Ricardo Cruz-Lopez
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Imanol Larzabal: una deuda pendiente que tienen Euskal Herria y el movimiento cultural euskaldun

Creo que la sociedad vasca y, especialmente, la izquierda abertzale, el movimiento por el euskera y el movimiento cultural tienen que realizar una reflexión muy profunda, para que, como pueblo y como comunidad, todos seamos conscientes de la gravedad de lo que sucedió con Imanol, si, de cara al futuro, queremos construir una Euskal Herria nueva y libre basada en la libertad y en los valores humanos.

A finales de junio se han cumplido 15 años desde que el cantante Imanol Larzabal nos dejó para siempre. Este aniversario y la nueva situación que, en apariencia, estamos viviendo en Euskal Herria nos ofrecen una ocasión inmejorable para reflexionar sobre el tema y para saber si, como pueblo y como comunidad, vamos o no por el buen camino. Además, y relacionado con lo anterior, Hasier Arraiz ha escrito recientemente un libro: "Maitasun keinu bat besterik ez" (Erein), que nos será muy valioso para analizar la trayectoria que hemos tenido en Euskal Herria y para realizar una profunda crítica y autocrítica. No lo he leído todavía, pero en el diario "Berria" le han hecho una entrevista muy profunda al autor. Arraiz nos da una y otra vez un mensaje en pro de una ética liberadora que tiene en cuenta la realidad de las personas y, por ello, espero que, además de ser una ayuda para crear el debate y la reflexión que tanto necesita la sociedad vasca, nos ayude a ver en toda su dimensión la gravedad de lo que le sucedió a Imanol, de lo que le hizo un importante sector de la sociedad vasca y para provocar un debate sobre ello en la sociedad vasca.

Empecemos, pues, a contar y a recordar lo que le ocurrió a Imanol, para que lo tengamos siempre en la memoria: por ser crítico y por manifestarse en contra de la lucha armada de ETA que tenía lugar en Euskal Herria, una parte importante del abertzalismo actuó fuertemente contra Imanol. Le hicieron un boicot impresionante, no le respetaron, le tildaron de traidor y, al final, tuvo que exiliarse, porque le fue imposible vivir aquí. Todos sabemos, más o menos, lo que sucedió y no me alargaré sobre ello, pero creo que la sociedad vasca y, especialmente, la izquierda abertzale, el movimiento por el euskera y el movimiento cultural tienen que realizar una reflexión muy profunda, para que, como pueblo y como comunidad, todos seamos conscientes de la gravedad de lo que sucedió con Imanol, si, de cara al futuro, queremos construir una Euskal Herria nueva y libre basada en la libertad y en los valores humanos.

En nuestro pueblo un número considerable de personas han sufrido mucho por ser disidentes y críticos, por ser críticos con la izquierda abertzale para ser más exactos. Es cierto que Euskal Herria ha vivido durante muchos años una lucha muy grande contra la opresión y por la libertad y este pueblo ha sufrido mucho: las torturas, la represión, los encarcelamientos, el exilio y la muerte de muchos hijos e hijas de este pueblo... Todo esto es verdad, pero una cosa no justifica la otra y, de un momento a otro, lo que era una lucha por la libertad se convirtió en una injusticia contra las personas que pensaban de distinta manera. Hasier Arraiz no lo puede expresar mejor en la entrevista de "Berria": «los fuertes golpes del contrario nos cegaron, hasta el punto de no ver los errores e injusticias que podríamos haber cometido». Un ejemplo perfecto de ese planteamiento es lo que Imanol tuvo que sufrir y es una deuda pendiente que tenemos la sociedad vasca, sobre todo el movimiento por el euskera y por la cultura euskaldun.

¡Cuidado! Que nadie interprete mal. El movimiento por el euskera y la cultura euskaldun ha realizado y está realizando un trabajo impresionante por Euskal Herria actualmente, y le ha tocado sufrir en carne viva el destino trágico de este pueblo: la cárcel, la tortura, la represión...; a veces, por el contrario, me parece que no tiene el valor suficiente para hacer frente a los viejos fantasmas del pasado y eso, en mi opinión, no es signo de fortaleza sino de debilidad. El haber trabajado en tiempos muy duros por el euskera y por Euskal Herria no nos ha de cegar de ninguna manera, para que digamos claramente qué es lo que está mal. Será por el bien de todos y, además, en este ciclo que tenemos la oportunidad de crear una nueva Euskal Herria sin violencia y sin odio, me parece que es un trabajo que tenemos que realizar todos y, en el caso de Imanol, el mundo de la cultura euskaldun especialmente.

Por último, Imanol, a ti te ofrezco este humilde artículo. Estés donde estés, estoy seguro que serás una persona libre y que tendrás un lugar entre los grandes hombres y mujeres de Euskal Herria (Txikia, Argala, Santi Brouard, Xabier Arzallus, Telesforo Monzon, Jose Antonio Agirre, Martin Ugalde, Elvira Zipitria, Manuel Irujo...).

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