Joxi Imaz, Edu Apodaka, Gurutze Ezkurdia, Paulo Iztueta, Begoña Bilbao, Jon Diaz, Karmele Perez-Urraza, Unai del Burgo y Pello Jauregi
UPV y UEU

La aportación de las ikastolas

Mientras no tengamos Estado, mientras las normas del juego no estén en nuestras manos, superemos el debate «público/privado», y reclamemos un «sistema educativo propio»

La preparación de una nueva Ley de Educación en la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) ha avivado algunos debates del ámbito educativo. En este artículo queremos dar nuestra opinión sobre uno de estos debates, subrayando dos ideas: primera, la necesidad de superar el esquema «público/privado» en la educación de Euskal Herria; y segunda, el reconocimiento del trabajo y la aportación de las ikastolas.

En cuanto a la primera, el esquema liberal «público/privado» (Estado/mercado) es demasiado simple porque no recoge otro espacio social fundamental: el de las experiencias populares, el de la acción comunitaria. Un espacio siempre importante, pero especialmente en países como el nuestro, en naciones sin Estado.

En el esquema «público/privado», parece que lo que no es del Estado, necesariamente responde a intereses particulares y privados. En este planteamiento, el Estado tiene el monopolio de lo público. Pero en el País Vasco, tenemos experiencia desde hace décadas en la creación de proyectos aparte del marco estatal (ikastolas, UEU, AEK…), en la mayoría de los casos experiencias con un carácter abierto y comunal, creando otro espacio público, pero no-estatal.

Para situar este debate en perspectiva histórica y sociopolítica, tampoco deberíamos olvidar el papel que jugó la anterior Ley de Educación de 1993 en la creación del esquema «público/privado». El consejero de Educación del Gobierno Vasco era Fernando Buesa (PSE-EE), y por sus comentarios parece que tenía claro el principal objetivo de la ley: «A partir de ahora ya no hay ikastolas, sino centros públicos y privados» (1993-05-27). En política, los que consiguen definir el marco del debate tienen ganada gran parte de la partida.

En el País Vasco, las escuelas «públicas» son las escuelas del Estado español y francés, las escuelas de la administración, las escuelas del autonomismo. En este sistema estatal, muchos profesores, padres y escuelas han hecho un gran esfuerzo en las últimas décadas en ámbitos como el euskara, la renovación del currículum, la mejora pedagógica…, pero como sistema, todavía tiene grandes límites para transmitir la idea de que somos una nación dividida en tres ámbitos administrativos diferentes. También en la misma CAV, pero sobre todo en Navarra y en Iparralde. En Navarra, porque la situación del euskara es diferente según la zonificación impuesta por el gobierno, o porque existen dificultades para utilizar en las escuelas mapas que muestren lo que es Euskal Herria. En las escuelas «públicas» francesas de Iparralde, la situación es todavía peor en todos estos aspectos (lengua, cultura, identidad, historia, geografía…). La publificación que defienden algunos supondría la integración en estas escuelas, lo que supone un paso atrás desde la perspectiva abertzale.

Uno de los principales objetivos de este sistema educativo «público» es españolizar y afrancesar a niñas, adolescentes y jóvenes, tal como reconoció públicamente el ministro Wert, pero no porque los españoles y franceses sean especialmente malvados, sino porque todos los Estados del mundo utilizan el sistema educativo para legitimar y reproducir su sistema político.

Mientras no tengamos Estado, mientras las normas del juego no estén en nuestras manos, superemos el debate «público/privado», y reclamemos un «sistema educativo propio».

Segunda idea. Pero en este caso no tenemos porque empezar a pensar proyectos nuevos desde cero. Desde hace 100 años, Euskal Herria ha entendido que la escuela es un ámbito estratégico para una nación, y ha creado un sistema escolar propio para resistir a los intentos centralizadores y homogenizadores de los Estados español y francés.

Las ikastolas se crearon para esto, y todavía uno de sus principales objetivos es la promoción del euskara, de la cultura vasca y de Euskal Herria. Si se analiza el currículum por ejemplo, con mucha diferencia, son los materiales de IkasElkar los que más muestran (y de forma más clara) lo que es Euskal Herria, sobre todo en asignaturas como geografía o historia, pero también en otras áreas de conocimiento (lógico, porque en las escuelas de Navarra no es legal situar este territorio dentro del territorio de Euskal Herria).

Las ikastolas se crearon para hacer frente a una opresión lingüística, cultural y nacional, y las ikastolas tendrían que tener el objetivo de luchar también contra otros tipos de opresión y desigualdad. Si las ikastolas están reforzando algún tipo de opresión, deben intentar solucionar este problema, como cualquier otra escuela (ofreciendo el derecho a la educación para todas las personas, enseñando actitudes que promuevan la igualdad…). Las distribución equilibrada del alumnado (con la menor diferencia posible en cuanto a clase social, raza, procedencia, genero…), la gratuidad de la enseñanza, la laicidad… son cuestiones que se deben abordar. Pero, cuidado, intentando solucionar el problema de las desigualdades, no nos olvidemos del problema nacional, o no pensemos que se trata de una opresión de segundo nivel, menos importante.

Las ikastolas se crearon como consecuencia de un conflicto lingüístico, cultural y nacional, no para reproducir el elitismo y el clasismo. Y todavía es el único sistema educativo nacional. Si las ikastolas de la CAV se integran en la red escolar de la administración, ¿cómo se sostendrían las de Navarra e Iparralde si incluso ya ahora tienen multitud de problemas?

El nombre «ikastola» se utiliza en todas la redes (en algunas escuelas que se pasaron a la red estatal, en colegios religiosos, en la red de ikastolas…). ¿Por qué? Porque se trata de un proyecto popular, un proyecto creado por el pueblo, desde abajo, que consiguió un extraordinario capital simbólico en la dictadura franquista. Y porque entonces, como ahora, era un proyecto de escuela alternativa. Las ikastolas significan cooperativismo, participación, conciencia y sensibilidad euskaldun en un mundo cada vez más homogéneo, comunidad (la más cercana y la nacional), mejora pedagógica y didáctica…

Todas las ikastolas no son iguales y el proyecto de las ikastolas no es perfecto, pero se trata del único proyecto nacional que tenemos en el ámbito educativo (y en general, uno de los proyectos nacionales más exitosos). No echemos piedras a nuestro tejado.

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