En su primer mandato, Trump exigió a los estados europeos integrantes de la OTAN el incremento del gasto militar. No necesitó mucha presión porque inmediatamente empezaron a incrementar el mismo al 2% de su PIB para gasto militar como mínimo, y posteriormente al 3% y como observaron que no había grandes protestas, para su segundo mandato subieron al 5% y algunos, ya apuntan al 8%.

La UE, a través de su presidenta Ursula von der Leyen, concretó en diciembre del año 2024 la cantidad de 500.000.000.000 euros para gasto militar mediante la emisión de deuda en el próximo año 2025. De ellos, 100.000.000.000 euros serían para ayudar a Ucrania en su guerra contra Rusia y los restantes 400.000.000.000 euros para la compra y fabricación de armamento para prepararnos para la guerra contra Rusia. El nuevo secretario general de la OTAN, el holandés Mark Rutte, cuando le preguntaron en febrero de 2025 como iban a financiar ese gasto, respondió que habría que apretarse el cinturón y reducir el gasto en pensiones, sanidad y educación.

La falta de reacción de la sociedad europea, alimentada por sus medios de comunicación, alentó a los gobiernos europeos dirigidos por el Reino Unido y Francia a seguir aumentando las propuestas de gastos que ya van por 800.000.000.000 euros.

La dinámica no es nueva y viene desde la década de 1990 con la doctrina Wolfowitz, Zbigniew Brzezinski y la Rand Corporation y sus propuestas para desestabilizar Rusia.

El capital financiero internacional, que gobierna la UE y EEUU, nos quiere vender la moto de la amenaza rusa, pero objetivamente no se sostiene. Europa no tiene recursos energéticos, y no tiene materias primas, lo único que le interesa a Rusia es el mercado europeo para vendernos sus productos.

Resulta asombrosa la facilidad con la que se aumenta las propuestas de gasto militar, cuando cuesta tanto aprobar cualquier otra propuesta de gasto que afronte los problemas de la sociedad por mínima que sea.

¿Qué nos dice esto? A mí me recuerda algo. Cuando las élites del capitalismo estaban enfangadas en la crisis sistémica del 1929, diseñaron la II Guerra Mundial, financiando el ascenso del fascismo y el nazismo y organizando la guerra, primero en España y luego en Europa. Ahora la dinámica ante el nuevo estancamiento del sistema en Occidente que estalló en 2008, la guerra se inicia primero en Ucrania en 2014 y ahora se pretende extender a toda Europa.

Si la izquierda europea no es capaz de parar esta dinámica porque está corrompida por las élites del capital, tendremos que ser los pueblos los que lo hagamos con nuestras movilizaciones.

No a la guerra. Disolución de la OTAN ya.

Derecho de autodeterminación. Acuerdo de seguridad europea para todos.


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