Oskar Fernandez Garcia
Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación

La absoluta vigencia de las teorías orwellianas de la manipulación

A partir de ese momento se recurría masivamente al manual propagandístico, a la hipérbole -amarilla y descontextualizada- y al modelo de transformación y alteración de la realidad, diseñado por Joseph Goebbels

El preso político de la Txantrea, Patxi Ruiz, recluido en la cárcel de Murcia II, comenzó el día 11 de mayo a transitar por el auténtico calvario que supone realizar una huelga de hambre y sed, para denunciar de esa forma el trato inadmisible y las amenazas explícitas realizadas por una funcionaria de prisiones y por la misma dirección de la prisión, por el simple hecho de haber participado en una protesta, denunciando las condiciones sanitarias en las que se encuentran inmersos, según relató a sus familiares.

Ante la extrema gravedad que supone una decisión de ese tipo -que puede conllevar a la muerte o a padecer futuras lesiones irreversibles- y la pasividad e indiferencia de las instituciones penitenciarias y judiciales, diferentes colectivos, grupos y personas han denunciado esos hechos de manera pública, solidarizándose con el preso político mediante comunicados de prensa, concentraciones, manifestaciones, ayunos y huelgas de hambre rotativas por pueblos y ciudades de la geografía vasca.

El famoso activista argentino, Adolfo Pérez Esquivel, premio Novel de la Paz -y reconocido internacionalmente como incansable defensor de los los derechos humanos- ha suscrito el manifiesto a favor del preso de Iruñea.

En ese contexto han aparecido diversas pintadas en las fachadas de varios batzokis, casas del pueblo, sedes de partidos… Y una de esas acciones llevada a cabo en la parte exterior de las puertas del portal, donde reside la Secretaria General del PSE-EE, Idoia Mendia, es la que ha llevado a un enorme despliegue informativo, acompañado de contundentes y rotundas declaraciones por parte de los partidos políticos, sus portavoces y sus miembros más destacados.

La acción, según parece, fue llevada a cabo durante la tarde noche del pasado martes 19 de mayo, cuando alguien lanzó o depositó varias octavillas sobre los dos escalones de acceso al portal, derramando pintura roja sobre ellas y también en la parte exterior, inferior, de las dos puertas de acceso al edificio de viviendas.

En las octavillas, impresas en euskara, se podía leer: «Patxi Ruiz, en huelga de hambre y sed», «Idoia Mendia y PSOE asesinos» y «Amnistia osoa».

A partir de ese momento se recurría masivamente al manual propagandístico, a la hipérbole -amarilla y descontextualizada- y al modelo de transformación y alteración de la realidad, diseñado por Joseph Goebbels, relegando completamente la objetividad de la información y la transmisión, descripción y comunicación de lo que realmente había acontecido.

Al hacerse eco de esa información, los habituales medios de comunicación, tan próximos a la alargada sombra del omnímodo poder del Estado, no tenían como objetivo informar de los hechos acaecidos, sino muy al contrario valerse de ellos para intentar denostar, menoscabar y extender entre la población un sentimiento de desconfianza, repulsa y rechazo explícito a una parte fundamental de esa sociedad, cuya representación sociopolítica se constituye en la segunda fuerza parlamentaria de la CAPV, y la derecha de vascongadas y la carpetovetónica no quieren ni oír hablar de ella.

El Diario Vasco -perteneciente a uno de los grupos mediáticos más importantes del Estado español, el grupo Vocento– al día siguiente de lo ocurrido, en el portal de la Secretaria General de PSE-EE, encabezaba la noticia mediante el siguiente titular: «Mendia reclama ‘más contundencia’ a EH Bildu tras el ataque a su vivienda familiar»

Mediante una sola y escueta frase se condensaba meridianamente la intencionalidad fundamental de la «noticia»:

1.- Explicitar la falta de «contundencia» de EH Bildu, según el parecer y criterio personal de Idoia Mendia, incidiendo de esa forma, una vez más y reiteradamente, en esa insidiosa y completamente falsa idea del largo camino democrático que aún le queda a dicha formación por recorrer.

2.- Elevar hiperbólicamente el hecho de arrojar pintura y octavillas a la categoría bélica, utilizando el término «ataque». Vocablo, semánticamente, unido inherentemente a «Acción violenta o impetuosa contra alguien o algo para hacer daño, destruir o derrotar».

3.- Trasladar la acción o el hecho acontecido a un nivel de mayor proximidad, emotividad e impacto emocional de lo que realmente sucedió, utilizando el termino «vivienda familiar» en lugar del nombre donde realmente sucedió, en la cara exterior de las puertas del portal.

Tras proclamar, sentenciar y determinar, por parte del mencionado medio, que se ha producido un «ataque» y en su «vivienda», estos términos se irán reproduciendo constantemente a lo largo del texto informativo o de la noticia.

El vocablo ataque declinado, conjugado… llega a mencionarse hasta catorce veces, y en una ocasión, para insistir en esa obsesiva idea de acción bélica -que raya con el paroxismo- se menciona el hecho como «sabotaje».

Solamente en una única y exclusiva ocasión se emplea otra terminología, diferente a la bélica, concretamente cuando se informa de las declaraciones de Iñigo Urkullu; este «calificó… los hechos ocurridos».

El mencionado diario también recurre a la narrativa literaria -alejándose sideralmente de la objetividad periodística- cuando decide comunicar sobre la autoría del suceso, el hecho o la acción llevada a cabo, mencionando que fueron «radicales» y «los atacantes». Sentenciando de esa forma su género y su número.

Para poder comprender y alcanzar a valorar en toda su extensión sociopolítica y pseudoperiodística el trato y la forma dada a esta noticia es, realmente muy interesante observar y comprobar como ese mismo medio -“Vocento”, y una de sus publicaciones, “El Diario Vasco”, ya citado- cubrieron la noticia y el hecho ocurrido unos cuantos meses antes, concretamente 16 meses.

El 6 de enero del 2019, un policía nacional retirado disparaba contra un caserío de una conocida familia abertzale de la localidad de Amurrio. En ese momento tres miembros de la familia se hallaban en él.

La bala penetró por una ventana de la cocina y terminó su trayectoria impactando contra una de las paredes de la estancia. La suerte, el azar, la casualidad… determinó que ninguna de las tres personas sufriese ningún daño físico.

Aunque el autor del disparo fue identificado rápidamente por la Ertzaintza, en un primer momento no realizó ninguna detención ni tampoco se tomó ninguna medida cautelar.

Al día siguiente, 7 de enero de 2019, El Diario Vasco, encabezaba la noticia mediante el siguiente titular: «La Ertzaintza investiga el disparo al caserío de una familia vinculada a Sortu en Amurrio».

A lo largo de la exposición de la noticia -y desde el mismísimo titular- quedaba meridianamente claro y evidente el tratamiento informativo, punto de vista y manual al que se recurría para comunicar el hecho acaecido.

El enfoque periodístico de la noticia se puede observar en las diferentes frases que iban componiendo el texto:

«El partido -se refiere a EH Bildu- denuncia que el suceso ocurre en un contexto…»

«La Ertzaintza ha abierto una investigación para aclarar lo ocurrido… donde al parecer,
un hombre disparó… la policía vasca ha identificado al presunto autor de los disparos»

«El suceso tuvo lugar el pasado domingo… se disparó un proyectil…»

«… el autor de los disparos…»

Al día siguiente, 8 de enero de 2019, ese mismo medio de comunicación continuaba con la misma noticia. El encabezado venía determinado por el siguiente titular: «El identificado por el disparo de Amurrio es un expolicía familiar de Ibarretxe»

Posteriormente se podía leer:

«El hombre ha negado ante la Ertzaintza ser el autor de los hechos ocurridos en un caserío de una familia vinculada a Sortu…»

«El hombre identificado por la Ertzaintza en relación con el disparo contra un caserío»

«En el registro efectuado en la vivienda de este expolicía nacional jubilado, la Policía vasca ha encontrado munición, pero no la pistola con la que supuestamente se efectuó el disparo contra ese caserío del barrio…»

«El disparo se produjo el pasado domingo…»

“El disparo rompió el cristal de la cocina, ubicada en el primer piso, pero nadie resultó herido…»

«Los investigadores han confirmado que el hombre identificado por estos hechos es un jubilado en cuyo domicilio han encontrado munición de armas pero no la pistola con la que se efectuó el disparo y él ha negado haber sido el autor de estos hechos»

«Todos los partidos vascos con representación en el Ayuntamiento de Amurrio… han condenado de manera «contundente» el suceso y han pedido que se aclare su autoría»

«La Junta de Portavoces del consistorio alavés gobernado por el PNV… ha decidido por unanimidad denunciar estos hechos… y convocar una concentración a las seis de esta tarde para denunciar lo ocurrido»

«La alcaldesa de Amurrio, Josune Irabien, del PNV, ha calificado este suceso de hecho ‘grave’»

«… el identificado»

«Vecinos de Amurrio se han manifestado este martes por la tarde por las calles de la localidad alavesa para denunciar el ataque.” “En la misma ha tomado parte Sortu, cuya responsable en Álava, Oihana San Vicente, ha calificado de «inaudito», que no se tomen las medidas cautelares necesarias contra el sospechoso de efectuar el disparo»

En esta ocasión no se trataba de pintadas ni de lanzamiento de octavillas ni pintura arrojada sobre la parte inferior de unas puertas, sino de la utilización de un arma de fuego, una pistola, para disparar una bala sobre la ventana de una vivienda. Y a pesar de todas las evidencias, las pruebas, la enorme e inmensa gravedad de efectuar un disparo -incrustando una bala en el interior de una cocina- se recurrió, al camino trillado, al modelo y método de intentar restar toda la importancia y gravedad que semejante hecho delictivo y criminal conllevaba de manera inherente y explícita, recurriendo a un falso y ladino intento de objetividad informativa:

Lo que en mayo y en Bilbao, pintura y octavillas, se ha considerado reiteradamente un «ataque»; en Amurrio, 16 meses antes, efectuar con un arma de fuego un disparo se consideraba, también reiteradamente, «un suceso», «un hecho», «lo ocurrido». Así 13 veces.
Exclusivamente una sola vez se escribe el vocablo «ataque», en un apartado final.

En Bilbao se señalaba y se hacía constar que los autores eran «radicales y atacantes», sin embargo en Amurrio el autor, se convertía en eso: «autor», «sospechoso», “hombre», «presunto autor», «identificado», «jubilado», «ex policía nacional», así hasta 15 veces

El término «disparo» se repite hasta once veces y «proyectil» una vez.

Ante una acción bélica tan sumamente grave, terrible, brutal y extremadamente violenta, El Diario Vasco, el grupo Vocento y todos los grandes grupos mediáticos de ese país -unidos indisolublemente a un poder, a un Estado y a una mentalidad postfranquista- trataron por todos los medios de diluir, restar y ocultar, de manera consciente y deliberada, la enorme gravedad de un ataque fascista perpetrado bajo la seguridad que se ha cimentado sólidamente tras largas, aborrecibles y espantosas décadas y décadas de una absoluta impunidad a los crímenes, asesinatos, torturas y violaciones de todo tipo del fascismo.

El secretario general de Sortu, Arkaitz Rodriguez, denunciando la gravedad del abominable ataque fascista, expuso con una gran claridad y rotundidad la situación sociopolítica del Estado español, donde se ha dado y se ha producido una “auténtica involución». Y añadía: "¿Se imagina alguien que hubiera ocurrido al revés? ¿Si alguien de esa familia hubiera disparado contra el domicilio de ese expolicía español, presunto autor del tiro?»



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