Maroto I, el «mal verso»
Hace varias semanas que se hizo público un estudio a nivel europeo sobre la violencia contra las mujeres. En él se decía que cerca del 30% de las mujeres en Europa habían sufrido o estaban sufriendo agresiones machistas; esto es, unos 62 millones de mujeres.
(Si hacemos la lectura inversa, a nosotras nos dice que cerca del 30% de los hombres en Europa han agredido o están agrediendo a las mujeres; esto es, unos 62 millones de hombres). Y aquí no pasa nada; y tú no te rasgas las vestiduras por ello! ¿Quizás no se entienda que 1/3 en Europa significa 1/3 en el Estado español?, 1/3 en Euskal Herría?, 1/3 en Álava?, 1/3 en Vitoria-Gasteiz? (Aunque las extrapolaciones no son buenas en muchos casos, y este será -sin duda- uno de ellos).
Hace una semana escasa, nos enteramos del primer asesinato machista en Euskal Herria en este 2014 (y en poco más de dos meses se suman 17 o 18 en el conjunto del Estado español; un alarmante aumento de la violencia machista). Pero, en esta ocasión, tú tampoco te rasgas las vestiduras! (¿Hay minutos de silencio por ella?; ¿hay banderas a media asta por ella?; hay calles o plazas en recuerdo de ella? de ellas?, de todas las asesinadas...?).
El pasado 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, publicaste en tu cuenta de twitter: «Los que han hecho esto son unos desgraciados. Ya está dicho. Estoy harto de ser políticamente correcto» (colgado en twitter el 8 de marzo a las 9:21).
Vaya, ahora sí!; ahora te rasgas las vestiduras! Pero ese comentario no lo has colgado en tu cuenta por el constante goteo de mujeres asesinadas; lo has colgado porque se arrojó pintura sobre el monumento de la ‘Batalla de Vitoria’. ¿Te importa más un monumento -aunque sea ese- que la vida del 52% de la población de tu ciudad? (Entendemos que no, aunque den ganas de hacer esa lectura).
Y aunque no deja de ser nuestra opinión, creemos que alguien como tú, el Sr. Alcalde de Vitoria-Gasteiz, que milita en un partido homófobo, lesbófobo y tránsfobo -más allá de las actuaciones y simpatías personales dentro del mismo-, en un partido pro nuclear, pro fracking, que quiere privatizar la sanidad -condenando a muchas personas a no poder pagar tratamientos que aseguren su vida-, que quiere penalizar el derecho de las mujeres a su propio cuerpo -condenando a muchas a morir mientras lo ejerzan en condiciones nada deseables-, que está regalando le educación a una secta -para ideologizar a la población-, que quiere acabar con la justicia universal, que ve a las personas migrantes como enemigos, que ha vendido los derechos sociales y se ha vendido al capital olvidándose de que estar en el poder no es aprovechar la situación para hacer una sociedad «a su imagen y semejanza», sino gobernar la que ya existe y está estructurada; que alguien así, creemos nosotras, está traicionando todos aquellos valores que hacen que un vida sea digna de ser vivida.
Y sobre la acción en el monumento (que nos dispersamos), pues lo sentimos -bueno, no lo sentimos; solo es un forma retórica de hablar-, pero a nosotras nunca nos va a representar un homenaje a una guerra; a pesar de que sea la imagen de la ciudad que vendáis para atraer el turismo, o como opina ‘BatallaDeVitoria' -también en tu cuenta de twitter- «representa un acto que encumbró a toda la ciudad en Europa». Bien sabemos que la barbarie no encumbra; es un mal trago que hay que digerir.
Lo que pensamos es que si algo sobraba de esa plaza cuando se hizo la reforma, era precisamente el monumento. Sobraba antes, sobra ahora, y sobrará siempre!
Y no nos molesta que lo hayan «ensuciado». De hecho, esa acción nos parece que expresa mejor lo que sentimos muchas personas. Y mientras alguien decide quitarlo de ahí (el monumento), diríamos más; diríamos que nosotras también lo ensuciamos con esa pintura morada; diríamos que, si no se nos cree, nos autoinculpamos de la acción. Y les diríamos a las personas acusadas: no os dejéis intimidar!, estamos con vosotras! Y les diríamos a quienes están cerca, y a sus madres, y a sus padres, que cuenten con nosotras para hacer que el peso de la represión se diluya entre muchas y no resulte excesivamente oneroso para nadie.
En fin Maroto, que si bien es cierto que dicen de ti que eres «un verso suelto», porque tu vida y en tu vida no «comulgas» con muchas de las ideas que propugna el P.P., lo que nosotras entendemos es que no eres ese verso suelto -que queda también como imagen pública- sino «un mal verso, en un pésimo poema» (o si alguien lo prefiere «un mal verso, en una Puñetera Pesadilla»).
Se tú quien decide quitar ese oprobio -esa deshonra- de mitad de la plaza!