Txema García
Escritor, periodista y miembro de la Plataforma Guggenheim Urdaibai STOP

La política del avestruz del PSE-PSOE en Urdaibai

La política, la de los partidos, se está convirtiendo en un mero acto de nadar y guardar la ropa, de decir una cosa y a continuación la contraria, de prometer el oro y el moro y no dar sino migajas, o de sacar conejos de la chistera cuando en ella no hay nada.

Lo vemos todos los días. En todos los formatos: en declaraciones ante la prensa, en la radio, en las redes sociales, en la televisión, en los parlamentos... y es que la política ha devenido en un complejo ecosistema, en una variable similar a la del reino animal en el que la lucha por la propia supervivencia prima sobre la cooperación con otras especies.

El medio ambiente político se ha convertido en una auténtica selva atestada de políticos vociferantes que solo sirven para tirarse los trastos a la cabeza los unos a los otros. En ella predominan los «políticos cacatúa», una especie en expansión que con sus ruidos impide que otras voces con propuestas racionales puedan ser oídas.

También se encuentran los que medran y medran, auténticos «chupópteros», más bien parásitos acostumbrados a vivir a expensas del sudor, la sangre y las lágrimas de los demás. También es otra especie en crecimiento.

Luego están los «políticos avestruz», otra especie de ave que no vuela y a la que le gusta esconder la cabeza debajo del ala. Su estrategia de supervivencia pasa por no dar nunca la cara y dormir con los ojos abiertos en situación de alerta.

Viajemos en el tiempo. Urdaibai, año 2010. Numerosos políticos de estas tres especies habitan en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. La lehendakaritza está en manos de Patxi López, gracias a que a la izquierda abertzale de entonces le prohíben presentarse a las urnas y, también, a la pinza que le hacen el tándem UPyD-PP-PSE al PNV.

Al perder el poder, el partido jeltzale le deja varias herencias envenenadas al PSE. Una de ellas es el plan para instalar en las antiguas colonias de la BBK de Sukarrieta (ahora y antes Busturia) otra nueva franquicia del Museo Guggenheim de Nueva York. El Departamento de Cultura del Gobierno Vasco, dirigido por Blanca Urgell, se encuentra con un «marrón» en toda regla, un «muerto» que no quiere cargar a sus espaldas.

Aún en un clima de debilidad política, el Gobierno de Patxi López rechaza frontalmente en aquel 2010 el proyecto planteado por la Diputación de Bizkaia. Valora incompatible la instalación de un Museo Guggenheim en la Reserva de la Biosfera, incluso en un lugar menos lesivo desde un punto de vista ambiental que el que ahora (una senda peatonal y «ciclable» de seis kilómetros de longitud que invade la zona núcleo de la Reserva de la Biosfera) se pretende colocar con nocturnidad y alevosía entre Gernika y Murueta mientras se «desbroza» cualquier impedimento normativo y legal que obstaculice este plan ecocida.

La consejera de Cultura, Blanca Urgell, y la de Medio Ambiente, Planificación Territorial, Agricultura y Pesca, Pilar Unzalu, en rueda de prensa celebrada el 18 de junio del 2010, rechazaron aquel proyecto debido, así lo señalaron, «a su desmesurado coste, tanto en la construcción como en el mantenimiento; a la «mala» ubicación elegida, y al riesgo de que la marca «Urdaibai» se quede solapada por la del Guggenheim».

Urgell sentenció que el Gobierno Vasco «no aportará recurso económico alguno para ese cometido y que rechazará que el presupuesto de la pinacoteca bilbaína se destine a un Museo Guggenheim en Urdaibai. «Si quieren construirlo será con el dinero de Bizkaia», añadió.

Han pasado trece años desde entonces y el PNV vuelve de nuevo a la carga con una nueva propuesta más avasalladora aún que la anterior y arrastra a su socio de gobierno, el PSE. ¿Y qué dice este partido ahora? No sabe, no contesta, se desentiende de su anterior compromiso y mira para otra parte. Como el avestruz, esconde la cabeza debajo del ala.

¿Dónde se ha metido usted, señor Eneko Andueza, secretario general del PSE-EE, tan dado a explicar con suma pedagogía las posiciones de su partido? ¿No ha hablado en sus recientes encuentros con la vicepresidenta del Gobierno español, Teresa Ribera, acerca de que su partido hace trece años estaba en contra de colocar un Museo Guggenheim en Urdaibai? ¿Dónde está usted Idoia Mendia, vicelehendakari del Gobierno Vasco? ¿Les ha comido la lengua el gato? ¿No tienen ninguna posición política fijada al respecto? ¿Sí? ¿No? ¿Ni sí ni no?

Sepan ustedes que, si no se pronuncian al respecto, lo hará la ciudadanía. Y no solo los 560 exiguos votantes que tuvieron en Busturialdea en las últimas elecciones municipales, a los que se supone que les tendrían que decir algo al respecto. No, me refiero a los 289.826 personas que les otorgaron su confianza en los tres territorios de Euskadi en las generales del pasado año.

¿Qué les van a contar a estas ciudadanas y ciudadanos acerca de todo este despilfarro de dinero público (un mínimo de 130 millones de euros que, de hacerse, serán bastantes más) que su socio en el Gobierno, el PNV, va a destinar, en parte, a montarle su chiringuito al Guggenheim de Nueva York en Urdaibai?

¿Han cambiado algo las condiciones en la comarca para ahora «tragar con este nuevo muerto»? ¿Cómo van a explicar a sus votantes de Araba y Gipuzkoa que esto no deja de ser una propuesta del EAJ-PNV en su nueva versión más bizkaitarra desde los tiempos de Sabino Arana?

¿Tienen que pagar los ciudadanos y ciudadanas de esos otros herrialdes (Gipuzkoa y Araba) el capricho de adornar con un Museo un paisaje que es en sí mismo, ya es un Museo de la Naturaleza?

¿O será que la contrapartida de 40 millones de euros aportados por el Ministerio para la Transición Ecológica para regenerar los suelos que Astilleros de Murueta ha contaminado durante más de ocho décadas, es el precio a pagar por el apoyo del PNV al Gobierno de Sánchez y, en contrapartida, el PSE se venda los ojos con el proyecto del Guggenheim en Urdaibai?

¿Dónde quedan las declaraciones tan rimbombantes del presidente Sánchez en la reciente Cumbre del Clima en Dubai en las que expresaba que «quien contamina paga»? ¿No van a obligar a Astilleros de Murueta a que sanee la contaminación que ha ocasionado en un área de especial protección de la Reserva de la Biosfera?

Ustedes saben y son muy conscientes de que este proyecto de instalación del Museo Guggenheim en Urdaibai con dos sedes es infumable. Que el partido que gobierna no ha contado con ustedes para nada, que todo se hace con «nocturnidad y alevosía» y que la jugada de la Demarcación de Costas (ya recurrida por varios colectivos, entre ellos la plataforma Guggenheim Urdaibai STOP) de reducir la servidumbre de 100 a 20 metros quedará en los anales de la desvergüenza política.

Y una cuestión muy importante: ¿en qué lugar creen que dejan a sus compañeras y compañeros que dieron la cara en la legislatura de Patxi López como lehendakari y que tuvieron la valentía de defender que no se llevara a cabo este proyecto infame?

¡Señores del PSE-EE-PSOE!: pasen de la política del avestruz en Urdaibai porque, si no, van a convertirse en alguna de las otras dos especies más nocivas aún para un ecosistema digno, justo y saludable para la ciudadanía de este país.

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