Gorka Alberdi Gómez y Asier Manso
Eguzki

La realidad de nuestros mares empieza delante de nuestra casa

Es inaceptable estar hablando de la situación de contaminación que soportan nuestros mares y en ningún momento hacer mención a lo que vemos en nuestros ríos.

Ver el flysch lleno de plástico ha creado una alarmante preocupación e incomodidad en la ciudadanía por la contaminación y la suciedad en nuestra costa.

Una gran parte de estos desechos que han terminado en el mar han salido de nuestro territorio, y esto rara vez se menciona; y aunque se haga mención no se concreta. Parece que se nos hace mucho más fácil localizar el problema en el exterior, pero aquí también tiene sus raíces.

Los medios de comunicación no nos dan demasiadas opciones para ello. Deberíamos aceptar que estas imágenes del mar también son nuestras y que nos vemos obligados a superar el problema. Este debería ser el trabajo de los medios. Pero nos están diciendo que el problema de la gran cantidad de basura marina es global. Eso no ayuda en absoluto, mucho menos cuando nos hablan de la India. Las administraciones locales tampoco están tomando las medidas necesarias ante esta problemática. No nos enseñan, no nos educan.

¿Cuántos cursos de agua, arroyos, ríos y sus bordes vemos llenos de plásticos blancos y negros u otros tipos de desechos? ¿Cuántas veces nos quedamos mirando al río y cuántas veces vemos cómo plásticos y otros tipos de desechos han tomado su camino, dirigiéndose hacia el mar como si fueran pequeños barquitos?

Cuando vemos estas imágenes delante de nosotros no tenemos ninguna duda en afirmar que ni la sociedad ni las instituciones en su conjunto somos conscientes de lo que tenemos a nuestros pies: no nos damos cuenta de que tenemos un gran problema, somos parte del gran daño e irreversible que estamos ocasionando al medio ambiente.

No estamos ante ninguna broma.
Por ello estamos convencidos de que, viendo la situación de los ríos, estamos obligados a cambiar esa realidad, por lo que no podemos, y no debemos quedarnos  callados.
Es inaceptable estar hablando de la situación de contaminación que soportan nuestros mares y en ningún momento hacer mención a lo que vemos en nuestros ríos.
Lo que vemos en los ríos y riachuelos tiene mucho que ver con que los residuos que diariamente manipulamos, y tenemos en nuestras propias manos, no acaban en el lugar que le corresponde, sino que, muchas veces acaban en cualquier lugar, sin contar lo que se expulsa directamente, estamos hablando de las bolsas de basura que hoy en el siglo XXI  se siguen tirando desde las ventanas de las viviendas. Aquí está la clave: estamos ante un problema de gestión de residuos.
Los ríos, riachuelos son las venas de los mares y lo que sucede aquí se refleja después en el mar. Lo repetimos de nuevo: lo que sucede en el mar es un reflejo de lo que tenemos delante de nuestra propia casa.

Tenemos, debemos dar un paso adelante, subir un escalón en nuestro nivel de conciencia. Con total tranquilidad vemos los ríos sucios y aunque limpiemos el río cada dos o tres años y saquemos cientos de kilos de residuos y basuras, estas basuras no nos esperan, están a merced de las aguas, si sacamos cientos de kilos, otros tantos miles acaban en el mar enviadas por el agua.

Cuando llueve todo son malas noticias, accidentes en carreteras, colapsos, desbordamientos, eventos cancelados etc. Así nos lo recuerdan constantemente los medios de comunicación.

Nos crea incomodidad en nuestros quehaceres diarios.  Sicológicamente a muchos nos deprime, nos entristece, pero nadie se acuerda de esa gran casa que se llama océano.

Solo el mar sabrá la gran cantidad de residuos que está recibiendo estos días arrastradas por el enorme volumen de agua que atraviesan nuestros ríos. Pronto parte de ello lo veremos nuevamente en nuestras costas expulsadas por el mar, pero solamente una parte. La mayoría de esa basura se va descomponiendo en el mar creando una capa de contaminación, destruyendo la vida que allí existe.

Tenemos que interiorizar y ser conscientes de que un residuo en el momento que acaba en el río es un problema.

Si diputaciones y ayuntamientos ponen en marcha medidas, campañas de sensibilización y las mantienen en el tiempo pueden traer muchos cambios, los logros pueden ser grandes con pequeños gestos. Cada institución dentro de su territorio, dentro de sus competencias debería de hacer un seguimiento del río, entonces sabrán de dónde, y cómo acaban allí. Por experiencia, por lo que vemos, sabemos que los residuos llegan desde nuestras  propias calles, zonas de descanso, zonas industriales, huertas y caseríos cercanos al río, y cómo ya he dicho desde las ventanas. Está en sus manos, y es su deber. Estamos hablando del medio ambiente, de sus, y nuestros derechos. Nos pertenece el derecho a conocer los ríos limpios. No podemos dejar esta problemática a nuestros hij@s.

Tenemos todo para ganar, sin duda alguna.

Ya sabemos dónde comienza el problema, sabemos cómo llegan nuestros residuos al río y al mar, entonces tenemos parte del camino hecho. Si realmente nos conmueve y nos duele la situación del mar y queremos cambiar las imágenes que de allí nos llegan demos un paso adelante. Devolvamos al río sus derechos.

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