Marisol de la Nava y Edurne Eguino
Exdirectora y exconcejala de Acción Social y Desarrollo Comunitario del Ayuntamiento de Pamplona-Iruña

Desarrollo comunitario en La Milagrosa: alternativas y compromisos

La Unidad de Barrio de Servicios Sociales de La Milagrosa lleva años desbordada, atendiendo no sólo a la creciente demanda del barrio y de Azpilagaña, sino también a la población del nuevo barrio de Lezkairu que iba aumentando progresivamente

La Milagrosa es un barrio cuyo caos urbanístico ya produjo numerosos debates municipales a finales de los 70, en aquel ayuntamiento tan democrático que esta ciudad tuvo, antes de la llegada de la democracia oficial.

Han pasado muchos años en los que los sucesivos ayuntamientos han hablado mucho y hecho menos por la Milagrosa.

Un barrio lo constituyen sus edificios, sus calles, sus servicios y sus gentes y la Milagrosa, como consecuencia de su mal diseño inicial requiere apoyos y recursos municipales para todos ellos.

En La Milagrosa, el abandono municipal durante más de 40 años sólo ha servido para que parte del vecindario haya abandonado el barrio por falta de accesibilidad y confort en sus domicilios, para que la población originaria haya envejecido sin muchos apoyos en el propio barrio, para el cierre de muchos comercios y talleres y para la llegada progresiva de población más joven pero con situaciones socio-laborales muy precarias.

Solo muy recientemente se han abordado los problemas de accesibilidad del vecindario a sus domicilios, con la instalación de ascensores, pero no la intensa regeneración urbanística que requiere el barrio, con calles estrechas que piden peatonalizaciones a gritos, dedicando un espacio amplio al aparcamiento vecinal.

También ha habido proyectos comunitarios muy interesantes, en los últimos 4 años, llevando a la práctica modelos de colaboración entre la sociedad civil, las entidades sociales, entidades privadas y la propia administración que han hecho posible el desarrollo de proyectos como el proyecto de convivencia liderado por Médicos del Mundo, «Tu barrio, tu casa», como el contrato municipal del Servicio Preventivo de Acción Comunitaria (SAPC) que está gestionando YOAR, dirigido a la población infanto-juvenil del barrio y en el último año, un contrato «parche» para la atención específica de la infancia romaní.

Pero es necesario tener en cuenta que la acción comunitaria nace desde las necesidades insatisfechas de los y las vecinas y la denuncia pública de la sociedad civil pero también desde el conocimiento, el compromiso, las capacidades y la fortaleza de las gentes que viven en los barrios. Su materialización en proyectos concretos que realmente mejoren la situación del barrio requiere de mucho esfuerzo, esfuerzo que debe ser apoyado y mantenido en el tiempo. Y, es aquí donde la administración debe aportar un compromiso serio que recoja los esfuerzos de los diferentes agentes sociales y comunitarios, reforzando su cohesión y consistencia, asumiendo su responsabilidad y aportando el presupuesto necesario para ello.  

La Unidad de Barrio de Servicios Sociales de La Milagrosa lleva años desbordada, atendiendo no sólo a la creciente demanda del barrio y de Azpilagaña, sino también a la población del nuevo barrio de Lezkairu que iba aumentando progresivamente.

Es urgente el diseño y construcción de una nueva Unidad de Barrio en Lezkairu porque la presión de la demanda no aguanta más demoras y mientras se lleva a cabo, la solución sería crearlo en los locales del antiguo José Vila que temporalmente está utilizando la unidad de barrio de Milagrosa, por obras en su sede. Ello exige aumentar la plantilla para finales de 2019, creando un nuevo equipo para Lezkairu.

La atención a la población envejecida del barrio requiere también  con urgencia desarrollar programas comunitarios como los que se han puesto en marcha en los barrios de San Juan-Donibane y Etxabakoitz.

La atención a la infancia se debe hacer con programas estables y recursos estructurales, reforzando tanto el equipo de Infancia y Familia de la Unidad de Barrio como el Servicio de Acción Preventiva Comunitaria (SAPC), cuyo contrato se encuadra en el Servicio de prevención de situaciones de desprotección y conflicto social del Programa de Atención a la Infancia y Familia recogido en la Cartera de Prestaciones Sociales como una prestación garantizada.

La atención a la inclusión social de personas en situación de riesgo o exclusión social exige también recursos humanos suficientes para garantizar el acompañamiento social que estos procesos requieren y que están también garantizados en la Cartera pero también de proyectos de innovación social que sean capaces de favorecer estos itinerarios de inclusión y a la vez mejorar la vida del barrio, como por ejemplo con proyectos de autoempleo o cooperativas laborales que podrían desarrollarse con instalaciones en las numerosas bajeras libres del propio barrio.

Y hay recursos para todo ello, porque recordemos que en la actualidad en los Servicios Sociales de todo Pamplona hay contratadas 9 figuras educativas menos de las que el Decreto Foral de Financiación de los Servicios Sociales de Base de Navarra preve para complementar los equipos mínimos de Pamplona.

Todo ello sin olvidar las necesarias actuaciones de regeneración urbanística que hagan de La Milagrosa un barrio confortable y cohesionado socialmente.

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