Beneficencia Vs. Justicia Social
La beneficencia comenzó en el siglo XVI ligada a la Iglesia Católica y enmarcada en la caridad. Tuvieron que pasar tres siglos hasta la aparición del concepto de Justicia Social. Se trata en esta ocasión de una noción ligada a la persona, no a lo divino. Una justicia que lucha contra la distribución desigual de los bienes y que no queda en manos de la compasión individual.
Como diría algún bobón, ‘en estas fechas tan señaladas’ nos bombardean con maratones televisivos para recaudar fondos para alguna causa apelando a esa caridad cristiana que todas llevamos dentro. Y que decir de esas campañas que grandes superficies comerciales han puesto en marcha para la recogida de alimentos. ¡Qué negocio tan redondo! Mientras estas grandes empresas abrillantan su imagen mostrándose generosas obtienen beneficios económicos ya que son las personas las que aportan a la cesta, de sus ya maltrechos bolsillos, con productos comprados en estas mismas superficies a precios normales. Pero lo más obsceno es que entidades públicas como el Gobierno Vasco, la DFB y Lanbide se sumen al carro de colaboradoras. Para estas entidades es una situación ideal en la que el costo es cero, su imagen se ve reforzada y adormece a quienes deberían exigir sus derechos. Por otra parte, se valora a quienes luchan contra la pobreza desde la caridad, una caridad que no da el paso de denunciar y pedir responsabilidades.
Son fechas tan señaladas que miles personas hacen cola para recibir su ración de comida. Esta podría ser una de esas historias de posguerra que nos contaron nuestras amamas pero resulta que está sucediendo ahora, en nuestras calles y pueblos. En Ezkerraldea no nos cansamos de recordar que la situación no da más de si para muchas personas y resulta insostenible si miramos a las más de 1.000 personas que carecen de hogar en Bizkaia. Esta cifra rebasa el número de plazas totales que supone la oferta de alojamiento en el territorio. Bilbao dispone a día de hoy de 188 plazas entre recursos públicos y subvencionados. La tasa media de ocupación de estos recursos roza el 100% y se calcula que 236 personas duermen en la calle.
No apelamos a la caridad sino a la justicia, reclamamos dignidad para todas las personas también para aquellas a las que las administraciones quieren invisibilizar. EHBildu cree que poner en marcha un albergue permanente para Ezkerraldea es una medida obligatoria, igual de obligatoria que la Ley de Servicios Sociales que el Gobierno Vasco aprobó en 2008, en la que claramente se plantea que los municipios de más de 20.000 habitantes deben tener un servicio de alojamiento de urgencia.
Somos conscientes de que se trata de un planteamiento paliativo, somos conscientes de que lo que verdaderamente hay que combatir es el propio sistema capitalista que es el origen de la desigualdad y la exclusión social. Somos conscientes de que en el caso de las personas sin hogar el verdadero debate es el del derecho de todas las personas a una vivienda digna, también el debate sobre la propiedad. De la misma forma que somos conscientes de que es mentira que nuestros Ayuntamientos por si solos no puedan poner en marcha un servicio de albergue municipal, podrían si sus actuales modelos de gestión no estuvieran basados en el despilfarro, el marketing, el clientelismo y el enchufismo. Igual de conscientes de que las miles viviendas vacías que hay en nuestro eskualde deberían ser parte de la solución a la situación de emergencia habitacional que viven las personas sin hogar, las jóvenes que no pueden independizarse o la que tienen miles de familias para poder pagar la extorsión mensual que les ahoga en forma de hipoteca.
Siendo muy conscientes de todo esto, no podemos mirar hacia otro lado mientras Jose y Karlos duermen en un coche en Santurtzi, o mientras Manu pasa sus días en Portugalete sentado sobre un cartón en el BBVA. Mientras construimos una Euskal Herria diferente, desde EHBildu creemos que Ezkerraldea necesita un albergue, es una propuesta seria y realizable, soluciona el drama que hoy una gran cantidad de personas esta viviendo, y solo requiere de voluntad política para su puesta en marcha, ¿qué proponen PNV y PSOE a Jose, Karlos, Manu y al resto de personas sin hogar de Ezkerraldea?