Iñaki Uriarte
Observador social

Beatriz Artolazabal, impresentable

La señora Beatriz Artolazabal Albeniz (Zaramaga, Gasteiz, 1970, barrio de las criminales matanzas policiales del 3 de marzo de 1976), aspira a ser elegida alcaldesa por el PNV de Vitoria-Gasteiz. Un despropósito de candidata empezando por algo identitariamente fundamental en un partido que se presenta como nacionalista. Que una capital vasca pueda estar regida por una persona que no es euskaldun, iniciado ya el siglo XXI y considerando especialmente la época de su juventud, es un insulto a una parte importante de la ciudadanía. El PNV, muy acertadamente, protesta y en ocasiones recurre la marginación del euskara en las oposiciones de funcionarios, pero no tiene inconveniente en promocionar a sus afiliados que no lo son, como la alcaldesa de Barakaldo, otra figurante en igual situación, u otros que ocupan cargos destacados. El asombro y rechazo de esta ambiciosa pretensión lo demuestra reiteradamente en su actitud como consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales desde 2020 hasta febrero de 2023.

Su reciente trayectoria política produce en amplios sectores del país un contundente rechazo. La presentación el 21 de enero de 2022, del "Informe sobre la injusticia padecida por los integrantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, así como sus familiares, a consecuencia del terrorismo de ETA" fue una incomprensible provocación. Un trabajo encargado, una vez más a una universidad privada, el Instituto de Derechos Humanos de la Universidad de Deusto, que siempre se ha mostrado descaradamente parcial, otras violencias como la represión social, cultural y las torturas, con más de 5.000 casos, además de las consiguientes muertes, jamás les han interesado. En este acto, la consejera se extendió en consideraciones personales reiterativas en búsqueda del aplauso sectorial: la injusticia padecida, por los aludidos, víctimas inocentes, la insensibilidad democrática, etc. Como era previsible, ante tan indisimulado posicionamiento fue contundentemente respondida por personas y diversas asociaciones afectadas y muy dolidas que interpretaron la acción como un intento de blanqueo de una sangrienta historia padecida.

Similar situación se produjo en Eusko Legebiltzarra (Parlamento) al presentar en septiembre de 2021 el "Plan de Convivencia, Derechos Humanos y Diversidad, Udaberri 2024" de una descarada parcialidad que fue oportuna y documentadamente rebatida por el parlamentario Julen Arzuaga, de EH Bildu.

Tampoco, al parecer, los referidos crímenes del 3 de marzo de los cinco trabajadores en Gasteiz han tenido significación alguna en su actividad política. En la conmemoración de 2022, tuvo la desfachatez, que luego corrigió, de decir que «Martxoak 3 o Memoria Gara tendrán voz, pero no voto en el patronato del Memorial del 3 de Marzo». De igual modo, a pesar de que su cargo aconsejaba acudir, nunca se le ha visto en los homenajes anuales a Santi Brouard y Josu Muguruza asesinados por el GAL-PSOE. Ni mucho menos a la multitudinaria manifestación por los prisioneros políticos vascos en el mes de enero. Al parecer, su modo de hacer está más próximo al denominado Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, a cuya inauguración el 1 de junio de 2021 acudió entusiasmada, donde las autoridades vascas fuero ignoradas y así se evitaron discursos forzados. En realidad, un lugar ilegal urbanística y patrimonialmente, para alimentar el rencor y de homenaje a los torturadores franquistas, cuyo destino como muy bien definió Patxi Zabaleta (GARA, 2021.07.22) debería ser derruido.

Resulta relevante e incomprensible el brusco e improcedente modo de comunicar, por la prensa, la injustificada decisión de destituir en octubre de 2022 a la directora de Emakunde, Izaskun Landaida con diez años de servicio y eficaz gestión con explicaciones banales, aludiendo a una «falta de perfil». Se evidencia la intencionalidad personal y que no se ha contemplado a sí misma, cuyo perfil como persona que aparenta ser nacionalista es deplorable. También ha pretendido usurpar funciones propias de Gogora.

En las exhumaciones de los asesinados por la dictadura busca acaparar el protagonismo personal frente a quienes han hecho el ímprobo trabajo, Aranzadi y Gogora, con indicios facilitados por familiares y vecinos de los lugares de los crímenes franquistas.

Su demora en octubre de 2022 en informar en el Parlamento sobre el estudio "Mortalidad Covid-19 en residencias para personas mayores 2020-2021", especialmente en lo referente a la carencia de personal sociosanitario y los fallecimientos le responsabilizan gravemente, especialmente por su arrogancia, carencia de rigor y frivolidad encubridora ante un asunto además de delicado, gravísimo. Declaraciones que fueron respondidas en dicho foro y que ocasionaron un inmenso dolor en las numerosas familias afectadas.

Más que burlesco, cínico su discurso en enero de este año con motivo en el 60 aniversario de la creación de la Ikastola Olabide en el centro histórico de Gasteiz en 1963 con su extraño e improcedente arenga: «El nacimiento de la violencia de ETA, como reacción a la dictadura franquista, no fue inevitable. ETA fue un error desde su mismo surgimiento, que solo ha producido dolor y sufrimiento para todas las partes (...) Hubo muchas formas de rebeldía no violenta: combinar en las ropas los colores rojo, verde y blanco; no vestirse jamás con rojo y amarillo; ponerse kaikus o mendigoizales». Describió justamente su perfil, una advenediza folklórica con ridículos argumentos en búsqueda de votos de la derecha española y amplificada por el grupo Vocento. Su discurso habitual de tono cuartelero es propio de una persona de ultraderecha como Vox. Hace unos meses anunció la preparación de un informe sobre la «injusticia padecida por los funcionarios de prisiones», convendría analizar la situación carcelaria en sentido contrario.

Es notoriamente indisimulable que para favorecerla electoralmente, el Gobierno Vasco desde hace prácticamente un año ha estado programando múltiples actos de todo tipo innecesarios o precipitados, 15 en los primeros 25 días de este año, antes de abandonar la consejería. Acude a las elecciones como elegible para la alcaldía de Gasteiz, cuando el actual Gorka Urtaran no es, ni con mucho, la calamidad de sus homólogos Aburto en Bilbao y Goia en Donostia. Se la presenta en encuestas como la candidata más valorada, al parecer se entiende valorada como sinónimo de fotografiada. Presencia y primer término ante los medios, especialmente del grupo Noticias con fotografías de gran tamaño y por supuesto en ETB2 ya que en el canal en euskara queda en evidencia al ser solo capaz de leer lo que otros le han escrito. Pose, vestimenta y foto, el triduo de la banalidad.

Es el ejemplo tipificable del «nacionalismo floreciente», aquellos individuos que perciben que afiliados al PNV, incluso sin ideología abertzale, con una titulación académica y ambición sin límite ni ética lograrán un bienestar económico de por vida.

Son múltiples los argumentos críticos que definen a Artolazabal, aquí se recogen los más destacados, para rechazar electoralmente a esta aspirante a alcaldesa de una ciudad de donde parece ignorar su historia. Cualquiera de las otras candidatas, excepto la del PP y Vox son dignas elegibles antes que esta. La ciudadanía de Gasteiz tienen la palabra y la papeleta.

Buscar