Balance final de curso en los Centros de Atxuri, Mugika y Solokoetxe
Nuestras demandas, básicas, están sobre la mesa: patio cubierto en Atxuri y zona abierta en Múgica, crear nuevos espacios para que nuestros niños y niñas no se vean obligados a jugar en los pasillos, ni a tener que pasar más de ocho horas sin salir de un edificio ruidoso y pequeño.
Las escuelas de Mugika y Atxuri, así como el instituto Solokoetxe, queremos destacar que finalizamos el curso con una valoración positiva. El esfuerzo que ha realizado toda la comunidad educativa ha sido enorme. Entre todas hemos sacado adelante un curso con muchos factores en contra, y eso ha sido gracias a la implicación del profesorado, el esfuerzo de las familias, y manteniendo el buen humor de las niñas y niños. ¡Aupa!
Aunque comenzamos el curso en setiembre de 2020 con dudas y miedos, desde el principio vimos que el derecho de nuestras hijas e hijos a una educación digna y de calidad era un tema secundario para nuestros dirigentes políticos. Algunos nos pusieron cuesta arriba el inicio de curso, pero desde las primeras semanas tomamos la medida a lo que se nos avecinaba y salimos a la calle tanto niñas y niños como jóvenes, familias, personal de comedores, profesorado e incluso asociaciones de vecinales de nuestros barrios.
A principio de curso todo estaba prohibido, todo era imposible y las peticiones que hacíamos tanto desde Mugika, y Atxuri como Solokoetxe no tenían cabida en las agendas de nuestras autoridades. Pero, el camino se hace andando, y así lo hemos hecho. Hemos conseguido utilizar espacios que eran imposibles de utilizar, mejorando en gran medida la calidad de vida del alumnado; la calle Santa María, las canchas de Atxuri o el pórtico de Santiago son ejemplos de ello. Hemos conseguido que estos espacios sean útiles para las niñas y niños de nuestras escuelas y los seguirán necesitando mientras no se dé una respuesta integral a las necesidades de las escuelas.
Hemos tocado puertas, todas las que hemos tenido a mano. Comenzamos con el Ayuntamiento, y todos los partidos políticos conocen ya de cerca las carencias de los centros de nuestros barrios y nuestras propias propuestas para solucionarlas. También hemos estado en el Parlamento Vasco, hemos explicado las carencias que sufrimos y hemos presentado propuestas a los representantes políticos de la Comisión de Educación para superarlas. Pero de vuelta no ha llegado ninguna solución. Hemos explicado claramente a todas que necesitamos una solución integral para que la oferta educativa pública y euskaldun de 0-18 años de los barrios de Alde Zaharra, Atxuri y Solokoetxe sea de calidad. Y también les hemos dicho que podemos construir la solución entre todas, esa es nuestra voluntad. Por lo tanto, necesitamos buscar una solución consensuada con toda la comunidad educativa, y para ello hemos solicitado la creación de una mesa que aglutine a todos los agentes implicados. Las propuestas unilaterales no tienen cabida. El PNV y el PSE, en la Comisión de Educación, han dicho que no a la composición de la mesa para tratar el tema, y si eso fuera poco, la respuesta a las preguntas realizadas desde los centros escolares de los barrios ha sido la siguiente; que nuestros edificios han tenido suficientes reparaciones en las últimas décadas y que los patios y espacios que tenemos actualmente satisfacen las necesidades de nuestras hijas e hijos. ¡Vaya morro!
Nuestros centros necesitan mejoras estructurales y organizativas que no se puedan solucionar con parches. La pandemia no ha hecho más que agravar todas estas carencias y hemos gestionado demasiados parches a lo largo de este curso que está a punto de terminar: en las entradas y salidas de la escuela de Atxuri hemos sido las familias las que hemos tenido que cortar la carretera con una valla para garantizar la seguridad de nuestros niñas y niños. Hemos convertido el gimnasio y la ludoteca en comedores para garantizar burbujas, pero reduciendo zonas de juego.
Nuestras demandas, básicas, están sobre la mesa: patio cubierto en Atxuri y zona abierta en Múgica, crear nuevos espacios para que nuestros niños y niñas no se vean obligados a jugar en los pasillos, ni a tener que pasar más de ocho horas sin salir de un edificio ruidoso y pequeño. O en el caso de Solokoetxe, para superar las carencias que supone tener totalmente delimitados los usos de espacios tan necesarios a estas edades.
Lo que está en juego es el bienestar de nuestras niñas y jóvenes, y lo único que pedimos es que el dinero público vuelva a la red pública, a los centros públicos de nuestros barrios.
Hemos puesto sobre la mesa soluciones junto a las peticiones, todas viables, pero han sido descartadas una tras otra: el local inferior de la escuela Mugika está disponible sin utilizar; convertir en un patio cubierto para la zona escolar uno de los párquines de la estación de tren de Atxuri (porque tienen dos) es una opción real, y ni que decir tiene el hall de la misma estación. Hijas de la Cruz se cierra y el edificio no se destinará a servicios educativos, y por supuesto, su alumnado ha sido «reubicado» en otra escuela concertada.
El próximo curso no lo podemos empezar en las mismas condiciones que lo cerramos en junio. No es justo, nuestras hijas e hijos no lo merecen, y lo único que pedimos es responsabilidad política. Hemos salido a la calle y lo seguiremos haciendo. Las familias, el personal de nuestros centros y el profesorado que formamos la comunidad educativa de nuestros barrios tenemos claro que tendremos que hacer oír nuestra voz bien alto, también en lo sucesivo. Somos conscientes de que una vez pasada esta pandemia, las carencias de la educación pública de nuestro barrio seguirá en el mismo lugar si no seguimos trabajando. Simplemente seguiremos actuando con la responsabilidad que requieren las circunstancias y nuestras niñas y jóvenes.