Érase un tiempo en el que en la política de los Estados Unidos tener un pasado determinaba tu propio futuro. Mentir, tener errores, un texto controversial sobre un asunto polémico, era motivo de no elección en el Congreso, motivo de caída en las calderas de Pedro Botero, en lo que a efectos políticos se entiende. Y este período va casi desde que Jesús hizo las Américas, como dicen los mormones, hasta el comienzo del siglo XXI, o si no, pues jamás hubieran intentado meter mano con el historial de George Bush junior sobre su no paso por Vietnam y estancia en la Guardia Nacional de su querido estado. Alger Hiss y su presencia en la película de Oliver Stone Nixon de 1995 como muestra de que no fue si era o no comunista, sino que le pillaron en una mentira. O el hecho de que no fue el sistemático marco de destruir los candidatos demócratas, como dice la segunda mitad del libro de Woodward y Bernstein, Todos los hombres del presidente, olvidado por el filme de Alan J. Pakula, porque no fue un robo de cuarta en la sede del edificio Watergate, era más, mucho más, porque Nixon estaba harto de que los demócratas controlasen la presidencia, las dos cámaras y buena parte de los estados por décadas. Y salieron fuera del sistema de lo legal, empezando por las lagunas existentes. ¿Ese mundo es pasado, o es presente?

Poner la realidad en blanco o negro favorece el con nosotros o con ellos, que diría Bush junior en un debate del estado de la unión, aunque con retrospectiva los trumpistas meten en el mismo saco a los dos Bush, como a Clinton, Obama y a Biden. Globalistas, agenda 2030 (olvidando la agenda del milenio o todo lo demás). Como por ejemplo dos episodios, como la frase de Monseñor Macron sobre la muerte cerebral de la OTAN o el que se jeringue la UE de Victoria Nuland, que se presentan sin contexto, y como si fueran significantes vacíos, o más bien, vaciados, para ser resignificados para lo que uno quiera, como el MAGA, hacer grande América de nuevo, lo cual puede significar cualquier cosa, incluyendo que Mexico recupere lo que le fue arrebatado antes de 1848. La versión europea es más vidriosa, porque ¿se plantean allí que se derogue la doctrina Monroe y vuelvan las potencias europeas a ser dueñas y señoras del hemisferio occidental? Al final todo descansa no en principios, sino en poder, y la diferencia es palmaria. Si, Bush invadió Irak, pero hoy Irak es pasto de las milicias proiranís y EEUU sólo está allí para entrenar tropas. Si alguien dice que es estado títere, en todo caso, lo sería del estado persa, pero ni eso, porque son bien nacionalistas y patriotas, y no se acogen a la dupla de poder religioso y temporal del chiismo iraní, bajo sus ayatollahs. Y por supuesto Bush no convirtió Irak en el estado 51, a diferencia del imperialismo ruso con no sólo ucrania, sino también Georgia o Belarus, donde, dicho sea de paso, su idioma es sistemáticamente destruido desde el ruso imperial. ¿Para que sirve un estado si no es para defender a las naciones que la componen?

Recoger un hilo de historias puede ser divertido, se puede hacer de muchas maneras porque la historia es rica. Y no tiene una finalidad social. O no la debiera tener, más allá de señalar que lo que ahora es un ecosistema aceptado con unos valores y unas decisiones, en el pasado fue distinto y en el futuro puede ser diferente. El pasado no está escrito se puede cambiar. Y el futuro también. Tal vez por eso se puede poner el acento en que Francia fue la responsable de que el cohete Arianne saliera de las mesas de diseño de los ingenieros, cuando el vector de salida de nuestro planeta era el que proporcionaba NASA, una que ahora va a ser desmantelada en favor de un Musk que tenía su negociado propio, y como los malos empresarios se quiere servir de lo público para mantener su quebrado negocio, como pasa con Tesla. A ver si en realidad Trump es una bendición para China y la gente no se había dado cuenta. Fue con Bush en julio de 2001 cuando se produjo el incidente de la isla de Hainan, lo que pudiera haber llevado al mundo por un camino de choque con China, pero el 11S cambió el rumbo. Trump es capaz de decir perrerías de esas víctimas como dijo que John McCain no era un héroe americano. Ah, y si, Francia es la que impide acuerdos de comercio libre en la UE. Pero es la de la declaración Schumann, que da origen a este conglomerado europeo que tenemos, y padre de Delors, el mejor presidente de la Comisión de su historia. Todo bien o todo mal, pero antes nos dicen, con los demócratas EEUU es imperialista y la sede del maligno, con Trump y su MAGA es la bendición del mundo. Ni ungidos ni tutías. No a los salvadores del mundo, vengan de donde vengan, porque es parte del germen del autoritarismo.

Los contrapesos y balances, tradicionales de los Estados Unidos, eran un dique de contención frente a estas cosas. Veremos si pueden resistir, como pasó con los diques de Nueva Orleans frente al Katrina, donde los dineros de su reparación habían ido a otras cosas y la guardia nacional de Louisiana estaba básicamente en Irak. Un territorio donde la cultura cajún, francesa, es importante, como para que ahora venga el zanahorio a decir que el inglés es la única lengua oficial. Los entramados institucionales complejos son garantía de que más manos que sólo dos hacen las decisiones políticas. Autócratas de nuevo cuño son Xi Jinping en China, Erdogan en Turkia, Putin en Rusia... frente no a occidente como elemento territorial, sino la esencia espiritual de su realidad existencial. Por eso Ucrania es importante, porque simboliza lo que somos y que queremos seguir siendo. Por eso no se puede abandonar, porque hacerlo es abandonar nuestra propia alma, más allá de casuísticas en la historia de los países, favorables o desfavorables a un relato, de un tiempo a esta parte hay decisiones trascendentes asumidas para un marco compartido de como ver y estar en el mundo, una forma en la que la compartición, mal que bien, con intereses contrapuestos, pero asumiendo esa cúpula que nos cubre a todos, como era la idea de democracia liberal, el mercado (personas que compran y venden) en economía y otras características distintivas que lo fueron en el siglo XX y en principio incluso en este primer cuarto del siglo XXI. Romper con eso inoculando el virus autoritario lleva a antes del Congreso de Viena de 1815, a antes de la paz de Westfallia de 1648, reintroduce el feudalismo y todo lo que significa, para convertir al conjunto de Europa en el cuarto Reich, pero igual que el primero, no del tercero, me refiero al Sacro Imperio Romano Germánico. ¿Alguien en su sano juicio quiere eso para nuestro futuro? Por eso, dentro y fuera, Putin es un desafío, y Trump un mal tal vez necesario que nos deba hacer despertar, y, como significante vacío, donde explicitemos a qué nos referimos, sí, Make Europe Great Again. One United Liberal Democratic Europe. Slava Ukraini, heroiam Slava. Deo Gratia. Amen.


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