Félix Placer Ugarte
Sobrino de Eloy

Eloy Placer (1914-1974). Un profesor vasco en Reno (USA)

Eloy Placer Mz. de Lecea nació en Ozaeta (Araba). El viernes se cumplieron los 50 años de su muerte en Reno (8. 3. 1977). Falleció siendo profesor en su universidad y colaborador en el «Basque Studies Program» con W. A. Douglas. Profesor también de Literatura vasca en cursos de verano en Ustaritz con K. Mixelena, J. Caro Baroja, J. Bilbo. Investigador sobre el euskera publicó varios varios trabajos en revistas norteamericanas.

Hijo del que durante largos año ejerció de médico en Barrundia, Gerardo Placer y de Feliciana Mz. de Lecea, Eloy fue gudari en la guerra, como sus hermanos José Mz. de Lecea, fusilado en Gasteiz, y Felix, muerto en el frente de Los Tornos. También Eloy fue hecho prisionero. Logró evitar la condena a muerte. Al salir de prisión, debió trasladarse luego a Valencia y más tarde, con su familia a USA, dadas las dificultades, como vasco, para ejercer su profesión.

Profesor y educador, Eloy fue un humanista vasco, investigador del euskera y de la cultura vasca en la diáspora americana a donde llevó no solo el profundo sentimiento de su identidad vasca y el dolor de su pueblo sometido a la dictadura franquista, sino sobre todo su apasionado convencimiento de los valores culturales y lingüísticos de Euskal Herria.

Fue un incansable impulsor de la cultura vasca en los ambientes universitarios en los que trabajó y en especial en Reno dentro del «Basque Studies Program» y como miembro del «Instituto Americano de Estudios Vascos». Allí dejó su testimonio de humanista, como reconocido educador y, sobre todo, su trabajo por extender, afirmar y comunicar los valores de lo vasco en toda su extensión.

Eloy era un vasco convencido y comprometido en la defensa de la lengua vasca como lengua viva hoy, de su capacidad semántica para adaptarse a los nuevos tiempos y para asimilar las ideas de progreso.

Para el profesor de Reno el euskera es una lengua viva, que está renaciendo con plena capacidad al igual que otras lenguas circundantes, para modernizarse, adaptar palabras y expresar conceptos nuevos e ideas de progreso sin perder su propia identidad. Esta convicción llevó a Eloy a un trabajo intenso en la diáspora americana a favor del euskera y de la cultura vasca. Abogaba por una universidad vasca en la que la enseñanza fuera impartida en euskera así como en la educación en general, forma imprescindible de mantener, desarrollar y extender el euskera.

Eloy, que vivió con profundo dolor los tiempos de la guerra, mantuvo siempre la idea de una Euskadi libre, Hoy, afirmaba, formando el «zazpiak-bat», las siete provincias de Euskal Herria del norte y del sur se encuentran bajo la dominación francesa y española respectivamente. El Pueblo Vasco, unificado bajo Sancho III el Mayor, rey de Navarra, recuerda Eloy, en su Introduction to Basque Literature es un «would-be nation in a United Europa».

Eloy a lo largo de su vida y en especial en los años de su diáspora en USA entendió su trabajo, dedicación y extensión del euskera y cultura vasca, no solo como una investigación científica del pasado o como tema literario que la historia de Euskal Herria había aportado. Para Eloy su dedicación en la diáspora a los temas vascos en toda su extensión era sobre todo una especie de militancia, motivada por el amor a su pueblo que desde aquellas lejanas tierras no solo no se desvaneció sino que se fue acentuando y fortaleciendo. Trabajando, investigando, enseñando la cultura vasca, Eloy continuaba defendiendo a su patria y sus valores, estableciendo un diálogo entre pueblos y culturas. Intuía, a pesar de los difíciles años que le tocó vivir, que la nación vasca iba a recuperar y reafirmar su naturaleza y personalidad en medio de Estados dominantes.

El euskera, la cultura vasca eran las mejores armas para luchar por una nación libre y darla a conocer en los ambientes universitarios americanos. Eloy vivió con inquebrantable optimismo su amor a Euskal Herria, asentado en una investigación seria y constante, en su experiencia y en sus raíces vascas más profundas; así lo hizo hasta su muerte, que le sorprendió en plena actividad docente e investigadora. Aunque Eloy no pudo volver a su tierra hasta el año 1970, con motivo del citado curso organizado por él sobre la cultura vasca para los estudiantes americanos de Reno. Su corazón, como cantaba Iparraguirre, siempre resonó la llamada de Euskal Herria: Gazte, gazte nican/ Erritic campora / Estranjeri aldean/ Pasadet dembora/ Eguia alde guztietan/ Toqui onac ba dira/ Baño biotzac dio / Zuaz Euscal Erria.

In memoriam de este ilustre hijo de Ozaeta, de Euskal Herria: Eloy, eskerrik asko.

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