Fernando Salegi
Eguzki talde ekologistaren partaidea

Los residuos de Bizkaia huelen mal

Mientras que en Gipuzkoa se va abandonando la idea de la incineración de basuras y se están dando pasos muy importantes hacia el objetivo de 0 residuos, Bizkaia apuesta por un modelo totalmente opuesto, impulsando más la incineración que el reciclaje.

En los últimos diez años solo un tercio de los residuos generados por l@s vizcaínos ha sido reciclado; los restantes dos tercios se han enviado bien a los vertederos o bien a incinerar.

Ahora la Diputación ha abierto una Planta de Tratamiento Mecánico Biológico (TMB) en el monte Arraiz, cerca de Bilbo, junto a la incineradora de Zabalgarbi, con el objetivo de tratar toda la basura que se destinaba a vertederos. De ahí se reciclará menos del 8 %. Luego, parte irá a Artigas y más del 80% se quemará en las fábricas de cemento o en la incineradora.

Sumando a lo reciclado en contenedores, el total de lo que se reciclaría en Bizkaia no pasaría de un 40%, mientras lo que se quemaría rondaría el 60%.

En la reciente inauguración de esta planta, nuestro Diputado General, José Luis Bilbao, declaraba eufórico que en Bizkaia se ha solucionado el problema de las basuras, «no como en otras provincias», añadía. Al alcalde Azcuna no se le ocurrió otra cosa que decir que con este sistema los bilbaínos no tendrían que esforzarse en reciclar. Años de concienciación medioambiental echados por la borda en una sola frase.

A los ecologistas de Eguzki no nos parece ni mucho menos que el tema esté solucionado. Al contrario, el problema se ha agravado. En este planeta con recursos limitados, no es lógico que estos recursos tan valiosos sean quemados. Además, nuestros bolsillos salen perjudicados. Cuando hacemos una compra pagamos también el envoltorio de papel, el cristal o el plástico. Después de utilizarlo pagamos a una empresa para que nos retire la basura y la queme. Produciendo una electricidad que luego nos la va a vender. Pagamos tres veces. Con lo que el planeta será más pobre y nosotr@s también. Negocio seguro, pero para algunos solo. Eso, sin tener en cuenta que el dinero público para la construcción de la incineradora sale de nuestros impuestos.

No solo eso. La incineración de residuos hace que mucha gente pueda tener enfermedades graves debido a las sustancias tóxicas que genera este tratamiento térmico como son las dioxinas, arsénico, cromo, bencinas, hidrocarburos aromáticos policíclicos, cadmio, plomo, tetracloroetano, hexaclorobenceno, níquel y naftalina. No lo decimos nosotras, un reciente estudio realizado por la Universidad de Carlos III ha confirmado lo que otros estudios europeos ya decían.

Tampoco es justo que las basuras generadas en un extremo de Bizkaia sean quemadas en Bilbo o Alonsotegi.

Además, después de quemar un tan alto porcentaje de residuos, todavía resulta de ello un 20% de cenizas que ya no son un simple residuo. Este residuo ha pasado a ser tóxico. La idea de la Diputación es utilizar estas cenizas para hacer carreteras. Mucho le costará al Diputado General encontrar pueblos donde admitan obras realizadas con estos residuos tóxicos.

Al margen de palabrería, a la Diputación Foral de Bizkaia no le entusiasma el reciclaje. Es lógico: cuanto más reciclemos, menos combustible habrá para quemar, y menos rentable será la incineradora. No hay más que ver las trabas que pone la Diputación al reciclaje. Por ejemplo, la Diputación ha sacado unas ayudas para los ayuntamientos que quieran recoger la materia orgánica en sus municipios. Hasta ahí todo bien. Pero si leemos la letra pequeña, para que los ayuntamientos puedan acogerse a esas ayudas tienen que cumplir que el orgánico sea recogido mediante el 5º contenedor, y esos residuos no hayan sido cocinados. La Diputación bien sabe que los residuos no cocinados son una pequeña parte del total de basura que generamos. Lo saben, pero eso es lo que quieren conseguir. Quieren hacer creer que están dando pasos hacia la recogida de materia orgánica, cuando en la práctica apenas se están reciclando.

L@s vizcaínos tenemos que salir de esta encrucijada. En lugar de quemar la basura, tenemos que reutilizarla, reducir el consumo y reciclar. En muchos pueblos de Euskal Herria tenemos el ejemplo, están empezando a reciclar el 80% de los residuos, como en Catalunya, Italia y otros muchos lugares del mundo. Hay muy buenos sistemas para ser eficientes: autocompostaje, auzokonpost, recogida puerta a puerta... Solo se necesita voluntad política. Hay que creer en el reciclaje. Y, de momento, la Diputación vizcaína no cree en ello. Tenemos que ser los ciudadanos quienes mediante la reivindicación consigamos hacer primar el interés de la mayoría frente a oscuros intereses de unos cuantos.

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