fría, distante, aislada... No sabemos quién habrá dictado el texto a esos supuestos periodistas, pero cualquiera que conozca a Arantza y Aitziber, quien haya disfrutado de su amistad, sabe que es mentira. ¿Qué Arantza no tenía amigos? Bueno, bueno, ... la lista no cabría en esta página, ¡aunque a algunos nos tenía contentos! Qué estaba sola en el mundo, aislada,... Jodeeee..! qué mal nos han seguido los maderos de turno! Porque si la han seguido como dicen, tienen que saber de sobra que todo eso son patrañas.
Por no hablar de compromiso, de dedicación, de disposición a cualquier hora y en cualquier lugar, a ese trabajo de psicología permanente cada vez que se le acercaba alguien a pedir consejo, a buscar apoyo. Una actitud que en demasiadas ocasiones le suponía relegar su tiempo libre, sus momentos de tranquilidad y disfrute, para atender a tanta y tanta gente que le ha requerido. Pero amiga de sus amigos, que somos muchos y muchas.
En fin, creemos que sería interminable la lista de personas dispuestas a mandar al carajo a esos ‘juntaletras’ frustrados que han querido ensuciar vuestras vidas. Además de dar náusea, destilan cobardía. Entre todos ellos no juntarían ni una mínima parte del cariño y solidaridad que sois capaces de reunir vosotras.
Es eso, el manual de turno, la guerra psicológica y de propaganda. Hay que demonizar a las personas, presentarlas como seres crueles, marginales, sin valores, sin entorno, sin vida... Está claro que en el todo vale también entra remover en la vida personal, adaptarla a las necesidades del guión, publicar nombres o inventar situaciones y relaciones que no son,... solo para alimentar el morbo y justificar la redada de turno; nada nuevo en el horizonte más allá de la necesidad de incrementar el daño a las afectadas y a sus familias.
Pero da igual Aran; no importa, Aitziber; quienes os conocemos sabemos lo que hay; la risa, el humor, la alegría, han sido también armas con las que nos hemos sabido enfrentar estos duros años a lo que nos ha tocado, que no ha sido poco. Y no nos van a quitar eso. Y tampoco el cariño hacia vosotras, aunque ahora nos vuelva a tocar mandarlo por carta, o en las cortas visitas a las que nos condena la dispersión.
Y si lees esto, Aitziber, cuídate mucho, un poco más que el resto, en la medida de lo posible, ... ya sabes por qué lo decimos.
Ánimo, besos y hasta pronto.
Gracias por todo lo que hacéis!
(*) En nombre de: Manoli, Andone, Dabi, Ainhoa, Jonu, Arriola, Iñaki, Maite, Txupon, Oihana, Tata... y muchos más