Xabier Arostegi Arnaiz

Bono social de Iberdrola; una gran trola

Todavía nadie me ha explicado por qué mi ama cumplía los requisitos del bono social entre el 2014-2018 y actualmente no.

Si me dan la oportunidad, me gustaría compartir mi mala experiencia con el llamado «Bono social» de Iberdrola, para que los ciudadanos vean la verdadera cara de estas grandes empresas que gastan mucho en publicidad + y luego ahorran en servicios a los clientes, a la hora de abaratarles la factura de la electricidad.

Mi ama es una señora mayor jubilada que solicitó en su día el bono social de Iberdrola (2014), tras presentar la documentación solicitada se lo concedieron sin problema alguno y ha venido disfrutando de esos apreciables descuentos hasta el año 2018.

A finales de este año 2018, se le comunica que tenía que renovar la documentación y volver a solicitarlo, lo hice y cual fue mi sorpresa al recibir por carta la negativa; no cumplía los requisitos. Llamé a un teléfono de atención al cliente y ahí empezó mi calvario, seguí con el correo electrónico, la web... para finalizar explicándome que no cumplía los requisitos de esto y de lo otro y que tenía que dirigirme a la Seguridad Social y a la Agencia Tributaria. Intenté hacerlo y acabé mareado de ir de un lado para otro, todo el mundo escurría el bulto y le pasaba la pelota al siguiente.

Harto de todo esto me dirigí al servicio de Kontsumobide del Gobierno Vasco, para explicar esta situación y ver que se podía hacer. De algo sirvió, porque al poco tiempo recibí otra carta de Iberdrola diciéndome que mi solicitud estaba paralizada a la espera de aportar una documentación que faltaba y que aporté de nuevo en la medida que pude. Al cabo de unas semanas recibí una tercera carta de Iberdrola con una nueva negativa y lo más sorprendente es que era exactamente la misma carta que recibí al principio, ni un párrafo, ni una línea, ni una palabra, ni una coma distinta, solo cambiaba la fecha (tres meses después).

Esto me demuestra que todo era pura fachada, la decisión estaba tomada desde el principio, me han estado mareando, haciéndome perder el tiempo y en pocas palabras tomándome el pelo.

Todavía nadie me ha explicado por qué mi ama cumplía los requisitos del bono social entre el 2014-2018 y actualmente no, cuando su situación personal no ha cambiado sustancialmente y todo el mundo sabe lo que han subido las pensiones estos últimos años, si se le puede llamar subida.

Iberdrola publicita a los cuatro vientos las excelencias de su bono social y que a partir del 2018 amplía estas ayudas para familias vulnerables, colectivos sociales, pensionistas..., pero cómo, quitándoselo a unos para dárselo a otros, como decía mi abuela «desnudar a un santo para vestir a otro», así poco adelantamos, pero claro así menos gastamos, que habrá que pagar la torre Iberdrola y aumentar beneficios.

En resumidas cuentas, decepcionado, desengañado y desilusionado.

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