Iñigo Gaztelu, Izaskun Duque y Edriga Aranburu
Alcalde de Larrabetzu y concejales de Portugalete y Lekeitio

La «buena gestión» del PNV la pagamos los ayuntamientos

La política fiscal del PNV y su «buena gestión» ha quedado una vez más en entredicho y lo peor es que quien sufre las consecuencias somos las personas y los ayuntamientos de Bizkaia.

La «buena gestión» de la Diputación Foral de Bizkaia, de la que el sucesor de José Luis Bilbao, Unai Rementería y su equipo gusta de hacer gala, se convierte una vez más en una losa con la que los ayuntamientos tenemos que lidiar, sin poder hacer nada. La DFB ha recaudado nada menos que 439 millones de euros menos de lo previsto al principio del año 2015. Lo previsto fueron 6.954 millones de euros y lo recaudado  6.515 millones de euros, un desfase del 6,31%. Avisaron en octubre, como quién da las malas noticias en pequeñas dosis, para decirnos finalmente que no, que los ayuntamientos tenemos que pagar a la Diputación Foral de Bizkaia casi el doble de lo que nos dijeron. El PNV, que gobierna en la DFB con el apoyo cómplice del PSE ya ha lanzado la bomba: «Los Ayuntamientos  de Bizkaia deberán devolver 75,5 millones a la Diputación, por no cumplir con la previsión inicial». Un jarro de agua fría para los municipios de Bizkaia. Ya si en octubre el drama era demoledor, ahora esto se ha convertido en catástrofe.

En octubre la previsión calculada desvelaba que los ayuntamientos deberíamos devolver  48 millones de euros, es decir que los ayuntamientos tendrían 48 millones menos para los presupuestos del 2016 a cargo de lo recibido en el 2015 y no recaudado. Ahora esa cifra ha subido hasta los 75,5 millones de euros. Por lo tanto, los municipios deberán devolver casi tanto como el importe de lo ya devuelto (incorporado en los presupuestos de 2016) a raíz de las previsiones de octubre. Y lo que tampoco podemos olvidar: los ayuntamientos, mientras se mantengan estas políticas fiscales regresivas y favorecedoras de grandes intereses empresariales y no de las personas, deberemos incorporar también una previsión menor en nuestros ingresos derivados de Udalkutxa.

Hay ayuntamientos que ya tienen aprobado el presupuesto para este año 2016 (incorporado con los recortes previstos en octubre) y ello conllevará que deberán hacer más recortes y ajustes (por ejemplo, paralizar inversiones o incluso aplicar recortes) para tener que devolver esa gran cantidad de dinero «no recaudado» por la Diputación Foral de Bizkaia.

No se trata de un problema de cálculo, ya que en los otros dos territorios de la CAV también se   hace ese cálculo. Por poner un ejemplo, en Gipuzkoa, por tercer año consecutivo, y gracias a las reformas que en fiscalidad introdujo EH Bildu cuando estuvo en el gobierno, los ayuntamientos en vez de devolver dinero a las arcas de la Diputación, recibirán dinero, ya que la previsión inicial que se hizo se ha cumplido y además se ha recaudado más de lo previsto.

Esto no solo se debe a que ese cálculo se hizo correctamente sino a que en Gipuzkoa ha existido una política fiscal progresiva, más justa y equitativa, donde las grandes fortunas pagan lo que deben (ahí está el Impuesto sobre la Riqueza y las Grandes Fortunas promovida por el anterior Gobierno Foral de Bildu) y no existe tanta dependencia del sector energético como es el caso de Bizkaia, donde año sí y año también, es la excusa perfecta para justificar el fracaso de una política fiscal obsoleta y neoliberal que un año más demuestra en sus resultados que las previsiones son, si no falsas, sí imposibles de cumplir.

Es hora de que en Bizkaia también se hable menos de cálculos, dependencias y más sobre el modelo fiscal y tributario que tenemos. Es hora de que se hagan las reformas necesarias para que otra vez, los perjudicados no sean los ayuntamientos y en consecuencia los ciudadanos de a pie. EH Bildu ha realizado su propuesta para la financiación de la Ley Municipal, sin duda eso es un paso, pero Bizkaia también debe abordar un modelo fiscal y tributario distinto, algo que al parecer no será posible mientras el PNV siga en el gobierno con la complacencia del PSE.

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