Colombia atraviesa un momento decisivo. En medio de un nuevo intento por avanzar hacia una paz total con democracia y soberanía, persisten estructuras de violencia que siguen cobrando vidas y desplazando comunidades. Frente a este panorama, el II Seminario Internacional «Colombia: Víctimas de Estado, Experiencias Jurídicas y Desmonte del Paramilitarismo enlace al documento, realizado en Bilbao el 15 de mayo de 2025, se convirtió en un espacio clave para articular denuncias, construir memoria y proyectar acciones internacionales hacia la justicia y la solidaridad política.

Convocado por la Asociación J. A. Freytter Elkartea, el seminario reunió a víctimas, juristas, académicos, periodistas, colectivos sociales y exiliados colombianos en Europa, con un objetivo claro: impulsar una agenda estratégica que articule el desmonte del paramilitarismo, el reconocimiento del exilio como hecho victimizante y actor político, y la apuesta por una solución política al conflicto colombiano.

Una de las mesas más relevantes afirmó que «el exilio no es una ausencia, sino una forma de resistencia política colectiva». Se denunció que la Ley de Víctimas colombiana aún no reconoce al exilio como hecho victimizante, a pesar de que millones de personas fueron forzadas a abandonar el país por amenazas estatales y paramilitares. Desde Bilbao, el exilio se reivindicó como sujeto de derechos, depositario de una verdad silenciada y actor de paz.

Asimismo, se subrayó la necesidad de superar los límites de la justicia transicional y se analizó el papel de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). La paz verdadera −se dijo− exige juzgar no solo a los firmantes del Acuerdo de Paz, sino también a quienes financiaron, organizaron y sostuvieron el paramilitarismo, incluyendo actores civiles, expresidentes, medios de comunicación y políticos.

Se reclamó también la destinación social de los bienes incautados a estructuras narcoparamilitares y la protección efectiva de líderes y defensoras de derechos humanos amenazados y amenazadas.

¡No más paramilitarismo!

Lejos de ser un fenómeno del pasado, el paramilitarismo sigue operando como un engranaje clave dentro del modelo político y económico colombiano. Como señaló el filósofo Sergio de Zubiría: «El paramilitarismo no es un residuo del pasado, sino un dispositivo funcional al modelo político y económico colombiano actual».

Desde Euskal Herria, la Asociación J. A. Freytter reafirmó que la solidaridad política con Colombia debe ser crítica, transformadora y comprometida con las víctimas y el movimiento social y popular.

En este contexto, celebramos el histórico juicio en primera instancia contra Álvaro Uribe Vélez, la primera condena que sienta un precedente crucial en la lucha contra la impunidad. Reconocemos la valentía de la jueza Sandra Heredia y de quienes han sostenido un litigio estratégico que abre camino hacia la Verdad y la Justicia. Sin embargo, esta condena debe ser solo el inicio. Álvaro Uribe Vélez representa una estructura de poder que debe ser plenamente desenmascarada y juzgada, no solo por sus acciones directas, sino por su rol intelectual y político en la conformación y apoyo del paramilitarismo.

Queda pendiente saldar la deuda con la oposición de izquierda exiliada, retomando con urgencia la denuncia de la «Operación Europa»: la red de espionaje ilegal del DAS bajo el gobierno de Uribe. Esta operación, vinculada directamente a las acciones criminales del expresidente, afectó a defensoras de derechos humanos, opositores, jueces y organismos internacionales en Europa, con el objetivo de sabotear y frenar acciones de denuncia y de solidaridad política.

El II seminario concluyó con un llamado a aprovechar la propuesta gubernamental de «Paz Total», pero con una advertencia clara: sin un desmonte real del paramilitarismo y sin justicia para todas las víctimas −incluido el exilio− no habrá paz duradera. A cuatro meses de la realización del II Seminario, tanto la condena de 12 años contra Uribe como la denuncia de la Operación Europa siguen reforzando la visibilidad y relevancia de este espacio de denuncia y articulación política entre Colombia y el País Vasco.

El II Seminario no representa un punto final, sino el punto de partida para una nueva etapa de trabajo articulado, orientado a analizar −desde las realidades territoriales− la forma en que se desarrollan y se entrelazan los múltiples conflictos que atraviesan Colombia.

Desde esta perspectiva, el Seminario Internacional Colombia plantea un ejercicio de reflexión crítica sobre las dinámicas del poder, la persistencia de estructuras armadas y la manera en que los intereses económicos, políticos y militares siguen moldeando la violencia.

Porque la verdad no es únicamente un acto de memoria; es una herramienta política y social indispensable para disputar narrativas, exigir justicia y abrir caminos hacia una solución política en Colombia.


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