Larraitz Ugarte
Abogada

La importancia de llamarse EH Bildu en Madrid

Para los críticos y abstencionistas: entre hacer y no hacer siempre es mejor hacer. Para los indignados: para quejarse hay que legitimarse, y votar te da legitimidad. Para los modernos: no hay nada más moderno y progre que EH Bildu, en las formas y en el fondo. Porque no hay nada más progre y moderno que participar en la creación de un estado propio totalmente distinto al que nos está sometiendo

Ha empezado ya la campaña para que la ciudadanía del Estado español elija a sus representantes políticos. Son unas elecciones que a la gente independentista de izquierdas siempre nos han chirriado. ¿Para qué ir a un marco que no legitimamos? ¿Para qué ir si no representamos más que a una minoría marginal en todo el arco parlamentario? O esta otra versión de los menos independentistas y más modernos (y diría que peligrosos): ¿Para qué votar a alguien que no va a ser decisivo en las políticas económicas y sociales que me afectarán en el día a día? Porque debemos tener muy presente que al ser humano le gusta hacer cosas que sean «importantes», e «importante» en el Estado español ahora es quitar a la derecha para poner una izquierda que a día de hoy promete (aunque no sabemos si acometerá).

Entre la fuerte tendencia (y tradición consensuada en algún caso) a la abstención de nuestro sector y la nueva modernidad progresista sin fuerte arraigo nacional acechando, no son unas elecciones fáciles para nosotros. En diciembre lo pudimos comprobar. Algo más que todo el estadio del Camp Nou a rebosar nos abandonó. Es un dato científico y objetivo. Se podrán hacer todo tipo de lecturas y conjeturas al respecto pero no nos entretengamos en exceso porque es obvio que la siguiente contienda electoral va a suponer una antesala a cómo nos vamos a presentar a una cita electoral, esta vez sí muy importante: las elecciones autonómicas de otoño.

Por ello, es crucial que en la presente campaña seamos capaces de transmitir a la gente por qué es necesario acudir a votar el 26J, y hacerlo a EH Bildu. En estas últimas semanas he visto y oído razones de peso para hacerlo, pero quisiera hacer mi pequeña aportación para cargarnos de más argumentos y ser capaces de convencer a los críticos, abstencionistas, indignados, modernos y vagos (que haberlos haylos). Para los últimos: ir a votar no cuesta nada, es gratis y te quita cinco minutos. Para los críticos y abstencionistas: entre hacer y no hacer siempre es mejor hacer. Para los indignados: para quejarse hay que legitimarse, y votar te da legitimidad. Para los modernos: no hay nada más moderno y progre que EH Bildu, en las formas y en el fondo. Porque no hay nada más progre y moderno que participar en la creación de un Estado propio totalmente distinto al que nos está sometiendo. Y un argumento más para estos: ningún partido español nos va a solucionar la vida a los vascos. Ni en lo nacional, porque ninguno de ellos va a acometer una profunda reforma democrática que permita a Euskal Herria ejercer su derecho a la autodeterminación; ni en lo social, porque las políticas económicas y sociales de Madrid van a suponer un avance claro en nuestra sociedad (el criterio del SMI o las pensiones que devengarán medias per cápita estatales, reformas fiscales que no nos afectan, o atención a la dependencia en la que estamos mucho más avanzados, por citar sólo tres ejemplos).

¿Quién tendrá la agenda política y social de la ciudadanía de Euskal Herria en su día a día? EH Bildu y las personas que nos representen en el Congreso y el Senado, junto a todo el equipo humano que estará allí. Quizá no se ha transmitido bien la gran labor que han hecho nuestros diputados, diputadas y senadores, más allá de unos cuantos vídeos de Youtube y twitters, que desde que nos hemos aficionado a esto de las redes sociales parece que se nos ha olvidado que hay que hacer un gran trabajo para poner en valor aquí en Euskal Herria lo que se hace en Madrid. Pero me consta que han hecho un gran trabajo, además de deleitarnos con grandes momentos de oratoria que elevaron unos cuantos puntos el nivel de debate anodino existente en esa institución. Quiero, pues, poner en valor todo el trabajo institucional que se realiza en las distintas instituciones y destacar la importancia del mismo. Y en todo caso, igual que hacer siempre es mejor que no hacer, creo que estar siempre es mejor que no estar.

Especialmente en Madrid. Allí se deciden, efectivamente, políticas económicas y sociales que nos afectan y nadie, ni los más progres, serán capaces de verlas con los ojos de los vascos. Porque no es lo mismo lo que se necesita para sobrevivir en Quintana de la Serena que en Barakaldo. Como tampoco es lo mismo querer conectar Madrid con Europa a través del TAV, o tener que padecer esa infraestructura para que se conecten otros.

Especialmente ahora. En los últimos cuatro años hemos tenido que padecer un Gobierno español de derechas con una mayoría absoluta que no ha tenido el valor de gestionar la resolución del conflicto vasco y ha sido el triste protagonista de aplicar con gusto las políticas económicas y de recortes impuestas desde Europa, empobreciendo a la sociedad española y por ende a la vasca de una manera brutal. Ahora se vislumbran cambios que, aun sin saber cómo evolucionarán, presentan un escenario interesante. Si Amaiur fue capaz de realizar un gran trabajo en un entorno con menor juego político, el trabajo que pueda realizar EH Bildu los próximos cuatro años puede tener mucho recorrido.

En el arco y en los pasillos. A nadie que haya conocido las instituciones se le escapa que a veces es tan importante lo que ocurre en los debates y votaciones como las relaciones y complicidades que puedan surgir antes y después de estos. En este sentido, para la izquierda independentista es necesario tejer alianzas y trabajar para que la resolución del conflicto vasco y sus consecuencias, así como el derecho de autodeterminación de nuestro pueblo vayan recabando apoyos de sectores del estado más proclives a ello. De partidos con representación institucional y de gentes que están fuera de ese ámbito.

Plataforma internacional. A nadie se le tiene que escapar que todos los pueblos que han logrado emanciparse han necesitado de apoyo de otros pueblos y estados. Ya hay un gran equipo que trabaja duro para obtenerlos. Y hemos podido constatar que poco a poco esto suele dar sus frutos. Ahí está la Conferencia de Aiete o la reciente gira de Arnaldo Otegi que ha sido recibido como lo que es: un hombre de Estado. En este sentido es innegable, nos guste o no, la importancia que da en el exterior que tengamos interlocutores que son diputadas o diputados del Congreso español.

Dos razones más para los que aún no están convencidos: En el debate de la unilateralidad y la bilateralidad, creo que tenemos que tener una cosa clara: es perfectamente compatible marcar una estrategia independentista unilateral (necesaria y urgente) e ir a Madrid. No resta, suma. Siempre, claro está, que no nos entretengamos por el camino.

Finalmente, quisiera  recordar un hecho. El de un amigo que estaba siendo torturado en dependencias de la Guardia Civil en Madrid, allá por el año 2013, coincidiendo con la visita de algún relator de la ONU que andaba por la ciudad. Según me contó, parece ser que algún diputado de Amaiur se puso en contacto con él, le expuso la probabilidad de que el detenido pudiera estar sufriendo torturas, realizaron ciertas gestiones diplomáticas y mi amigo dejó de ser torturado. Aunque sólo hubiera sido por este hecho, me hubiera merecido la pena haber votado a Amaiur. Como ahora tengo claro que me merecerá votar a EH Bildu.

Buscar