Armas y más armas preparadas para armarla
La música, además de ser un elemento que amansa a las fieras, también es un buen instrumento para comprender la realidad de un momento determinado. Hace ya 40 años, cuando yo era chaval, varios grupos musicales de forma irrevente y cargados de ironía se hacían eco de las amenazas y advertencias que desde determinados estamentos políticos se vertían sobre la posible amenaza nuclear soviética. Así, los madrileños Polansky y el Ardor clamaban: ¿Qué harías tú en un ataque preventivo de la URSS?
De este modo, hace casi medio siglo, asistimos a toda una ofensiva mediática de una más que dudosa agresión -así lo ha demostrado el tiempo-, para justificar el ingreso del Estado español en la OTAN y gozar del paraguas de «seguridad» del eje atlántico.
Hoy, transcurridas cuatro décadas, aquellos que, con los lemas "OTAN de entrada no" y la posterior pirueta ideológica del "Vota sí en interés de España”, nos metieron de lleno en la institución belicista, vuelven a bombardearnos con mensajes apocalípticos de la posible amenaza rusa. Para ello, nos presentan a Putin como un personaje lunático y agresivo, capaz de cualquier locura, como la realizada en Ucrania. No obstante, ocultan de forma consciente la violación por parte de la OTAN y sus acólitos de los tratados firmados tras la caída del telón de acero, y que aseguraban la desmilitarización de la frontera este de Europa. Acaso, ¿Kennedy fue tildado de majareta cuando la URSS instaló en Cuba bases balísticas y el presidente estadounidense amenazó con destruir la isla, provocando la conocida crisis de los misiles?
En la actualidad, empleando el eufemismo de la seguridad y la defensa y, tratando de evitar deliberadamente el pronunciamiento de la palabra rearme, nuevamente nos quieren vender como necesario el aumento del gasto militar para hacer frente al «inminente ataque ruso». Entiendo este esfuerzo por no emplear la palabra rearme, pues inevitablemente nos trasladaría a una época que precedió a la Segunda Guerra Mundial, cuando Alemania en nombre de la defensa de su pueblo, aceleró sobremanera la industria militar y precipitó los acontecimientos que desembocaron en una nueva gran guerra.
Así que cuando Pedro Sánchez habla de redoblar el presupuesto militar y nuestros conciudadanos del PNV ven en ello oportunidad de negocio para la industria vasca sin reparar en nada más, me echo a temblar. Parece que aquellos que proclamaban palabras de paz y diálogo para este pueblo se han olvidado de la vía diplomática como medio de resolución de conflictos.
Aprendamos de las lecciones de la Historia.