En medio de la enorme campaña represiva desatada por el Estado español contra la juventud vasca, el 22 de setiembre del 2014, realizamos un muro popular o herri harresia en las escalinatas de la Basílica de Loiola en defensa de los cinco jóvenes que habían decidido no presentarse ante la Audiencia Nacional de Madrid. Allí estuvieron presentes, como otros cientos de vascas y vascos, Esteban Orbegozo de Azpeitia y Beñat Hach Embarek de Ormaiztegi, condenados por la denuncia y posterior recurso de la Ertzantza al pago de 23.663 euros en concepto de responsabilidad civil.

Durante toda la operación de detención de los cinco jóvenes vascos, la Ertzaintza tuvo una actuación especialmente violenta contra las personas sentadas, desobedientes y en resistencia pasiva que se encontraban en la escalinata de la Basílica. En medio de tanta violencia, un ertzaina antidisturbios de los denominados «Beltzak» se lesionó rompiéndose un tendón de la rodilla sin que ello fuera consecuencia directa de ninguna agresión por parte de los que defendían a los cinco jóvenes. Hoy, tres años más tarde, responsabilizan de ese accidente de trabajo a Esteban y Beñat, imponiendo a ambos un fortísimo castigo económico y enviando de paso un claro mensaje a las personas que organizan la desobediencia civil o a la ciudadanía que toma parte en ella: esta será la respuesta del Gobierno Vasco ante la desobediencia y la resistencia pasiva.

En un primer momento la Ertzaintza les quiso acusar de atentado a la autoridad pero después de ver sus propias grabaciones tuvieron que cambiar de propósito ya que dicha acusación era imposible de sostener a la vista de los hechos. Incluso el ertzaina que resultó herido manifestó en el hospital que «me ha fallado la rodilla», sin responsabilizar a nadie de ello.

Pero el Gobierno Vasco había tomado la decisión de no dejar pasar la ocasión para castigar a Esteban y Beñat. Para ello, hizo cambiar la primera declaración del ertzaina herido, afirmando que la lesión no fue un accidente laboral sino consecuencia que unas agresiones. A pesar de saber que dicha afirmación era falsa, los abogados de la Ertzaintza por mandato de la Conserjería de Interior del Gobierno Vasco recurrieron la primera sentencia. El Gobierno de Urkullu necesitaba una fuerte condena y no paró hasta conseguirlo. En la segunda sentencia, al contrario de lo manifestado por la primera, el juez terminó endosando la responsabilidad civil a Esteban y Beñat y los condena al pago de 23.663 euros.

La abogada de ambos acusados, Garbiñe Gómez, mostró su preocupación y alarma ante la segunda sentencia ya que en ella el Tribunal Territorial «pone patas arriba los principios fundamentales del Derecho». A su entender, y tal y como también lo reconocen todas las actuaciones del procedimiento judicial en la primera sentencia, el ertzaina se hirió en un accidente y no por una agresión. Las cosas así, «la Sala de lo Penal de Donostia no pudo endosar la responsabilidad civil a Esteban y Beñat ya que reconocía que no fueron los responsables directos de las heridas sufridas por el ertzaina en su actuación, por lo que nos les correspondía».

Y a pesar de ello, todo ha sido baldío, ya que aunque la propia Audiencia Provincial reconoce que no ha existido agresión directa por parte de los acusados, manifiesta que su sola presencia en los actos, los hace responsables y les obliga a cubrir la responsabilidad civil... Para Garbiñe Gómez, esta decisión es incomprensible y jurídicamente improcedente. Según ha manifestado, el simple hecho de participar «de facto» en una protesta, no le hace a nadie responsables de todos los hechos que en el transcurso de la misma se produzcan. Considerar lo contrario «va en contra de principio de responsabilidad individual de los actos y, además, supone un peligroso precedente en la criminalización y condena en el ámbito de las protestas sociales. Pone en entredicho incluso el principio de la presunción de inocencia». Pero el Gobierno Vasco debía de proteger a la Ertzaintza, a los ertzainas y a todas sus actuaciones, a pesar de que para ello deba mentir y condenar a ciudadanos inocentes.

De la misma manera que sucede cuando en un procedimiento judicial están implicados la Guardia Civil o la Policía Nacional, la presencia de la Ertzaintza también produce la desaparición de la igualdad de trato procesal que se desequilibra siempre en beneficio de la policía, se vista del color que se vista.

Desde ELEAK-Libre Mugimendua queremos manifestar claramente que el Gobierno Vasco no supo como hacer frente a la desobediencia y a la resistencia pasiva no violenta que iba tomando fuerza sobre todo en torno a los aske guneak y los muros populares o herri harresiak. Las actuaciones de la Ertzaintza en Donostia, Ondarroa, Gasteiz o Loiola dejaron una imagen lamentable de la Policía Autónoma y de la Consejería de Interior, tal y como ha sucedido en Catalunya con la actuación de Guardia Civil y a la Policía Nacional. En todos los casos ha quedado de manifiesto ante la sociedad que la única violencia es la practicada por ellos.

Por todo ello, el castigo contra Esteban y Beñat ha sido una vendetta contra la desobediencia y la no violencia, pero de nulas consecuencias ya que la seguiremos desarrollándola en el futuro en defensa de nuestros derechos civiles y políticos.

Por todo ello, llamamos a la ciudadanía a no dejarse amedrentar y a seguir luchando. ELEAK-Libre Mugimendua se compromete a defender a todas las personas que se encuentran en situación parecida. Consideramos que cualquier vulneración de nuestros derechos civiles y políticos debe de ser respondido por la movilización popular, independientemente del tipo de policía, institución o entidad que lo lleve a cabo.

Mientras tanto, debemos de recoger entre todos y todas el dinero que les ha sido robado injustamente. Para ello hemos abierto la cuenta corriente al nombre de Beñat Hach Embarek, número ES65 3035 0006 84 0060022507, en la Laboral y llamamos a todas las personas y organismos populares a realizar actos deportivos, políticos, culturales... para recoger fondos y denunciar este atropello. Esteban y Beñat fueron solidarios en Loiola, ahora nos toca a todas ser solidarios con ellos.