José Ignacio Camiruaga Mieza

El ángulo o rincón de la conexión

Se trata del esbozo de una comparación, imagen..., parábola para el mundo de la política que se puede aplicar a quien gana o a quién pierde unas elecciones, unas votaciones..., una moción de censura... Porque el ganador de hoy puede ser el perdedor de mañana. Y viceversa. El escenario político suele ser convulso y cambiante... al menos en los últimos tiempos también tanto en la Comunidad Foral de Navarra como en la Alcaldía de Pamplona. Del resto, parece que en cualquier lugar. Voy con la parábola.

El rincón de reflexión es una estrategia educativa para los más pequeños. Esta técnica se popularizó gracias a un formato televisivo que se emitió en varios países del mundo. Obviamente, la técnica también se utilizaba antes de la llegada del programa, pero con un propósito diferente. De hecho, se utilizaba como castigo para los más pequeños cuando se portaban mal. No hace falta decir que un niño de uno o dos años no puede reflexionar profundamente sobre sus propios errores. El rincón de reflexión se traducía, por tanto, en una forma de que los progenitores se distanciaban del niño cuando éste no se comportaba correctamente. El pequeño percibía un mensaje de amor condicionado por parte de sus progenitores: «solo nos alegramos de verte si te portas bien». Este tipo de castigo tenía como objetivo aislar al niño quien, en consecuencia, se sentía inseguro.

Hay que tener en cuenta, sobre todo con los niños muy pequeños, que a veces sus acciones no están controladas. Castigarlo por algo sobre lo que no tiene control solo producirá sentimientos de frustración tanto en el niño como en los padres. Si el ángulo de reflexión funciona es porque el niño quiere tu aprobación y cariño, pero sobre todo porque tiene el control de la mayoría de sus acciones. Si es demasiado pequeño y actúa sin conocimiento de los hechos, este tipo de técnica no funcionará. Por otro lado, conviene replantearse si el amor de los progenitores es como una recompensa para el pequeño. Entonces algo que conquistar y no algo perenne, incondicional, como debe ser en una relación sana.

Existen varias alternativas al rincón de reflexión en las que el niño realmente logra reflexionar y recuperar el control sobre su conducta como, por ejemplo, el ángulo o rincón de conexión que se basa en reconocer cuándo el pequeño necesita retomar el control sobre su comportamiento, al igual que el rincón de reflexión. La diferencia sustancial es que en esta estrategia el niño está acompañado de sus progenitores u otra figura de apoyo. Debe entenderse como una técnica similar a la mesa de la paz − método Montessori −, con la única diferencia de que en la estrategia de Montessori el pequeño puede elegir si estar solo o no. En el rincón de conexión, los adultos son bienvenidos si sienten la necesidad de ir con su pequeño.

Otra diferencia es que la mesa de la paz es un lugar físico. A veces solo una mesa, una estantería o un cajón. El ángulo de conexión, sin embargo, no indica ningún lugar. Puede ser una mesita en un parque, el dormitorio, el jardín de casa o cualquier otro lugar tranquilo que parezca apropiado. Un rincón de conexión es cualquier lugar donde el adulto y el niño puedan realizar juntos actividades que lo ayuden a calmarse.

¿Qué tipo de actividades realizas en el rincón de conexión? Cualquier cosa que se te ocurra de vez en cuando y cualquier cosa que pueda calmar al niño. Puedes leer cuentos, hacer dibujos, saltar, gritar, correr, respirar profundamente, observar las hojas de los árboles, observar los movimientos del cuerpo al respirar, escuchar los latidos del corazón, comer, beber. El abanico de posibilidades es infinito. Una vez que el pequeño se haya calmado, podrás hablar con él sobre lo sucedido. El adulto tiene que tener cuidado de utilizar un lenguaje neutral sin acusar ni victimizar al niño. Juntos, niño y adulto, pueden explorar alternativas para evitar que determinadas conductas se produzcan en el futuro.

¿Por qué el ángulo de conexión es mejor que el ángulo de reflexión? Principalmente, porque no se basa en el aislamiento y la división entre el pequeño y su figura de apoyo. En segundo lugar, porque ayuda a dotar al niño de las herramientas necesarias para controlar sus emociones y reflexionar sobre sus acciones. Todo ello protegiendo y fortaleciendo el vínculo afectivo y familiar.

Dejo para otra ocasión la lectura y aplicación al mundo de la política. Aunque el amable lector lo podrá hacer, seguro que sí, sin ninguna dificultad.

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