Isidoro Berdié Bueno
Profesor en Ciencias de la Educación, Doctor en Historia y Doctor en Filología Inglesa

Ermua pudo ser Roncesvalles II

Diría que eran gente joven, intelectual, soñadora, romántica y con ganas de riesgo, amén de un programa político que querían para Euskal Herria, eso esta claro. Pero no eran gudaris.

El diario GARA es diferente a los otros periódicos, por dos motivos, por su faceta de ser osado y por animar a la ciencia, a saber. Así decía Itziar Ziga «aude... semper» , atrévete siempre; nosotros añadimos «aude sapere semper» atrévete a saber siempre (Horacio) «quia sapiens nihil affirmat quod non probat» porque el sabio no afirma nada que antes no pruebe.



Ermua pudo ser Roncesvalles II, hasta de ahora nadie ha visto así lo sucedido en ese pueblecito vasco, y es GARA quien se adelanta a presentes y futuros historiadores con esta teoría histórico-militar revolucionaria. Os recuerdo dos grandes batallas en la historia de la antigüedad: Batalla de Iso, S/ III a. C. de Alejandro Magno de Macedonia contra el Rey Dario III Codomano de Persia, Batalla de Trasimeno, S/ III a. C. de Anibal de Cartago contra Roma, amén de la citada Roncesvalles, medieval, vascos contra francos, S/ VIII d.C. y la mas próxima a nosotros: El barranco del lobo, 1920, España contra Marruecos. En todas las batallas citadas hay un elemento en común y es la orografía del terreno, esta juega un elemento negativo decisivo para el resultado final. La batalla de Iso es un río, la de Trasimeno es un lago, Roncesvalles es una montaña, El barranco del lobo es un desfiladero, Ermua era otro desfiladero, con las fuerzas encajonadas por las casas de ambos lados de la calle, en todos estos casos citados el movimiento de uno de los ejércitos era muy limitado. En el Barranco del lobo y otras acciones en el Rif marroquí supuso la muerte de miles de españoles, 13.000 según las Cortes españolas, 19.000 según Geoffrey Segan, persona no involucrada y libre. Impactó tanto esta carnicería que el pueblo cantaba: «En el Barranco del lobo/hay una fuente que mana/sangre de los españoles/que murieron por España/pobrecitas madres/cuanto sufrirán/al ver a sus hijos/que a la guerra van/...» ¿Podríamos tener hoy una canción como esta si se da un Roncesvalles II? Gracias pues al ángel de Budapest. Lo de Ermua, hogaño no se podría hacer o sería un grave riesgo, «A posteriori» todos hemos visto que con solo asustar, crear pánico y hacer una estampida, un psicólogo para calcular el nivel de pánico y aplicarlo, ellos mismos se hubiesen matado unos a otros en la huida. Sí, como en el caso O. Lara, el ministro del Interior Mayor Nariz, tuvo un ángel de Budapest. Algunos vimos ya la jugada, según iba marchando la lengua humana por las calles. Podría Ermua, Roncesvalles II haber superado la cifra del Barranco del lobo? El general Silvestre se suicidó, ¿por dignidad? ¿por cobardía: ser capturado, torturado y finalmente ejecutado? ¿Hubiera hecho lo mismo Mayor Nariz? ¿qué dicen ustedes, que no? Yo no digo nada, pero no les llevo la contraria. Gracias al ángel de Budapest, en España no se puede hablar como John Reed, de "Diez días que estremecieron al mundo", sobre la revolución rusa. Ermua no fue punto de inflexión ni punto de la i de idiota. Fue un motín de «carne de cañón», gentes exaltadas, viscerales que se metieron en una ratonera que hogaño tendrían que pensárselo dos veces. Las llamadas de Mayor Nariz a repetir la misma locura, denota en manos de quién estamos, quién nos guiá y a donde. «El esclavo ciego seguía a su todavía mas ciego señor» (Melville).



Como historiador y estratega militar, hay que afirmar que los militantes de ETA no eran gudaris ni mucho menos, otra cosa es que se lo creyeran ellos. Si hubiesen sido gudaris y un mando militar, ¡enseguida se les escapa Roncesvalles II! Diría que eran gente joven, intelectual, soñadora, romántica y con ganas de riesgo, amén de un programa político que querían para Euskal Herria, eso esta claro. Pero no eran gudaris. No tenían la frialdad de Napoleon ni su desprecio a la vida de sus soldados, que por conseguir un objetivo militar, no le importaba una carnicería de mas de cien mil hombres, sin parpadear. En el fracaso de la «Grande armée» 500.000 soldados que lanzó a la conquista de Rusia, y que el general invierno, cual sucediera al rey Carlos XII de Suecia, y más tarde a Hitler, les ganó la batalla y se tuvo que retirar, en la retirada quedaron mas de 300.000 hombres tendidos en la nieve. Napoleon se escapó, y llegó a Francia, preguntado que cómo iba a sobreponerse a semejante catástrofe, respondió: «Esas bajas las relleno yo con una noche de amor en Paris». ETA nunca pasó de la pistola y el petardo, propios de gente anarquista y de acción directa, no pasó al bazooka, metralleta, misil o aviación (entiéndase avionetas deportivas). Asesinos como Napoleon y otros como él, tampoco. Su método de lucha era la picadura de avispa, escuece, pero no afecta para nada a los órganos vitales (del Estado). Su lucha a la larga caería por sí misma por cansancio y agotamiento. No se podía cazar un dinosaurio con tirachinas, lo máximo que le matas es alguna mosca que lleve por la lomera. ETA tenia las pistolas y la calle, el Estado los tanques para aplastar y planchar la calle, y aviones de combate para fumigar el campo y escondites zulo en el Pirineo, el resultado era el que a la postre sucedió. Los jóvenes de la organización armada vasca, me recuerdan al Doncel de Segovia, un joven soldado que murió en combate en la Reconquista, que posa reclinado leyendo un libro, en un interregno entre combate y combate. En una de estas luchas murió. Sr. Pajoy, ETA también ha muerto, ya ni la izquierda abertzale la menta ni lo lamenta, tan solo está en su mente, en su boca y en su deseo, ¡ay, felices años que no volverán! Daría Ud. un ovario y medio del otro... de la Menina... de Velazquez, por que aquellos tiempos volvieran. Que diremos de la AVT (Ahora Vamos a Trabajar) y del hermanísimo que tenia que estar su estandarte en el Ayuntamiento de Madrid, calles y plazas cual si fuera el día del Corpus. La izquierda abertzale no va a morder ese anzuelo, ya se lo habéis dicho vosotros, «contra ETA todos vivíamos mejor», Decía Mayor Nariz que la organización armada vasca había perdido la guerra pero que había ganado con la paz. Las urnas, ayuntamientos y la calle estaban de su parte, participan en homenajes y reparación a las víctimas, a todas, y ya no les da opción a Uds. a tener chivo expiatorio ni demonio que exorcizar. Errenteria marca un antes y un después, pero eso ya será motivo de otra monografía. Conseguida la paz y entrega de las armas por parte de ETA, mi labor y la de muchos apolíticos termina; ahora, con las posibilidades y resortes de la democracia que la izquierda abertzale ofrezca su producto lo mejor que sepa.

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