Jeannette Ruiz Goikotxeta
Psicóloga Especialista en Psicología Clínica

Los hombres que no amaban a las mujeres (II)

Al juez y a la jueza que han decretado la puesta en libertad de los «presuntos» abusadores sexuales (según yo, violadores)

Hace unos meses, a cuenta de la sentencia, no pude reprimir mi necesidad de dirigirles unas líneas manifestando mi desacuerdo e indignación por la sentencia dictada escribiendo un artículo sobre por qué, entre otras cosas, deberían de tener formación en reacciones en el afrontamiento de situaciones traumáticas y nociones básicas en psicología.

Ya son tres (creo) los motivos de indignación en este caso: el primero cuando sucedieron los hechos (violación), el segundo cuando se dictó la sentencia de abuso (violación) y el tercero cuando se ha decretado la puesta en libertad (de los violadores). Todo esto sin contar las veces que oigo hablar en TV al señor Martínez Becerra.

En esta ocasión escribo para desdecirme de parte de lo escrito en el artículo anterior ya que en un párrafo escribí literalmente: «Tenían ustedes la oportunidad de dictar una sentencia que hiciera historia, que nos hiciera a las mujeres creer en la justicia…» y la verdad es que todo esto, y se lo agradezco inmensamente, está haciendo historia, una historia de empoderamiento de las mujeres, de movilización social, de tomar las calles, de sororidad o como le oí a una compañera hace poco de ahizpatasuna, de sentirme orgullosa de mis hermanas y de ser mujer. Gracias señor y señora jueza por hacer historia.

Y a las mujeres supervivientes de «la Manada» y a todas las mujeres agredidas en general les diría que se puede, que entre todas podemos ponernos enfrente de ellos, de los agresores, que somos fuertes, resilientes, capaces, poderosas y sobre todo valientes.

De paso al señor Martínez Becerra le diría como bien dice una frase que leí en una pancarta: «Somos mujeres, no vamos a parar», en contraposición a unas declaraciones suyas en las que se nos tachaba de histéricas, que por cierto no sé si sabe lo qué significa ese concepto ya que hoy día está bastante en desuso a nivel clínico pero se utiliza peyorativamente para insultarnos.

Por cierto lo de los cestos sigue vigente.

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