Iñaki Uriarte
Arquitecto

La Virgen de Dorleta, patrona de los ciclistas

Tal día como hoy, el 28 de agosto de 1960, la Virgen de Dorleta fue proclamada «Patrona de los ciclistas españoles», que es venerada en su santuario de Leintz Gatzaga (Gipuzkoa), aunque fuera del núcleo de la villa cerca de Gatza Museoa y apenas a un kilometro y medio de la muga con Araba. Este templo es una evolución constructiva de un antiguo castillo situado para defensa de las cercanas salinas y como lugar de paso, que tras varias intervenciones, la última de mayor envergadura en 1684, formalmente podría situarse en el siglo XVII. La imagen actual de la Virgen es una talla gótica en la que madre e hijo se muestran en actitud de mutua contemplación.

Este hecho religioso tuvo unos precedentes fundamentales, ya que anteriormente se produjo su coronación celebrada solemnemente en la explanada del templo el 26 de octubre de 1958, cuya ceremonia ofició el entonces arcipreste y párroco de Arrasate Jose Luis Iñarra (1907-1976) con la participación de los obispos de Donostia y Gasteiz, un enorme fervor popular dada la época y también con la asistencia de numerosos aficionados ciclistas. Tres de ellos, jovenes y con facultades, los bilbotarras Luis y Ángel Serrano y el gasteiztarra José Luis Sáenz de Olazagoitia, decidieron previa consulta y apoyo del párroco de, entonces Salinas de Leniz, con la aprobación de los obispados y de las federaciones de ciclismo crear una comisión para declarar a la Virgen de Dorleta patrona de los ciclistas.

Con ese ánimo, dos años después emprendieron un largo viaje en bicicleta desde Gasteiz hasta Roma y se personaron en la Cittá del Vaticano, donde entregaron a la Sacra Congregazione dei Riti, las «preces» que el Prelado de San Sebastián elevaba, en solicitud canónica: que la Virgen fuese declarada patrona de los ciclistas. Asimismo, Sua Santità Giovanni XXIII, un pontífice muy aficionado al ciclismo, les recibió en audiencia especial el 8 de agosto de 1960. También llegaron, se supone que en avión, el Comité de Adhesión de la Federación española y las federaciones regionales, que dada la época, todos ellos serían franquistas falangistas de pose católica.

Posteriormente, el 17 de agosto regresaron los tres ciclistas cansados pero satisfechos y felices a la capital vasca, y el 28 del mismo mes, la Virgen de Dorleta era proclamada «Patrona de los ciclistas españoles». En el templo se muestran maillots donados de importantes ciclistas vascos y españoles a modo de pequeña colección. Ya recientemente, por Orden de 30 de enero de 2018, el Santuario de Dorleta, quedo registrado como Bien Cultural, con la categoría de Monumento, en el Inventario General del Patrimonio Cultural Vasco.

Otras referencias

Esta afición, a la vez que devoción por el ciclismo, tiene otros dos lugares de culto ciclista muy reconocidos en iglesias de Italia y Francia creados también por párrocos con similar criterio. En Italia, en la pequeña localidad de Ghisallo de la provincia de Como junto al lago y próxima a los Alpes, región de Lombardia, con la intervención de su párroco Ermelindo Viganò (1906-1985) aficionado al ciclismo quien se empeñó que la iglesia de 1623 con una imagen del siglo XVI consagrada a la Virgen María, la Maddona, situada en un alto con un desnivel de 567 metros y lugar visitado por ciclistas, tuviera un mayor rango. Fue el Giro de Lombardia de 1905, actualmente denominado Il Lombardia, el que incluyó como un tramo de dificultad, espectacularidad y gran belleza del entorno la ascensión de 9 km sobre tierra. Años después, tras la Segunda Guerra Mundial, en 1947, el lugar tuvo tal concurrencia que el párroco solicitó al Papa Pío XII que declarara la Madonna del Ghisallo, representada con una imagen del siglo XVI, patrona universal de todos los ciclistas lo que concedió un año después con un «breve pontificio». Ante la cantidad de ofrendas de todo tipo vinculadas a la bicicleta depositadas en el templo, junto al mismo se hizo un museo muy visitado, inaugurado en 2006. Una meta de peregrinaje y devoción por las reliquias de la bicicleta.

En Landes, departamento de la región Nouvelle-Aquitaine, en el municipio de Labastide-d’Armagnac con un entorno muy bello se encontraba abandonada la capilla de Géou de finales del siglo XI que por voluntad del párroco Josep Massié fue restaurada y consagrada por intercesión, también, del Papa Giovanni XXIII el 18 de mayo del año 1959. Cada año es visitada por miles de aficionados al ciclismo. El interior a su vez es un museo con los maillots cedidos por los principales corredores del pelotón internacional. La capilla está inscrita en el inventario de Monuments historiques desde 1996.

El Tour, que en su país por mayor conocimiento es exquisito en la elección del recorrido y en la singularización de sus referencias culturales, se inició en este lugar en 1989 y este año 2023 la cuarta etapa Dax-Nogaro, la siguiente después de atravesar, con predominio turístico por Hegoalde, prescindiendo de Nafarroa, tuvo un sprint intermedio junto a la capilla para mayor relevancia. Una lección de conocimiento y oportunidad de divulgación cultural.

En Euskal Herria

Resulta sorprendente y decepcionante que quienes hayan pensado y decidido el recorrido del Tour de France por Hegoalde, en concreto la segunda etapa Gasteiz-Donostia hayan ignorado totalmente una singular presencia referida al ciclismo. En la carretera GI-627, el alto de Arlaban, una subida de seis kilómetros con pendiente media del 5,5% para llegar a la cota de 616 metros, por tanto, de interés competitivo, en el término de Leintz Gatzaga, a unos dos kilómetros y medio de la muga con Araba se ha despreciado de la singular referencia que se encuentra en el km 20,6. Un sencillo monumento al borde de la carretera con la imagen de la Virgen de Dorleta asumida como protectora por los ciclistas siempre engalanada con ramos de flores, un evidente hito de la cultura inmaterial de la bicicleta cuyo paso no alteraba los otros importantes lugares de la etapa por Debagoiena como Arrasate de gran importancia por su antiguo equipo Fagor. Se prefirió un recorrido alternativo, muy cercano entre Legutio y Aramaio por la carretera A-2620, que tiene un alto Kurtzeta de altura similar, 697 metros.

Hay que advertir que entre las grandes carencias culturales de Euskal Herria, especialmente en materia museística, se opta por lo ajeno por franquicias que requieren un enorme gasto económico y un canon anual al ostentar la dichosa marca judeoamericana aunque sea invasiva, Guggenheim Urdaibai. No existe, entre otras varias e importantísimas carencias museísticas, un museo de la bicicleta, solo unas interesantes colecciones dispersas. Apelamos, por tanto, a ciclistas en activo o pasivo, a los numerosos clubes y las federaciones a que se pronuncien y también a toda la enorme afición que en las cunetas de carreteras y en la meta, una vez pasado el pelotón o la transmisión televisiva, se desvanece en su pasión por el ciclismo, que implica también reivindicar a la bicicleta como un referente social y cultural.

Buscar