Mikel Kintana y Juan Mari Zulaika
Ekoneus elkartea

De Kutxabank a la Banca Pública

La consejera de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantxa Tapia, en marzo, (Deia 4/09/2016), nos sorprendió con estas declaraciones: «Problema de ahorro no hay, lo que sí tenemos es un problema de canalizar, como hacen otros países el ahorro del que disponemos. Necesitamos un instrumento financiero al que no le vamos a poner nombre, fondo soberano, EPSV, etc., que nos permita invertir parte de esos ahorros en Euskadi en esas empresas locales que son importantes y que necesitan del ahorro del país para continuar creciendo. Esta es una tarea pendiente y por ello hay que ponerse en marcha a la mayor brevedad posible. Los países referentes en los que nos fijamos, sí tienen ese tipo de instrumento».

Con el concurso público propuesto por la Comunidad Foral Navarra, para estudiar de la viabilidad de una banca pública, se ha vuelto a poner de actualidad este tema. Muchas comunidades del Estado español están pensando en esta figura financiera: Andalucía, Valencia, Navarra, etc. Todas ellas tienen en común que han perdido sus cajas de ahorro que cumplían en parte esta función y se ven en la obligación de comenzar a crear el posible banco público partiendo desde cero.

¿Pero es el mismo caso en Euskadi? De sus palabras se desprende que la consejera reconoce la necesidad de disponer de un instrumento financiero que permita una financiación más adecuada tanto a las empresas pequeñas como a las familias.

El sistema bancario español no ha sido ajeno a la crisis bancaria. De forma general se puede afirmar que la laxitud en la supervisión, la continua elevación del nivel de apalancamiento, la creación y comercialización de nuevos productos creados por los ingenieros financieros y la creciente oferta de crédito, están detrás de la crisis del sector bancario. Por otra parte, para los mandatarios europeos, toda actividad económica debe regirse por el ánimo de lucro que configuran los mercados. Seguimos con el mantra: «Lo privado es eficaz, lo público despilfarro».

Siguiendo esta línea de actuación se desmanteló una red muy importante de Cajas de Ahorro. En 2009 había en el Estado Español 50 entidades de crédito, 7 eran bancos y el resto, cajas de ahorro. En estos momentos solo quedan dos que conserven su estatuto de cajas; el resto, o han sido absorbidas por los bancos, o han tenido que crear un banco controlado por una fundación. Este es el caso de Kutxabank en el País Vasco.

Y a pesar de lo dicho, ¿existen bancos públicos en la Unión Europa? No sólo existen en la Unión Europea, también existen en un país tan poco sospechoso como EEUU, exportador del modelo liberal por excelencia. En el estado de Dakota del Norte, está BND (Bank of North Dakota), que está considerado como el mejor ejemplo de banca pública, al haber conseguido que durante los momentos más duros de la crisis económica de los pasados años, gracias a ella fuera Dakota del Norte el Estado con un desempleo de 3,3%, el más bajo de los EEUU. (https://goo.gl/PFBHtN)

Una de las fortalezas de la economía alemana está en su Mittelstand, donde un fuerte sistema bancario público de ámbito regional apoya a empresas pequeñas y medianas con gran capacidad de innovación y exportación, financiando sus necesidades de investigación e internacionalización. La banca pública alemana financia también viviendas sociales e infraestructuras públicas, como escuelas, centros de tercera edad, etc. Actualmente la cuota de mercado de la banca pública alemana está en el 24%.

Lo mismo ocurre en otros países como Francia, Italia, Suiza. La banca pública juega un papel fundamental en sus finanzas.

En Euskadi por fortuna, las cajas han subsistido aunque sea bajo la forma de fundaciones bancarias, teniendo que crear un banco, Kutxabank, que funciona como entidad privada, al que han tenido que ceder sus depósitos debido a la legislación española.

Este banco puede ser el embrión de esa banca pública que echa en falta la Consejera. Únicamente sería necesario que cuando en la próxima legislatura se vuelva a discutir la Ley de Cajas Vascas que se ha quedado sin aprobar, se incluyan cláusulas que hagan referencia a la banca pública, como éstas: la imposibilidad de privatizar Kutxabank, la democratización y transparencia de la gestión, la disponibilidad de fondos a precios adecuados para la financiación de las PYMES y de las familias, disposición de viviendas sociales para los excluidos, limitar las diferencias salariales entre empleados y ejecutivos a un determinado factor (¿seis veces?), control de la gestión por los responsable públicos, etc.

En definitiva: Kutxabank debe disponer de un control democrático y social, que sea eficaz y le convierta en motor de la economía vasca, evitando su gradual privatización por la venta de sus acciones. Es decir, banca al servicio de las necesidades sociales.

Por eso ahora en víspera de las elecciones autonómicas, solicitamos, a los diferentes partidos desde Ekoneus que incluyan en sus programas estas reivindicaciones que permitan alcanzar la meta de una banca pública en la próxima legislatura.

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