Iosu Del Moral
Secretario General Podemos Donostia

El tándem Goia-Gasco apuesta por un «centro ambiental sin chimenea»

Entre la patética campaña del Partido Nacionalista Vasco, en la que presenta una incineradora situada en un paraje natural, sobrevolada por algunos pajarillos y en la que ni siquiera se dignan a dibujar la chimenea, y Ernesto Gasco, teniente de alcalde del consistorio donostiarra, denominando a la instalación para la quema de residuos como centro medioambiental, al ciudadano solo le queda observar como la clase política una vez más se mofa en su cara.

Lo sucedido el pasado día 20 en el ayuntamiento de la capital guipuzcoana, no deja de ser otra muestra de cómo el sistema de democracia representativa es un modelo caduco y que se debe apostar claramente por herramientas que aumenten la participación ciudadana en los procesos decisorios de la vida política que nos acerquen a un modelo de democracia real. La democracia no puede resumirse en un voto cada cuatro años que, como una especie de cheque en blanco, permite al responsable político tomar decisiones más basadas en intereses partidistas en clave interna que en el consenso de amplias mayorías. Muchas de las decisiones que se toman por parte de las instituciones, están por encima de siglas, más si cabe cuando se trata del ámbito municipal.

¿O es que acaso alguien piensa que el 100% de los votantes socialistas y jeltzales están de acuerdo con la decisión que sus representantes en las instituciones toman, cuando ni siquiera los socialistas llevaban ese tema claro en su programa político de las últimas elecciones forales y municipales? ¿Cuál es el miedo a preguntar abiertamente a los ciudadanos de Donostia y de Gipuzkoa acerca del tema de la incineradora? ¿Por qué siempre esa opacidad en todo este tipo de procesos? ¿Por qué tanto dibujo, tanto léxico, que funciona como mero maquillaje?

El tándem Goia-Gasco promocionando un centro medioambiental sin chimenea, parece que siga adelante sin escuchar el clamor ciudadano. Más allá de estar a favor o en contra de la incineradora, se trata de exigir más democracia, más poder de decisión para los ciudadanos, en definitiva, que el alcalde y quienes le acompañan en su gobierno, entiendan que deben funcionar como herramientas de aplicación de las demandas que vengan dadas desde la ciudadanía. Es difícil saber que es lo que quiere la gente si no se le pregunta y como bien dijo hace unos días el alcalde Goia, algunos comportamientos durante este proceso recuerdan al pasado, sí, a ese pasado donde los caciques imponían proyectos faraónicos sin consultar al pueblo.

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