Cuando el PSOE firmó el Acuerdo con la Santa Sede, como así lo hace el PP, colocaron esta falsa casilla para contentar a los contribuyentes laicos engañando una vez más al personal. La casilla no era sino para justificar el Acuerdo con la Iglesia Católica, acuerdo que convierte al Estado en una gestoría de una entidad privada. Si alguien solicita, como lo he hecho yo, que ese dinero vaya a parar a una entidad u ONG en concreto; el funcionario de turno le contestará que las leyes prohíben expresamente destinar un impuesto a un destino concreto elegido por el contribuyente. Lo que no vale igual para la Iglesia que es una entidad concreta y un destino concreto privilegiado con este procedimiento de la casilla gracias al Concordato del Estado español con la Santa Sede.

Con la pérdida de votos, los del PSOE dicen ahora que «denunciarán» el Concordato, que se han vuelto laicos. Como nos dice el secretario del PSN Santos Cerdán León (DNoticias /05/2014). Nada que sea de fiar como estamos viendo: un partido que ha sostenido a UPN durante años, monárquico, capitalista hasta la médula (de hondas raíces socialistas nos dirán), que niega el derecho a decidir cualquier cosa que no decidan ellos, los del PP y los mercaderes de Europa (nacionalista muy español eso sí), militarista (con su Polígono de Tiro, sus enseñanzas antidisturbios en los colegios y su regimiento América 66). Los que nos hemos vuelto laicos con ellos somos nosotros, un montón de gente que aunque no les votase veía siempre ese espejismo de esperar «el cambio» y conciliar acuerdos. Está claro que el cambio no vendrá con conservadores de pura cepa de aspecto burgués y liberal, aunque alguno de sus militantes críticos les hagan un poco de marketing social como Ainhoa Aznárez.

Volviendo al asunto. Si la Iglesia es una entidad de utilidad pública que responde a fines sociales, sus fieles podrán financiarla como ellos quieran, por supuesto. Pero los Estados no sustentas creencias religiosas o, de hacerlo, las sustentas todas; incluso las anticlericales y ateas, que son opciones políticas y filosóficas que opinan racionalmente que las religiones pueden ser engaños o formas ideológicas opresivas o/y sectarias. Si de lo que se trata es de presupuestos económicos participativos, entonces hablamos de otra cosa. Cada individuo podría destinar sus impuestos o una parte de ellos a la entidad social que cada cual considere oportuna (justificando el pago con un recibo). Sin privilegios, cada uno a quien considere oportuno, y, sin discriminaciones, a las entidades sociales que cada persona considere de interés comunitario.