Olga Saratxaga Bouzas

Eskerrik asko, Korrika!

Tuve el honor de formar parte del profesorado que en los años 80 y 90 trabajamos en la euskaldunización y alfabetización en los euskaltegi de AEK. Desde aquí mi homenaje y reconocimiento a todas y todos.


Cuando llevas Korrika en la piel y los sentidos, cuando tus ojos se iluminan al pensar en la siguiente, en la anterior o en la primera que viviste y las décadas transcurridas desde entonces han sido motor, vehículo y determinación para la resistencia ante las trabas de propias y extrañas.

Cuando al escuchar o leer su nombre te estremece su sonido y palpitan los sueños y la esperanza de una Euskal Herria euskalduna. Cuando inundan sus seis letras el resto de alfabeto y te vistes de emoción, caminando el lekuko y su mensaje, no hay palabras para describir ni transmitir lo que se siente.

Es la magia de la vida, de la fuerza y la ilusión por continuar recorriendo el camino que hace 39 años se inició. La firme convicción de estar construyendo el mañana de la siguiente generación y afianzando el terreno de la paridad lingüística guía los pasos en la madrugada o con el sol amanecido, y no importa que nieve o haga frío cuando la lengua es el alma y es la esencia de una identidad.

Tuve el honor de formar parte del profesorado que en los años 80 y 90 trabajamos en la euskaldunización y alfabetización en los euskaltegi de AEK. Desde aquí mi homenaje y reconocimiento a todas y todos.

Condiciones precarias de todo tipo y obstáculos institucionales eran el acompañamiento diario de nuestra labor pedagógica. Aún así, ninguna dificultad mermó nuestro empeño y militancia. Fueron años duros en los que apostamos por un método dinámico, cercano, popular y sobre todo de amor al Euskara, mientras las instituciones ponían el objetivo en la trasmisión academicista y métodos de enseñanza gramatical de la lengua vasca.

He aquí el resultado: AEK sigue siendo un referente en facilitar su conocimiento y como defensor de sus competencias y uso. ¡Eskerrik asko, AEK, por habernos dado tanto!

Korrika ha superado cualquier previsión de aquel invierno de 1980, las expectativas más optimistas, los cambios de gobierno o talante, enfrentamientos de toda índole con el Euskara como diana.

Ha cruzado umbrales, fronteras, ideologías y barreras, divulgando su mensaje.
No hay muro posible que pueda detener su avance, y ha trascendido incluso la propia coordinadora AEK.

Eskerrik asko, Korrika, por unirnos en nuestras diferencias, por permitirnos abrazar este tesoro personal y colectivo de un pueblo que anhela conseguir su legítimo derecho: expresarse en la lengua de sus ancestros y que con arrojo persistirá en la lucha, reivindicando su idioma hasta su consecución y más allá.

Seguiremos apartando polvo y piedra para hacer del desierto un mar de futuro. Preservaremos el bagaje que las primeras activistas del Euskara nos cedieron, protegeremos y viviremos en esta lengua llamada minoritaria, ni mejor ni peor que cualquier otra. ¡Simplemente, la nuestra!

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