Javier Manzano
CEO de Kevo Technologies

La inteligencia artificial en tiempos de coronavirus

En unos meses saldremos de esta crisis pero lo tendremos que haber hecho con la lección aprendida. La sociedad no volverá a ser la misma después del covid-19, ni las empresas, ni las organizaciones. Deberemos de actuar de forma más inteligente, la tecnología puede ser nuestro gran aliado.

Esta crisis sanitaria ha forzado el proceso de transformación tecnológica de las organizaciones. Sí, la tecnología ya estaba implantada en el tejido empresarial pero se ha visto que no lo suficiente. En pocos días hemos asimilado una serie de hábitos y formas de relacionarnos a nivel social y empresarial que irán imponiéndose una vez visto su potencial. Aunque las compañías tecnológicas ya lo ofertábamos hace tiempo y muchos valoraban estas nuevas opciones, sólo unos pocos lo habían puesto en práctica de forma sistemática y regular antes de este hito.

Las tecnologías de comunicación, la virtualización, las tecnologías cloud, la disponibilidad de datos en tiempo real, así como la analítica y predictiva en base a dichos datos, son tecnologías que se han activado desde el momento en el que saltó la alarma sanitaria. Y vienen para quedarse.

La inteligencia artificial, concretamente, se ha convertido en un aliado fundamental para los científicos que buscan la vacuna contra el covid-19, ya que se han podido beneficiar de las predicciones de la estructura del virus generadas por la IA, ahorrándose meses de experimentación, recopilando y analizando miles de estudios realizados en torno al coronavirus, su evolución o su diagnóstico. En Corea del Sur, por ejemplo, la IA ha ayudado a reducir el tiempo necesario para diseñar los kits de pruebas basados en la composición genética del virus a unas pocas semanas, cuando normalmente tardaría de dos a tres meses. Y como herramienta para el control de la población, la IA se ha utilizado en apoyo de políticas de vigilancia masiva, como se ha hecho en China, donde se han servido de dispositivos para medir la temperatura y reconocer a las personas o para equipar a los organismos encargados de hacer cumplir la ley con cascos «inteligentes» capaces de señalizar a las personas con temperatura corporal elevada.


Pero la IA también tiene mucho que aportar en la reactivación de la economía. Durante estas últimas semanas hemos visto la proliferación de Chatbots (bastante básicos) para tareas de información, que permiten liberar canales de comunicación saturados, más necesarios para consultas más específicas. Sin embargo, aún hay mucho potencial en la IA para planteamientos proactivos.

A esto se le suma un segundo factor clave de la inteligencia artificial de cara al futuro: crear soluciones de automatización robótica de procesos cuyo eje sea la voz. En este sentido, hay que resaltar que los asistentes de voz orientados a prestar atención a los clientes o para el manejo de máquinas mediante órdenes habladas se consideran una de las tendencias de futuro de la Industria 4.0.

Vamos a aplicar esto a casos prácticos concretos. En el área asistencial, la IA por voz puede facilitar la realización de encuestas de salud o llegar a la población no digitalizada, como son las personas mayores, a través de una línea telefónica con voicebots. La crisis sanitaria del coronavirus ha dejado en evidencia el actual modelo asistencial que tenemos y la necesidad de activar un proceso de transformación orientado a una mayor colaboración entre los profesionales sanitarios y entre sectores público y privado, aprovechando las múltiples ventajas que pueden aportar las nuevas tecnologías en este contexto. El hecho de poder introducir al colectivo de la tercera edad con éxito en la hoja de ruta de una nueva estrategia teleasistencial más inteligente, sería crucial de cara al futuro ya que nos estaríamos anticipando a posibles problemas que pueden venir, tales como una segunda ola de coronavirus durante el próximo otoño.

En otros sectores como el de la industria o el de la alimentación también han surgido necesidades a abordar. Imaginemos por un momento un gestor comercial virtual, capaz de gestionar miles de llamadas a la vez, integrando los datos en tiempo real, sin que el equipo humano tenga que estar físicamente en el lugar de trabajo. Pues bien, ya hay soluciones desarrolladas en este sentido. Sólo hay que apostar por ellas.

La inteligencia artificial, la robotización de procesos y las nuevas tecnologías en general deberían de ser nuestros nuevos compañeros de viaje. Facilitadores en un mundo cambiante, incierto e imprevisible, como el que estamos viviendo en estos momentos u otros que están por llegar. En este contexto, se pueden tomar dos caminos: el de la anticipación o el de la adaptación sobre la marcha. A nivel empresarial, creo que es mejor la primera opción, sobre todo, porque hay mucho en juego. No hay que ver lejano el implantar soluciones tecnológicas de este tipo en las organizaciones porque tarde o temprano habrá que hacerlo. A muchos les cuesta sumergirse en el mar tecnológico por falta de conocimiento en la materia. Sin embargo, creo que lo más importante es entender el para qué de las soluciones tecnológicas y así analizar si puede ayudarte en tu actividad de hoy y de mañana.

Nos dirigimos hacia una sociedad hiperconectada digitalmente pero con menos contacto físico. Este último contacto lo dejaremos más para el ámbito privado. Inevitablemente, nuestra forma de ser, de hacer y de actuar está obligada a evolucionar a otra más en línea a la situación del momento y del futuro. Y vuelvo a subrayar: la voz jugará un papel fundamental como elemento conector entre la tecnología y las personas.

En unos meses saldremos de esta crisis pero lo tendremos que haber hecho con la lección aprendida. La sociedad no volverá a ser la misma después del covid-19, ni las empresas, ni las organizaciones. Deberemos de actuar de forma más inteligente, valga la redundancia, y la tecnología puede ser nuestro gran aliado. Podemos ser previsores e implantar ya soluciones de inteligencia artificial que nos ayuden en nuestro día a día y que nos hagan ser más eficientes, con las personas en el centro de la ecuación. Debemos aprovechar esta tecnología porque hoy es ya una realidad, una oportunidad y, además, está al alcance de nuestros bolsillos.

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