Iñaki Uriarte

BBK, Kolapso, cinismo y atentados

Proyecto rotundamente ilegal, incumple todas las legislaciones urbanísticas, arquitectónicas y medioambientales que le afectan y se impone sobre las preexistencias del entorno, pero quizá garantiza el espectáculo constructivo populista, arquitectura es otra cosa.

Hoy 21 de diciembre, Santo Tomás Eguna, antaño una entrañable fiesta y feria muy tradicional en la vida vasca y como tal patrimonio etnográfico se ha pervertido totalmente, especialmente en Bilbao y convertido, como otras tantas celebraciones populares, en un festejo consumista, en realidad un bebercio colectivo con una secuela de borrachería y suciedad. Las toneladas de residuos arrojados al suelo recogidas son la medida creciente del «éxito» muy en la línea que propaga, sin disimulo, el alcalde Aburto de la socialización del alcoholismo. Lo vernáculo se convierte en un mero disfraz disimulatorio. El festejo, convertido en un colapso de una muchedumbre que altera incluso la movilidad urbana, está patrocinado por la BBK.

Esta entidad bancaria patrocinó hace dos meses un espectáculo público denominado Kolapso creado por el artista urbano español SpY con una instalación efímera que duró 73 horas delante de Arriaga Antzokia de Bilbao. Consistía en una estructura metálica cúbica de nueve metros de lado en cuyo interior se colocó una esfera representando la Tierra y que con su estallido final, ya previsto, por interactuación de personas, finalizaba la intervención. Se pretendía concienciar sobre el problema de la sostenibilidad, invitando a tomar conciencia y adoptar actitudes con medidas correctoras; hasta aquí todo correcto y asumible.

Habría que analizar el impacto ambiental y económico que supuso la construcción y desmontaje de la estructura, los medios empleados, grúas, gases de motores, molestias, frente al teatro, y si tuvo el preceptivo permiso para acaparar un singular espacio público protegido culturalmente por la corrupta Comisión de Patrimonio de Bilbao, un grupo de funcionarios municipales, más dos figurantas, responsables por permisividad de la hecatombe cultural arquitectónica.

El acto estuvo acompañado de la declaración del presidente de la BBK, Xabier Sagredo, diciendo que la citada instalación pretendía «despertar una reflexión en cada uno de nosotros sobre la sostenibilidad y la conservación del medio ambiente». En ese nosotros, se supone que incluye a la BBK que en realidad transgrede esos principios tan elementales.

BBK y Urdaibai

Resultan inasumibles estas cínicas palabras cuando esta entidad desde hace ya tiempo está destruyendo el sentido y espíritu inicial de la Colonia Infantil Nuestra Señora de Begoña, actualmente Colonia BBK, en Busturia donde sigilosamente están atentando de nuevo contra este centro de forma manifiestamente ilegal urbanísticamente. El edificio multiusos para actividades escolares, reuniones deportivo-culturales se está convirtiendo en un enorme bar-restaurante, las huertas que tenían un sentido formativo como granja en educación de la naturaleza para la juventud han desaparecido, así como el abandono de la escuela de Medio Ambiente, los senderos internos rústicos convertidos en paseos mediterráneos artificializados con iluminación empotrada por los bordes. Todo ello parece una predisposición supeditada para atraer la maldición del turismo, la invasión de hordas de gentes sin escrúpulos con el contaminante consumismo como objetivo. Es decir, la agresividad contra la sostenibilidad y el medio ambiente como paradigma de la BBK.

No podemos olvidar como la BBK, se prestó al atentado previsto por la Diputación de intentar destrozar el sentido pedagógico, cultural, patrimonial y paisajístico pretendiendo ceder la Colonia Infantil de, entonces, Busturia y Sukarrieta, para aquella desgraciada intención de una ampliación del Guggenheim en Urdaibai que entre 2010 y 2011, finalmente conseguimos, no sin esfuerzos, paralizar y olvidar. El PNV, desde la Diputación, una vez más se mostró como un nato agresor cultural, y lo peor, continúa siéndolo.

BBK y el Museo de Bellas Artes

Recientemente, reaparece la entidad cómplice de agresiones patrimoniales, especialmente financiando, a la vez que patrocinando, el pluriatentado tramado por la Fundación del Museo de Bellas Artes de Bilbao (Gobierno Vasco, Diputación y Ayuntamiento) que se está perpetrando contra: su propia arquitectura, el Parque Casilda Iturrizar, el Espacio Arriaga y su escultura Euterpe de homenaje al músico bilbaino. En suma, el medio ambiente en su concepto total, patrimonio, naturaleza y paisaje cultural. Esta brutalidad en un edificio y lugar excepcionales de Bilbao, que al parecer, desgraciadamente, poco o nada importa a la mayoría de la sociedad más desmotivada que nunca, a la denominada intelectualidad de la ciudad, artistas y personas relevantes culturalmente, los escondidos y callados denominados Amigos del Museo, especialmente los críticos de arte que se han ocultado (el fallecido Xabier Saénz de Gorbea en "Deia" algo hubiese dicho) y un Colegio de Arquitectos entregado al poder político, es posible por la prevaricación y corrupción de políticos, funcionarios y técnicos de las administraciones cómplices, Gobierno, Diputación y Ayuntamiento gobernadas por el nefasto pacto vasco-español (PNV+PSOE).

El proyecto Agravitas (Foster fascinación), hecho ganador de un concurso fraudulento con un jurado previamente adecuado, éticamente comprado, con algunos miembros de relleno meros figurantes, aprovechando su ignorancia y desinterés por las bases del concurso, el significado de la arquitectura culta y nula sensibilidad ambiental. Entre los primeros culpables del corrupto proceso estaba Jorge (alias Gorka) Martínez Salcedo elegido solo por su cargo de director general de la BBK. Junto con otros miembros calculadamente nombrados aptos para ser sometidos a la condicionante, por solvente opinión del arquitecto Luis Fernández-Galiano habitual en los concursos que participa y consecuentemente gana, Foster&Partners, y de cuya Foster Foundation ha sido vicepresidente hasta antes de empezar este irregular concurso. Para empezar más corrupción imposible.

Proyecto rotundamente ilegal, incumple todas las legislaciones urbanísticas, arquitectónicas y medioambientales que le afectan y se impone sobre las preexistencias del entorno, pero quizá garantiza el espectáculo constructivo populista, arquitectura es otra cosa. Un revulsivo que atrajera a manadas de turistas ávidas de estímulos fotográficos, para nutrir a la industria cultural que se mide en porcentajes de incrementos anuales de asistentes, que no es lo mismo que visitantes.

Despropósito alentado por el actual director del museo, Miguel Zugaza, que desde su llegada a Bilbao sedujo a la estirpe política, incapaz por sus carencias de analizar que un proyecto es algo más que un dibujo, convenciéndoles de la conveniencia de una construcción firmada por la empresa de Foster, como así estaba previsto para el objetivo deseado.

Todo ello cuestiona severamente la credibilidad de la función cultural de la BBK en lo que respecta a la arquitectura, el patrimonio y la sostenibilidad, convertida en una mera institución bancaria con algunas acciones festivas de populismo masivo. Recordando que el patrimonio arquitectónico y el paisaje son una fundamental faceta cultural del medio ambiente.

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