Pepe Turrillas, Martxel Toledo
ESAIT

Hoy Gibraltar, mañana Euskal Herria

La admisión provisional de Gibraltar como miembro de la UEFA esta misma semana, además de ser una buena noticia para todos que ansiamos la oficialidad de la selección vasca, brinda la ocasión para entender el proceso que requiere un estado, una nación, un país, e incluso un territorio dependiente de un estado, para acceder a la oficialidad y participar en competiciones internacionales.

Antes de nada, decir que las federaciones deportivas internacionales, llámense FIFA, COI o UEFA, son entes privados que regulan sus conflictos internos a través del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).

Así, los gobiernos no tienen ningún poder de decisión en las decisiones que se adoptan en las asambleas respectivas, aunque puedan ejercer presiones a través de las federaciones que les representan. Y de hecho la ejercen. No hay que ser muy lince para darse cuenta que en eso de presionar políticamente, España es la campeona. Y si no, hay están, además del caso que nos ocupa, el caso de la Federación catalana, tanto de hockey sobre patines ( 2004 ) como el de bowling, ( 2008) o el caso nuestro, donde la federación vasca de surf  fue apartada de los Europeos de Biarritz  del 2001.

Los estatutos de la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Associación) fueron modificados en el año 2001, precisamente por cuestiones de tipo político referentes a la admisión de nuevos miembros. Hay que tener en cuenta que Gibraltar había solicitado su admisión en 1997, admisión a la que España se opuso. Los nuevos estatutos FIFA,en su artículo 10 (Admisión de miembros) concretan: 1. «Toda asociación responsable de organizar y supervisar el fútbol en su país, puede convertirse en miembro de la FIFA. Por “país” se entiende en este contexto un estado independiente reconocido por la comunidad internacional, bajo reserva de lo estipulado en los apartados 5 y 6 del presente artículo».

Y ¿qué dice el apartado 6 de dicho artículo?, «Con la autorización de la asociación miembro del país del que dependa, la asociación de fútbol de una región que aún no haya obtenido su independencia podrá solicitar su admisión en la FIFA».

Evidentemente, este apartado se adjuntó para no caer en la contradicción de tener admitidas a federaciones de naciones sin estado como las Islas Feroe, además de Escocia, Gales o Irlanda del Norte en Europa, y de otro buen número en todo el mundo y no aceptar otras peticiones que surgen con fuerza como es el caso de Euskal Herria y Catalunya.

Queda claro, pues, que pueden solicitar su entrada en la FIFA las federaciones de fútbol de países reconocidos a nivel internacional, o territorios, aún no independientes, con el beneplácito del país del que dependan.

Es decir, en este momento, Euskal Herria con una federación de fútbol propia, sólo tendría un requisito que cumplir, tener la autorización de España y Francia.  Es obvio por tanto que la «condición sine qua non» de las supuesta ligas propias  que dicen exigir las federaciones internacionales para el ingreso en ellas y conseguir la oficialidad, no es mas que la excusa que utilizan nuestros enemigos para intentar meter miedo y justificar lo injustificable. Sin ir muy lejos, ahí está el ejemplo de Andorra, que sin Liga propia profesional, está participando en la Liga española y participa oficialmente con su selección en los diferentes eventos internacionales. 

El problema de todos pueblos que demandan su oficialidad a nivel internacional, es simplemente político. Sí, desde distintos medios, tanto informativos como políticos, se pide no mezclar política y deporte, todo un alarde de cinismo. Reivindicar la oficialidad es hacer política, ¿y negarla?

Cuando el TAS falló en agosto del 2006 para que Gibraltar fuera admitida como miembro de la UEFA y de la FIFA, dos fueron los argumentos que utilizó Angel María Villar, Presidente de la Federación Española de fútbol, para que este dictamen fuera rechazado en el congreso de Düsseldorf de la UEFA en enero del 2007.  Uno, eminentemente político, la reclamación de España sobre Gibraltar, basándose en el Tratado de Utrecht de 1713, el segundo, más peregrino, que Gibraltar no disponía de un estadio en condiciones para albergar competiciones internacionales, argumento que la federación gibraltareña respondió diciendo que San Marino, que tiene un estadio con aforo para 7.000 personas, juega sus partidos internacionales en el estadio de Bolonia.  A nadie le extraña la presencia de las Islas Feroe en competiciones internacionales, ni que Wallis y Futuna, archipiélago del Pacífico, dependiente administrativamente de Francia y con menos habitantes que Azpeitia, participe en la copa de Oceanía.

Por tanto, Sr. Villar, déjese de hacer el ridículo poniendo excusas que no se sostienen en pie y sea más comprensivo con los más débiles, no todo el mundo tiene la suerte de contar con grandes estadios.  Porque si Gibraltar cuenta con el beneplácito del TAS, por algo será.   Sr. Villar, no será que Vd. y la Federación española que dirige, ve a los vascos y catalanes dentro de poco tocando la puerta de instituciones como la UEFA, FIFA, TAS, etc,. etc.,  y le ha entrado el tembleque.  Parece mentira que Vd. haya nacido en Bilbao y haya jugado en el Athletic y en la selección vasca y no colabore en la búsqueda de soluciones para la oficialidad de la selección vasca.  Es evidente que sigue pensando y actuando como un mandatario español más con odio hacia nuestras reivindicaciones.

El problema de no admisión de nuevos miembros es un problema político, de deportivo no tiene nada. Kosovo, país soberano reconocido por 92 países de los 193 de la ONU, aún no ha sido admitido en la UEFA y no precisamente por razones deportivas.

El TAS ha dictaminado ha favor de Gibraltar, pero el contencioso no acaba ahí, la última decisión se adoptará en el congreso de la UEFA de Londres en mayo del 2013, y la decisión será política. Desde Euskal Herria seguimos de cerca el proceso.

Dentro de unos días, concretamente el 21 de octubre, en la CAV, se celebrarán unas elecciones para elegir al próximo mandatario del Gobierno de Gasteiz.  Creemos que es hora de emplazar a los partidos políticos, sobre todo, a los que aspiran a la Lehendakaritza para que de una vez por todas hagan caso del sentir mayoritario de la sociedad vasca y  cojan el tema de la oficialidad de la selección vasca con la seriedad y el respeto que se merece.  Y para ello, proponemos un Acuerdo Nacional de mínimos  entre las diferentes Instituciones vascas,  federaciones, deportistas, técnicos y gente del deporte en general, para que dejando de lado las diferencias, se puedan articular mecanismos jurídicos, políticos y deportivos que hagan posible esa realidad.  Gibraltar ha dado el paso y está en puertas de ser reconocida.  Y Euskal Herria?.  Nosotros creemos que en los tiempos de ilusión que vive el País, la oficialidad de nuestra selección merece ser tenida en cuenta, también por nuestras instituciones y sus correspondientes gobernantes. Esperamos y deseamos que nuestro mensaje no caiga como hasta ahora en saco roto.
   
 


 

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