Siamak Khatami
Politólogo y profesor universitario

¿Elecciones en los Estados Unidos? ¡¿Desde cuándo?!

Vuelvo de los EE.UU., donde he tenido la oportunidad de ver de cerca las convenciones tanto del Partido Demócrata como del Partido Republicano. Me acuerdo que cuando iba a la Universidad, también en los EE.UU., mis profesores se bromeaban de las elecciones que se celebraban en México cuando el Partido Revolucionario Institucional (PRI), lo dominaba todo, y cada presidente saliente, unos seis meses, más o menos, antes de terminar su mandato, ‘destapaba’ al que iba a seguirle en el poder y absolutamente siempre el ‘destapado’ se convertía en presidente, hasta que el sistema empezó a abrirse a más partidos.

Pero incluso durante la época de la dominación del PRI, había bastante diferencia en las políticas entre, por ejemplo, el Presidente Cárdenas, que nacionalizó la industria petrolífera mexicana en 1939 desafiando a los Estados Unidos, y otros presidentes que era muchísimo más liberales. También me acuerdo que mis profesores se bromeaban de las elecciones que se celebraban en la antigua URSS, porque el Partido Comunista lo dominaba todo. Sin embargo, allí también, había bastantes diferencias entre las políticas de, por ejemplo, Stalin y Gorbachov.

En los Estados Unidos, claro que la gente elige entre representantes de más de un partido; pero, ¡¿el significado de este acto es que la gente de verdad elige entre claras alternativas?! ¡NO! Más bien, le dan de escoger entre capitalismo ‘puro y duro’ versus capitalismo ‘light’. Es exactamente igual que las alternativas verdaderas que los votantes tienen en el Estado español: elegir entre el PP y el PSOE es exactamente igual que elegir entre el Partido Republicano y el Partido Demócrata —el capitalismo puro y duro versus el capitalismo light—. Hay matices, claro está: por ejemplo, el Partido Republicano aboga por reducir el Estado a su absolutamente mínimo (por ejemplo, encargándose de las funciones de diplomacia y defensa, y poco más), dejando a la sociedad de encargarse de todo lo demás, mientras que el Partido Demócrata aboga por un Estado mucho más activo promocionando el bienestar de los miembros de la sociedad civil. El Partido Republicano cree en dejar la educación en manos de la sociedad civil, mientras que el Partido Demócrata cree que el Estado tiene un papel útil que jugar garantizando que toda la sociedad tiene igualdad de derechos en cuanto a beneficiarse de la educación. El Partido Republicano se dice amigo del sector militar, mientras que el Partido Demócrata se dice más pacifista (eso no obstante el hecho de que fueron Kennedy y Johnson, dos presidentes del Partido Demócrata, que empezaron y expandieron la Guerra de Vietnam, mientras que fue Nixon, un Presidente Republicano, que lo terminó; también fue Kennedy quien llevó su país al borde de la Tercera Guerra Mundial con la Crisis de los Misiles en Cuba).

El Partido Republicano se presenta más duro contra la inmigración ilegal, mientras que el Partido Demócrata se presenta como el que piensa en las personas detrás de las estadísticas de la inmigración ilegal a los EE.UU., e intenta buscar una solución satisfactoria no solamente desde el punto de vista legal, sino que desde el punto de vista humano. El Partido Republicano pone en énfasis en su política económica en sanear la economía, y dejar que la sociedad se encargue del resto, mientras que el Partido Demócrata pone el énfasis en garantizar que todas las clases y todos los estratos sociales pueden beneficiarse económicamente y tener una vida digna, no una que signifique «sobrevivir» y no «vivir». El Partido Republicano pone el énfasis en la economía una y otra y otra vez, mientras que el Partido Demócrata pone el énfasis en las políticas sociales con igual vehemencia.

Muchos altos cargos del Partido Republicano intentaron convencer a los norteamericanos que son ellos, personas del Partido Republicano, que empezaron sus vidas en la miseria y con su propio esfuerzo y trabajo, y con su educación y sus talentos, llegaron hasta donde están ahora, mientras que altos cargos del Partido Demócrata intentaron convencer a la gente que ellos son los representantes verdaderos de la gente humilde, de la gente que ha pasado miseria y que luego ha mejorado su vida hasta llegar a sitios que nadie ni siquiera imaginaba. Y en la política exterior, el Partido Republicano puede repetir una y otra vez que es amigo del Estado de Israel, mientras que el Partido Demócrata puede repetir igual número de veces que favorece la paz entre Israel y sus vecinos árabes—a propósito de este punto, una curiosidad en los días recientes es que los dos partidos se han metido en líos: el Partido Republicano ha criticado al Demócrata porque, según ellos, este último ha dejado de decir públicamente que Jerusalén es capital del Estado de Israel, mientras que el Partido Demócrata ha dicho que según nada menos que el Embajador de Israel en los EE.UU., el Partido Republicano es «peligroso para Israel».

Respecto al primer punto, si empezamos a enfatizar que Jerusalén es capital de Israel, eso llevaría al traste a todo el proceso de paz que se pueda soñar entre los árabes e israelíes. Y respecto al segundo punto, el Embajador de cualquier país representa la política del líder del gobierno de momento en su país; en Israel, eso significa la política de Benjamín Netanyahu, el Primer Ministro actual, y él es amigo íntimo de Mitt Romney, el candidato del Partido Republicano a la presidencia de los EE.UU. Es simplemente imposible, inconcebible, que el Embajador de Israel haya dicho lo que dice el Partido Demócrata que dijo sobre el Partido Republicano. Pero, no obstante estas «curiosidades», de hecho los dos partidos, los dos, abogan por la continuación del estatus quo, y por la continuación del modo capitalista de vida que ha llevado a los Estados Unidos hasta donde está hoy en día. Exactamente igual que el Partido Popular y el PSOE: sus diferencias están en los matices, no en el fondo de las cuestiones importantes. Dado que esta es la verdad del escenario político que viven tanto los EE.UU. como el Estado español, ¿tiene la gente alguna alternativa de verdad cuando llega el momento de votar? NO. Lo que escoge es entre matices, no entre cuestiones de fondo.

Tanto en los EE.UU. como en el Estado español, también existen otros partidos. Pero solo hay dos en cada país que tienen posibilidades para llegar al poder. Solo dos, no más. Y las personas que llegan a liderar los partidos Republicano y Demócrata, tanto que las que llegan a los puestos de élite en el PP y el PSOE, son gente del estatus quo, conformistas con el modo actual de hacer las cosas, digan lo que digan y tengan los ideales que tengan, porque el estatus quo las ha hecho a esas personas llegar hasta donde han llegado, y la mínima falta del conformismo las haría caer al abismo. En el Estado español, la diferencia es que si Euskal Herria y Catalunya ganan sus respectivas independencias, entonces sus ciudadanos sí que tendrán verdaderas alternativas a cuales votar. ¿Qué tal un Estado basado en los principios cooperativistas de organizar la sociedad desde abajo arriba, prometiendo de verdad que los miembros de la sociedad son los dueños de la sociedad y de verdad deciden sobre su futuro? ¿Qué tal un Estado basado en las ideas de la Izquierda abertrzale? ¿No sería eso verdaderamente un sueño merecedor de ver cumplirse?

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