Iñaki Uriarte
Arquitecto

Delegació del Govern de Catalunya en Euskal Herria

Hoy, 11 de septiembre, Diada de Catalunya, parece oportuno exponer una propuesta sobre su presencia en Euskal Herria. El Govern de Catalunya dispone de una red de delegaciones en el exterior para fortalecer su presencia de en el mundo y mejorar sus vínculos con países estratégicos. Representan a la Generalitat, de acuerdo con el artículo 194 del Estatut d’autonomia de Catalunya, la Ley 16/2014, de acción exterior y de relaciones con la Unión Europea, y el Decret 61 /2017 de las unidades de representación institucional del Govern en el exterior.

El Estatut en su Título V. De les relacions institucionals de la Generalitat (articles 174-200) prevé tres tipos de relaciones: Capítol I. Relacions de la Generalitat amb l'Estat i amb altres Comunitats Autònomes. Capítol II. Relacions de la Generalitat amb la Unió Europea. Capítol III. Acció exterior de la Generalitat. Y entre ellos el Artículo 178. Convenios y acuerdos con otras comunidades autónomas. Una competencia exclusiva sobre su estructura, funcionamiento y articulación territorial.
Las relaciones institucionales de la Generalitat en el ámbito de su acción exterior prevé su participación en asuntos que afecten a las competencias o los intereses de Catalunya y a impulsar su proyección en el exterior, incluso en temas relacionados con la Unión Europea.

La consolidación de este propósito de acción exterior de la Generalitat de Catalunya tiene un país en el que parece debería establecer una sede permanente lo antes posible: Euskal Herria. Una parte conceptual personal de este propuesta quedó expuesta en el artículo Ziertzoa, Mestral, publicado en GARA (2016/09/06), criterio que es compartido por personalidades vascas vinculadas a estamentos universitarios, intelectuales abertzales  con visión de un futuro próximo. Esta fase propositiva tiene, además de acordarse entre las dos naciones a efectos de colaboración en la tramitación, que concretarse en una sede acorde a las otras establecidas por el mundo de trascendencia y categoría con un presencia que implique una actividad eficaz en su misión, un imagen prestigiosa en lo formal y un importante carácter identitario. Las múltiples posibilidades de incrementar el conocimiento e intercambio estratégico de la siempre admirable cultura catalana en tierra vasca, sea con exposiciones, conferencias, conciertos, deportes, etc. aconsejan un edificio no solo de calidad, sino de singular emplazamiento y arquitectónicamente de valor patrimonial.

Y la propuesta es concreta Olabarri Jauregia (El Palau Olabarri) en un céntrico y privilegiado lugar en una esquina junto a la plaza de la Salve, el Campo del Volantín, nº 37, frente a la Ría de Bilbao rodeado de una verja de forja con un cierto perímetro de transición y último testimonio de lo que fue un frente fluvial de excelente arquitectura residencial aislada proyectado y construido entre 1894 97 por el arquitecto Julian de Zubizarreta. De inspiración italianizante con un interior de enorme elegancia entorno a una escalera suntuosa con influencias decorativas inglesas. Fue encargado por el industrial José María Olabarri para su familia y un amplio séquito de servicio con una superficie total construida de unos 4.200 metros cuadrados. Tras unos años de propiedad de British Institute, en 1953 fue adquirido por la entonces Junta de Obras del Puerto, que tras unas reformas muy respetuosas por los prestigiosos arquitectos Manuel Galíndez y José María Chapa Galíndez. Desde entonces consta de un edificio auxiliar inteligentemente adosado de unos 6.000 m2.

En 2003 se realizó realizó una intervención rehabilitadora con carácter científico por el arquitecto Joseba Rementeria en sus fachadas, carpinterías exteriores, la cubierta, urbanización del entorno y una nueva iluminación exterior. En el interior, se recuperó la antigua capilla para sala de reuniones y las pinturas y vidrieras originales, desaparecidas durante la sublevación franquista.

Esta administración portuaria se ha mantenido, con su cambios de denominación desde 1992 ya como Bilboko Portuko Agintaritzala/Autoridad Portuaria de Bilbao, en el Palacio hasta 2013 que trasladó todos su servicios incluso los representativos al puerto exterior de Santurtzi. Por lo que dada su innecesariedad se ha puesto en venta mediante subasta en dos ocasiones pero su grado de protección y la imposibilidad de construir garajes limita proyectos especulativos destructivos como hoteles.

En el Plan General de Ordenación Urbana de Bilbao 1995, el palacio estaba catalogado en su máximo grado, Protección Especial Nivel A, pero en 2018 recibió la aprobación del pleno del Ayuntamiento para modificar su calificación urbanística actual de equipamiento público a privado. La pretensión era y es, facilitar su reforma para el peor de los usos posibles, un hotel de lujo, puro fachadismo. Y en el proceso de elaboración del nuevo Plan aprobado el 31/03/2002, sorprendente, decepcionada y sospechosamente fue rebajado al tercer grado, Bienes Culturales de Interés local Nivel B. El motivo no es otro que el habitual del Ayuntamiento, especialmente desde que el Concejal Delegado del Área de Obras, Planificación Urbana y Proyectos Estratégico es Asier Abauza (PNV), un mediocre político sin formación cultural ni sensibilidad alguna, de nefasta trayectoria que para mayor desfachatez además preside la Comisión del Patrimonio de Bilbao integrada en su mayoría por funcionaros sumisos al servicio del partido para favorecer la especulación aunque comporte la deformación e incluso derribo de las arquitecturas más singulares de la Villa.

Actualmente, el palacio mantiene el precio de salida de 10.470.798,82 euro impuestos excluidos. El pasado 15 de julio se celebró el Consejo de Administración de la APB en el que se debió tratar el reducir un 15% dicho precio, por lo que  puede ser adquirido directamente como marca la ley en estos procedimientos públicos.

Conozco bien, además de por vecindad, el palacio y reivindico su conservación integral por lo que añado esta propuesta de reutilización conociendo profundamente el criterio con el que Catalunya trata su patrimonio arquitectónico. Es un anhelo personal solo una vez expuesto en público con motivo de una visita a Bilbao de la presidenta de la Assemblea Nacional Catalana, Elisenda Paluzie, el 4 de septiembre de 2020.

Por tanto, sugiero a la Generalitat de Catalunya que considere si resulta de relevancia estratégica, política, social y culturalmente su presencia en Euskal Herria, y que probablemente en unos pocos años se convierta en la embajada de la República de Catalunya en la Euskal Errepublika.

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