Eihara B.
Estudiante de 3º de la ESO

¡Cámaras no! Radiadores, por favor

Soy estudiante en un instituto público de educación secundaria de Bizkaia. Siguiendo el programa de «Transformación Digital de la Educación» del Gobierno Vasco, en las aulas de la ESO nos están poniendo ordenadores de mesa nuevos y, al parecer, muy pronto cámaras; todo ello como complemento a los ordenadores personales que Lakua ya «desinteresadamente» nos presta (y que algunos rechazamos).

La justificación de la Consejería de Educación a dicho programa es que durante la pandemia de covid-19 hubo «carencias» a este respecto, y nos equipan para otra hipotética pandemia. Pero esta pandemia es, como se ha dicho, hipotética, cuando lo que no es para nada hipotético es que este curso volveremos a tener invierno y verano y que vamos a pasar muchas horas en el instituto. 

Mientras el Gobierno Vasco se gasta el dinero en ordenadores y cámaras, en mi clase y en muchas otras los radiadores no funcionan o dan muy poco calor, las puertas y ventanas no cierran bien o faltan cortinas y persianas en aulas donde en mayo y junio el sol golpeará de pleno. Creo que antes que destinar, o desviar, todo ese dinero público a empresas privadas «en previsión de otra pandemia», nuestros gobernantes deberían encargarse de que los alumnos, todavía obligados a estar escolarizados, no pasemos frío. 

Y no quiero terminar este escrito sin aclarar que, si al leer estas líneas, alguien se reafirma en su decisión de llevar a sus hijos a un colegio concertado, le diré que, con todo, prefiero pasar frío a colaborar en la segregación social y el deterioro de servicios básicos. La educación debería ser pública y acogedora.

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