Iñaki Revuelta
Cantante

La lección de Altsasu

Desde aquí felicito a todas las compañeras y compañeros que tomaron parte en Iortia, por su valentía, solidaridad y buen hacer. Grandes artistas que merecen un poco más de respeto y consideración. Y de paso pedir a los autores del cartel una sincera reflexión.

Han transcurrido tres días ya de la visita a Altsasu de la extrema derecha española con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, a la cabeza. Un fracaso de asistencia en toda regla a mi parecer, ya que eran tres partidos estatales los que se sumaban al llamamiento y las gentes eran provenientes de diferentes puntos del Estado. Durante la jornada dominical, existieron varias convocatorias para denunciar tal injerencia.

Mi inseparable compañero, Jesus Etxebeste, y un servidor nos sumamos a la organizada por la asamblea vecinal que tenía como lema: «Utzi Altsasu Bakean», «Dejad Altsasu en Paz». Un acto pacífico y de carácter festivo, en la que se quería dar una respuesta a la altura de una digna localidad, que sabe ignorar esa clase de incursiones fascistas. Allí nos encontramos con un amplio abanico de grandes nombres de la cultura vasca: Fermin Muguruza, Xabi Solano, Zuriñe Hidalgo, Petti... Desde los bertsos de Onintza Enbeita, pasando por el rap de La Furia hasta la batucada feminista, la plaza Iortia emanaba un claro aire fresco de libertad, sin apenas acordarse de la presencia de gente tan siniestra a pocos metros del lugar.

Hubo también una concentración antifascista, muy numerosa por cierto, en la que se vivieron momentos muy tensos, originados en su mayoría por seudoperiodistas maestros de la provocación. Felicitarles por su buen comportamiento y aguante ante las ganas de crispar de otros. Yo, en cambio, pensé que la mejor respuesta era la de la indiferencia y la de la reivindicación pacífica y festiva de nuestros derechos y libertades. Pues parece ser que a un sector del ámbito abertzale no gustó nuestra postura y se encargaron de crear un nuevo cartel sobre el acto de Iortia. Un cartel donde se cambiaba el lema anteriormente citado por un «Dejad al fascismo en paz», y donde a la mayoría de las y los participantes se nos cambiaban los nombres y apellidos de manera jocosa, tildándonos de monjitas de la caridad, poco más o menos...

Creo que no es para nada justa esa actitud, más cuando no era para nada un día fácil, donde llegas a un pueblo tomado y con todos los negocios cerrados, con todo el nerviosismo que ello conlleva. Desde aquí felicito a todas las compañeras y compañeros que tomaron parte en Iortia, por su valentía, solidaridad y buen hacer. Grandes artistas que merecen un poco más de respeto y consideración. Y de paso pedir a los autores del cartel una sincera reflexión: aprendamos de ese cordón popular de seguridad, de como supieron hacer frente a una situación tan delicada y peligrosa. No caigamos en la trampa del enemigo, el que se nutre de nuestra división y se regocija al vernos pelear. Tomemos el ejemplo de Altsasu, de esa dignidad como pueblo, de esa lección de cómo debiéramos enfocar la construcción de la Euskal Herria del futuro.

Gora Altsasu!!! Gora Herria!!!

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