Mikel Kintana
Ekoneus

La viabilidad de ETB (II)

Haciendo un resumen de lo expuesto en los dos documentos se realza la importancia que tiene en la misión del ente la independencia de los profesionales, la búsqueda de la verdad etc. Veremos que es muy poco probable que esto sea viable, como le preocupaba al señor Erkoreka.

Para medir la viabilidad es necesario fijarse en la misión para la que fue creada EITB y observar si se cumple y en qué grado. Para entender la misión no fijaremos en dos de los últimos documentos aprobados por el Gobierno Vasco y el propio ente: el contrato Programa 2016-2019 y el Libro de Estilo de EITB.

En el primero se recogen los compromisos contraídos por EITB y sus principales indicadores de medición, siempre indicadores cuantitativos difíciles de aplicar a nuestro caso, por lo menos solo con datos internos.

En el apartado 5.3.1 podemos leer:

«Compromiso en el liderazgo informativo sustentado en los principios básicos de ejercicio honesto y profesional del periodismo: veracidad, equilibrio informativo, imparcialidad, neutralidad, independencia y credibilidad».

En el segundo, el Libro de Estilo de EITB en el apartado 16 se dice:

«En defensa de los derechos de expresión e información, en EITB sus profesionales mediarán para que la ciudadanía sepa y conozca la verdad. Los asuntos de relevancia pública serán prioritarios; se harán todos los esfuerzos para que los gobiernos e instituciones faciliten la información que sirva al interés general de la sociedad. La independencia profesional es contraria a la concesión de contraprestaciones».

Por tanto, nadie puede exigir la cobertura mediática de determinados hechos. La decisión sobre qué es o no publicable corresponde a la redacción y sus órganos.

Haciendo un resumen de lo expuesto en los dos documentos se realza la importancia que tiene en la misión del ente la independencia de los profesionales, la búsqueda de la verdad etc.

Veremos que es muy poco probable que esto sea viable, como le preocupaba al señor Erkoreka.

Para comenzar todos los profesionales que ocupan altos cargos en EITB, debieran ser nombrados en función de sus méritos profesionales contrastados en lugar de por su valor como políticos.

Al no ser esto así, encontramos grandes contradicciones entre estas grandilocuentes palabras y la propia esencia del ente. La política pura y dura preside todas las decisiones verticalmente.

Comencemos por el nombramiento del director general.

La ley 4/1996 de 11, de reforma de la creación del ente, de octubre, referente nombramiento y cese del director general dice:

Artículo 1.–El director general será elegido por el Parlamento, a propuesta del Gobierno, que deberá ser aprobada con el voto favorable de, al menos, la mitad más uno de los parlamentarios. Producida la elección, el director general será nombrado por decreto del lehendakari.

No se habla de qué condiciones debe cumplir la persona nombrada, así como tampoco hay ninguna incompatibilidad para su nombramiento. Y siempre, curiosamente, recae el cargo en una persona de gran perfil político cercano al partido de gobierno.

Entre las funciones de la directora general está el nombramiento de los cargos de mayor responsabilidad de los diferentes organismos que dependen del ente. Como es evidente estos cargos recaen siempre en personas afines nuevamente al partido gobernante y aunque se dice en la ley que serán refrendados por el Consejo de Administración y así se hizo en el caso del Director general de ETB, señor Barinaga que es lo que ahora nos interesa. El Consejo de Administración de EITB, reproduce a pequeña escala las mayorías del Parlamento Vasco, en este caso, el nombramiento se hizo con la oposición de LAB, por haber sido su trabajo fundamental asesor de comunicación del Gobierno Vasco y por ser copropietario de una productora Beleuko, muy ligada a la producción externa de EITB.

Dicha productora desde el nombramiento del director de ETB en 2014 hasta 2017 ha multiplicado por ocho sus ingresos según diversas fuentes.

Otros altos cargos también han sido nombrados a dedo, con la justificación de que los empleados de la casa no quieren ser promocionados, cambiar de trabajo y mejorar en sus condiciones económicas, según dijo Iturbe en el Parlamento vasco.

Como se puede apreciar, Erkorka tenía su punto de razón al reclamar una revisión de la viabilidad del ente.

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