Julen Arzuaga
Secretario de Libertades Democráticas de EH Bildu

De las palabras a los hechos

EH Bildu no va a compartir ni a estar en un relato de parte. Respetamos todos los relatos y consideramos que la única condición para un relato constructivo es que ningún relato niegue al resto. Todos los relatos, todas las verdades, todos los sufrimientos, todas las víctimas y todas las experiencias deben ser parte de un ejercicio de reconciliación y convivencia. Quienes pretendan imponer un relato de parte no contarán con nuestro concurso. No estaremos ahí.

Hace ya un tiempo que venimos observando con evidente preocupación el intento de determinadas fuerzas políticas y algunos medios de comunicación de tratar de instrumentalizar el espacio de la reconciliación, la memoria y la convivencia con fines exclusivamente partidistas y partidarios. Ese espacio debería ser abordado y desarrollado con el objetivo de alcanzar un bien común superior, la convivencia en nuestro pueblo tras un largo y convulso periodo de conflicto y violencias múltiples, y no para buscar el desgaste político, cuando no la humillación, de una de las partes en la necesaria reconstrucción de la paz en Euskal Herria.

Si el objetivo de estas dinámicas es realmente la reconciliación y la convivencia, es necesario desarrollarlas por encima y al margen de disputas partidistas e intereses políticos partidarios.

Desde esta premisa, deberíamos por lo tanto preguntarnos qué se esconde tras las permanentes iniciativas destinadas a excluir a una determinada fuerza política, tras cada intento de crear una nueva «trinchera» cada vez que se anuncia otro paso decisivo en el camino de la paz en nuestro país.

Todos y cada uno de los actores políticos, sociales y económicos de Euskal Herria deberían analizar y reflexionar sobre sus propias aportaciones a la paz y a la convivencia. EH Bildu ha contribuido a la desaparición de la ecuación política vasca de una de las expresiones de violencia que existían en nuestro país, concretamente la de ETA. Ese acontecimiento es motivo de satisfacción. Y destapa, además, un hecho incuestionable: la única violencia que todavía no ha desaparecido de Euskal Herria es la del Estado.

EH Bildu fue, además, coprotagonista necesaria para que se produjera el segundo gran hecho relevante en la consolidación de esta oportunidad para la paz y la convivencia: el desarme de la organización ETA.

Como organización plural que representa al conjunto de la izquierda independentista, hemos acudido también a actos de reconocimiento a víctimas de todo signo: desde los actos en recuerdo de Miguel Angel Blanco o Isaías Carrasco, hasta los acompañamientos a las familias de Kepa del Hoyo, Angel Berrueta o Xabier Rey.

EH Bildu trabaja en las ponencias de paz y convivencia, y es la única opción política que reconoce todas las violencias, todos los sufrimientos y a todas las víctimas.

Para EH Bildu sería muy sencillo sucumbir a la tentación de responder a quienes nos interpelan continuamente desde una supuesta superioridad ética o moral, que nosotros no les reconocemos en sus mismos términos. Pero hacerlo no forma parte ni de nuestro estilo ni de nuestra concepción de la propia responsabilidad. Sirva la siguiente pregunta a modo de ejemplo de lo que queremos expresar: ¿alguien de ustedes se ha puesto en contacto con las familias de Xabier Rey o Kepa del Hoyo para transmitirles siquiera una palabra de consuelo o ánimo? Sería sencillo para nosotros esgrimir estas circunstancias como arma arrojadiza contra ustedes, pero no lo hemos hecho en el pasado y no lo haremos ahora, sencillamente porque nuestro interés no es otro que construir una convivencia sólida, honesta y sincera.

Llegados a este punto, queremos además aludir al contexto político en el que se están dando (o, mejor dicho, intensificando) estas interpelaciones. Todo el mundo es consciente de que, ahora mismo, EH Bildu trabaja (junto a otros agentes sociales nacionales e internacionales) en la búsqueda de un escenario de desaparición de ETA como organización, lo cual sería sin duda un hecho relevante y significativo, que cerraría una larga fase en la que dicha organización ha ocupado un espacio central en la vida política de este pueblo. Este es un hecho innegable, independientemente de la valoración que tal hecho nos merezca.

EH Bildu no querría pensar que hay sectores interesados en añadir dificultades a una labor que es ardua, complicada y delicada. Si los enemigos de la paz y algunos aliados circunstanciales tienen ese empeño, les instamos a abandonarlo, porque no conseguirán sus objetivos.

Tampoco quisiéramos pensar que, como bien señala nuestro compañero y alcalde de la Vieja Iruñea, Joseba Asiron, los enemigos de la paz tienen siempre a mano una nueva «palabra-trinchera» que esgrimen a conveniencia cada vez que se dan circunstancias muy favorables para los intereses de la convivencia y de la paz en nuestro país.

En este sentido, preferimos igualmente no pensar que detrás de esta estrategia de «palabras-trinchera» haya un interés político por señalar a la izquierda independentista con el ánimo de justificar algunas alianzas políticas presentes o futuras que algunos saben que están siendo contestadas por sus propias bases.

Vamos a referirnos, por último, al interés y al intento permanente de imponer una versión única o un relato excluyente sobre el pasado reciente de nuestro pueblo, y queremos ser muy claros también en este punto: tratar de imponer un relato de justos e injustos, de vencedores y vencidos, de responsables absolutos de todos los males, es una irresponsabilidad. Y lo es porque es contrario a la verdad histórica, y porque trata así de eludir las propias responsabilidades de quienes nos interpelan continuamente. Y, además de irresponsable, va en la dirección contraria a la construcción de una paz justa, estable y duradera. El intento de humillar a una de las partes no contribuirá sino a recrear las condiciones para la crispación y el odio. Nada más alejado del interés de la sociedad vasca, quien cada vez que es preguntada huye de cualquier esquema de vencedores y vencidos. Nuestro pueblo es un pueblo sabio que sabe que la humillación no es el camino para nada constructivo.

Es por ello que EH Bildu no va a compartir ni a estar en un relato de parte. Respetamos todos los relatos y consideramos que la única condición para un relato constructivo es que ningún relato niegue al resto. Todos los relatos, todas las verdades, todos los sufrimientos, todas las víctimas y todas las experiencias deben ser parte de un ejercicio de reconciliación y convivencia. Quienes pretendan imponer un relato de parte no contarán con nuestro concurso. No estaremos ahí.

Quienes quieran construir la convivencia y la paz desde el respeto, la memoria de todas las víctimas y las dinámicas que buscan la empatía y la reconciliación, contarán con nosotros y con nosotras, como hasta ahora. Seguimos trabajando, y esperamos que todos lo hagan con el mismo espíritu constructivo que guía nuestro quehacer.

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