Cate Blanchett y Ernai: los conflictos no se resuelven en la alfombra roja
La casualidad une a Cate Blanchett con Ernai. La artista dijo en el festival de cine que «el derecho de protesta es parte de vivir en democracia». Luego añadía: «los conflictos no pueden resolverse en la alfombra roja». Estas frases me recordaron esta otra: «no estamos en un buen momento para hablar de derechos fundamentales», cuya repetición no manifiesta más que una realidad: la lucha por los derechos fundamentales no acaba nunca. Al contrario, requiere de una tensión y preocupación constante.
Hoy en día el aumento de la represión y la intervención policial desproporcionada es preocupante. Así, con ocasión de la celebración de la feria de la vivienda en Barcelona, feria de título atrevido e hiriente, diría yo, se produjo una manifestación ciudadana lógica y previsible, que dio lugar a un titular en la prensa como el siguiente: “Garrotades contra una protesta raonable”, debido al periodista Sebastian Alzamora, en el diario “Ara”.
El periodista llamaba la atención sobre la forma de las intervenciones policiales, que deben ser objeto de atención política, ya que la actividad de policía es un servicio público también sometido al Derecho. Las democracias actuales deben tener la madurez necesaria como para permitir que las libertades públicas se desarrollen, aun en los casos en que su legalidad esté en el límite. En este punto, me resulta obligado hablar de Ernai, movimiento juvenil que se ve inmerso en procedimientos sancionadores que amenazan con llegar a 300.000 € en sanciones. Se manifestaban reclamando el cumplimiento de la legislación penitenciaria y, según la prensa, se les acusa de no haber comunicado previamente la celebración de la manifestación. Esta acusación olvida que el derecho de manifestación existe con y sin comunicación a las autoridades de su celebración.
Además, se imputa a los y las manifestantes haber producido una alteración del orden público con peligro para personas y bienes. Según la jurisprudencia, esa alteración se produce cuando se impide la llegada de los servicios públicos, como policía, sanidad o bomberos. Sin embargo, la Ertzaintza llegó con prontitud y los bomberos fueron quienes soltaron a las personas (2) encadenadas a un edificio gubernamental. Según la prensa, había 32 agentes o más, y se identificaron aproximadamente a 100 personas, por lo que resulta muy difícil entender cómo se pudo producir esa alteración del orden público, si entendemos el orden público tal como lo definen los tribunales.
Esta respuesta sancionadora tiene un efecto disuasorio en el ejercicio de los derechos fundamentales, tal como se ha manifestado también y repetidamente con el indebido tratamiento de la intervención de piquetes informativos en caso de huelgas. Hay que agradecer a Cate Blanchett que lo haya recordado en Donostia, en un acontecimiento tan destacado como el festival de cine, reafirmando la importancia de la cultura para la democracia.