Si atendemos a los criterios que la clase política utiliza cuando quiere señalar sus resultados positivos en unas elecciones, podríamos decir que el 62,56% de los igeldotarras (de un censo de 883 ciudadanos con derecho a voto, 391 votaron a favor y 234 en contra) están por la segregación de Igeldo de Donostia.

Por lo tanto la voluntad de los igeldotarras es clara. Se podrá opinar que la decisión es acertada o no, pero debe admitirse que no quieren permanecer a nuestro municipio y que lo han expresado en forma democrática, al menos con los criterios que para otros temas se dicen son democráticos.

Ante esta circunstancia, algunos piden la dimisión del alcalde por ser igeldotarra, es decir, por no ser ya donostiarra. Pienso que, efectivamente, sería bueno que dimitiera porque opino que todos los miembros del consistorio deberían tener su residencia real dentro del municipio.

Pero también quisiera recordar que no es contrario a la ley que se resida en otro municipio. ¿Hemos olvidado ya como el PP, PSOE y EAJ-PNV han presentado candidatos no residentes a las elecciones de algunos municipios? Entonces, ¿cómo son tan desmemoriados que ahora piden la dimisión del alcalde de Donostia? Es que todo vale para hacer inviable la gestión de la izquierda abertzale?

Qué ética política tienen esos paladines del estado de derecho?

Como colmo, la espantada, protagonizada por la oposición, del pleno municipal porque no se trataba el tema de Igeldo que estaba incluido en el orden del día del pleno siguiente. Una conducta muy ejemplarizante la de estos partidos. Para ellos también, la democracia es hacer lo que ellos quieren, cuando ellos quieren y como ellos quieren.

Y en referencia a EAJ, al que considero el menos malo de los partidos que operan en Euzkadi, quiero expresarle mi desilusión por esa actuación. Así, uniéndose a quienes niegan el derecho de Euskal Herria a decidir, no se puede liberar a nuestro pueblo y se dificultan las posibilidades de unir esfuerzos con quienes, desde otras opciones, sí quieren que se pueda realizar ese objetivo. Como ahora lo ha hecho Igeldo

Sé que no se trata con angelitos, que la IA tampoco facilita el logro del objetivo de una Euzkadi libre, pero todos estamos obligados a dar pasos en la búsqueda de ese objetivo. De lo contrario es mejor que nos quedemos en casa.

Aunque yo no lo haré; no podemos quedarnos en casa aunque los dirigentes políticos piensen más en su poltrona que en el pueblo que le ha elevado a dicho asiento.