Iulen Lizaso

Futuro feliz

Aun siendo muy explícita en su redacción, me presenta alguna dificultad en la comprensión, posiblemente por el novedoso, sorprendente y elevado nivel en su contenido espiritual, en contraposición a mi inmadurez temática.

El libro comprende un solo capítulo: "Sintonía de Dios", y los apuntes que voy tomando a modo de síntesis no literal, titulo: "Antropología divina en los inicios de la humanidad". Escribo deducciones personales extraídas tras la lectura del libro de la escritora castellana Manuela Hernán Matesanz titulado "Divino y Humano" en su primera edición de 2024.

Sintonizar con alguien o con algo, como pudiera serlo con textos cuyo contenido suscitan alguna emoción, ambición, atracción y-o interés para «rumiarlos», equivale a resonar internamente con aquello que ha provocado una respuesta desde lo más íntimo... un eco interno que nos dice: Eso sí es...

Lo percibí cuando en este su último libro leía: «¡Qué grande es el ser humano! Pero más grande si se vuelve divino»... y en páginas más adelante: «Tú eres mente; posees más de Dios de lo que piensas»... y en páginas más atrás: «La mente no está capacitada para obligarse a disponer obligaciones que no sean de la memoria que Dios le puso de felicidad al ser humano»... ¡Nacimos obligados a ser felices!

Leo y clamo: ¡Es Ciencia Madre! Ser madre es tener tierra, lo supremo de la vida. Así es el saber y hacer del Universo sembrador... Ciencia Madre aflorando en Tierra madre.

El discernimiento es un talento. En crecimiento, cuando mejora el balance de nuestros hemisferios masculino y femenino, con el límite en la androginidad mental. Cuando la descompensación es acusada, se da una desarmonía tal que en palabras de la autora: «El corazón tiene razones que la mente ignora»... cuando caminan separadas.

Todo ello me resuena. A su vez impacta y turba en razón a que «algo»... alguien se quiere interponer interfiriendo en la sintonía. Esta bipolaridad que se da en los humanos, produce esa refracción de la mente, que llevado a la física y la óptica, es la diferencia entre lo que se ve y como es... y nuestro ego (yo) es distorsionador de la «óptica» de la existencia real en los humanos, que es el sentir (soy), el resto es sueño

Si «antropológicamente» los hoy humanos, en el origen éramos seres físicos y divinos de esencia cósmico-espiritual y naturaleza andrógina caminando sobre la Tierra con imagen mujer en un solo cuerpo masculino-femenino, ¿qué sucedió, cómo, cuando, quiénes, para que hoy lo hagamos partidos en dos y con nuestra esencia hibridada?

Separados y divididos como nunca. Desubicados por fanatismos a favor de ideologías religiosas, de género y políticas, sectas mediáticas y dogmas científicos, que nos restan la posibilidad de resonar con nuestro interior, recobrar la unidad original y enlazarnos con ese Eslabón Perdido que asegura la existencia y un futuro feliz, una vez fuera de esta caverna desencantada... ante tanta enfermedad y adulterio genético

«El espacio hay que crearlo para ocuparlo» «Este tiempo es el que hace enlace con la continuidad» anuncia la autora. Reintegrarnos como plantas al mismo Universo desde el cual fuimos sembrados como raíces en este planeta, es la única razón de nuestra existencia. Madurar y multiplicar los talentos desde la raíz original, permite la elevación al espacio a través de la Savia que sabe; espacio mental que posibilita el trasplante estelar al final de nuestro tiempo... que ya termina.

Enlace futuro, previo a haber creado tierra propia y seguir sembrando allí, desde ser guardianes de la Madre Tierra y de todas sus criaturas aún aquí, desde la máxima del respeto al «próximo», haciéndolo extensivo a los animales que aún traemos a nuestro plato: «No harás al prójimo el daño que para ti no quisieras que te hicieran, no harás para la Tierra el daño que a tu cuerpo no quisieras que te hicieran, no harás al Mundo el daño que como mente no quisieras que te hicieran».

Aunque aparentemente desconocido por ocultado tras los muros de iglesias y conventos, en todos los tiempos nos han recordado las dos personalidades, divina y humana de los seres humanos: «y el comportamiento de tu cerebro puede mostrar según su posición mental como corresponda a una de las dos»... desde los hechos.

Pienso que ante tanta superficialidad, esta filosofía relacional que nos llega en forma práctica de entender la espiritualidad, nos sirve para el día a día en este tiempo de tanta incertidumbre y desorientación existencial, pues «Nada es por nada, todo es por algo; y toda causa tiene su consecuencia»... es para algo. No hay en mi otra intención.

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