Declan Kearney
Miembro de la Ejecutiva Nacional del Sinn Fein

Brexit: la amenaza a los intereses nacionales irlandeses y la Europa social

El Brexit es consecuencia del aumento de influencia  del intolerante nacionalismo inglés relacionado con los intereses ideológicos Tory o conservadores. En Enero, en el programa de la BBC ‘Question Time’, pregunté a la Secretaria de Estado británica Theresa Villiers si creía que el Brexit respondía a los intereses de la ciudadanía del Norte de Irlanda.

La secretaria de Estado no respondió a la pregunta. En el mismo programa le pregunté si, dado el caso del Brexit, sería el Gobierno británico quien compensaría las ayudas económicas europeas que recibe el Norte de Irlanda y que se perderían como consecuencia de la salida de la UE. Tampoco respondió a esta pregunta.

La realidad es que el Brexit es contrario a los intereses de la ciudadanía del Norte de Irlanda. La pérdida económica como consecuencia del Brexit, entre subsidios y ayudas recibidas desde la UE para esta región se situaría en torno a los 4 billones de euros. El Norte de Irlanda ha tenido una gran dependencia económica y política en su relación con Europa debido a:

- Nuestros endémicos patrones de desigualdad social y desinversión.

- Décadas de conflicto político y las consecuencias derivadas de este.

- La debilidad estructural de la economía regional, las limitaciones del presupuesto para el gasto público y la falta de independencia fiscal.

Durante el periodo 2007-2013, se estima que el 10% del PIB de la economía regional dependía directamente de Europa en términos de inversión, comercio, ayudas y puestos de trabajo y a esto hay que sumarle el significado estratégico del Norte de Irlanda como imán para la Inversión Extranjera Directa (IED) proveniente de América del Norte y como puerta de entrada a Europa.

Los argumentos que utilizan los defensores del Brexit a nivel local así como en el Estado británico no tienen en cuenta los factores antes mencionados, y tampoco han sido capaces de hacer propuestas que hubieran evitado empeorar la ya de por si maltrecha estructura de nuestra economía local, ni el efecto desestabilizador que ello conlleva para la cooperación entre el Norte y el Sur de Irlanda.

El argumento del Brexit no se sustenta en alternativas y mejores estrategias o políticas, sino que es el producto de una mayor influencia de un intolerante nacionalismo inglés ligado a los conservadores o a los intereses de la ideología Tory.

El momento que vive el Brexit es la reacción contra diferentes cosas: la primera está relacionada con las consiguientes consecuencias de la ruptura financiera global de 2008. La segunda, con la hostilidad hacia la promoción de derechos y protecciones bajo el auspicio del Parlamento Europeo, la Corte Europea de Justicia y la Carta Europea de Derechos Humanos. La tercera es la oposición a la libertad de movimiento y un resentimiento xenófobo contra la crisis internacional de refugiados, que tiene como raíz la guerra, el conflicto y la inseguridad global, de Oriente Medio principalmente.

En años recientes la UE se ha movido claramente hacia la derecha, primero en respuesta a las demandas del capital financiero internacional, motivado por la inestabilidad financiera y económica global y segundo debido a la política conformista y la consecuente adopción de programas de austeridad por parte de muchos gobiernos europeos. El resultado de todo esto ha sido que la responsabilidad democrática, la toma de decisiones y la transparencia se han convertido en víctimas de dicha tendencia dominante y Sinn Fein se opone a seguir ese camino puesto que queremos una Europa social que prime las necesidades de la gente por encima de los beneficios de las corporaciones; queremos una Europa social que cree y promueva la prosperidad económica, pero no a costa de los derechos de los trabajadores y las trabajadoras o del juego limpio y la justicia tributaria; queremos una Europa social que sea campeona de la igualdad, la inclusión y la justicia.

También creemos que las instituciones Europeas solo pueden ser cambiadas desde dentro y no desmarcándose de la UE. La posición estratégica correcta desde la perspectiva republicana y democrática es la implicación crítica y la reforma de la UE desde sus estructuras internas. Entendemos que es la mejor manera de hacer frente a la oposición nacionalista, conservadora y antidemocrática con una Europa social. Por lo tanto, el lugar de Irlanda está en Europa.

Las implicaciones políticas y estratégicas del Brexit van totalmente en contra de los intereses nacionales irlandeses. El Brexit representaría un gran revés para el proceso político en el norte de Irlanda, poniendo en riesgo directamente la integridad del Acuerdo de Viernes Santo puesto que es un tratado de cumplimiento internacional. De igual modo quebrantaría la cooperación entre toda Irlanda y aunaría más aún la división de esta. Estudios realizados por Open Europe han estimado que el sur de Irlanda perdería el 3,1% de su PIB. En términos más generales, la salida de la UE tendría unas consecuencias inimaginables para la legislación sobre los derechos humanos.

Está claro que el Gobierno Británico se ha embarcado en una estrategia para diluir y recortar derechos humanos y laborales, así como otros derechos de la ciudadanía. Es por esto que dicha agenda y sus consiguientes repercusiones son inaceptables para Sinn Fein.

Durante el 26 y 27 de enero tuve diferentes reuniones en Bruselas en las cuales me reuní con dirigentes de todos los principales grupos representados en el Parlamento Europeo, incluidos los Demócrata-Cristianos, Socialdemócratas, Nacionalistas, Liberales y la Izquierda, así como representantes del Gobierno flamenco. Está claro que hay un gran consenso en el espectro político Europeo en torno a lo negativo que sería el Brexit. Todas las reuniones mostraron el deseo del Parlamento Europeo de llevar a cabo iniciativas positivas en apoyo al proceso político y en oposición al Brexit. Este consenso anti-Brexit  del Parlamento Europeo también se refleja en la sociedad cívica del norte de Irlanda.

Los que reconocemos los inherentes peligros que representa el Brexit debemos aprovechar este momento para abrir el debate a todos los sectores de la sociedad. La oposición al Brexit debe de expandirse a un sector amplio y representativo como tema de interés mutuo. En consecuencia, los partidos políticos, así como los representantes sociales y civiles que comparten la misma opinión en relación con este tema en Irlanda, Escocia, Gales e Inglaterra deberían juntarse y divulgar un mismo mensaje. Es necesaria una plataforma cívico-política conjunta que se oponga al Brexit. En el norte de Irlanda, líderes del ámbito político, empresarial, sindical y otras áreas deberían concentrarse en crear dicha alianza para comenzar a informar a la opinión pública y dar comienzo a una campaña positiva y pro-activa subrayando los peligros que conlleva el Brexit, y el Gobierno irlandés y los representantes cívicos deben igualmente sumarse a dicha campaña.

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