Por ejemplo, según un estudio encargado por la Federación Española de Municipios y Provincias, se recoge que, en general, el grado de satisfacción de la ciudadanía con los Ayuntamientos es superior al 60 %, dándose la circunstancia de que las Comunidades de Navarra y Asturias son las que obtienen mejor valoración.

Antes de la crisis se construyeron numerosas instalaciones Municipales con la ayuda del Gobierno de Navarra, algunas, como escuelas de música o Centros de 0 a 3 años, con el compromiso del Gobierno de mantener las subvenciones para su funcionamiento. Sin embargo, en estos últimos años tan complicados económicamente, los Municipios han tenido que enfrentarse a cambios de criterio del Gobierno de Navarra. Por ejemplo, con los Centros de 0 a 3 años, el Gobierno decidió  incrementar los requisitos que tienen que cumplir dichos Centros para cobrar la ayuda e incluso trató de reducir su aportación de forma genérica. Otro tema a destacar es la continua caída de recursos que reciben los Municipios que tienen Centros de concentración escolar. Hace tres décadas el Departamento de Educación decidió cerrar numerosas escuelas rurales y llevar los alumnos y alumnas de estos Municipios pequeños a poblaciones más grandes, mientras que en otros países, como por ejemplo en Francia, se mantienen la mayoría de las escuelas rurales. Inicialmente el Gobierno de Navarra se comprometió a pagar el mantenimiento que suponía el traslado de estos nuevos alumnos y alumnas a los Centros de concentración escolar. Con el tiempo esta responsabilidad económica asumida por el Gobierno ha ido decayendo, siendo los Municipios cabecera los que han tenido que ir cubriendo la reducción de las ayudas, llegando en esta última legislatura a querer desentenderse el Gobierno de estos gastos y ha tenido que ser el Tribunal Superior de Justicia de Navarra quien corrigiera en parte esta irresponsabilidad.

Otro tema pendiente y que afecta fundamentalmente a los secretarios de Ayuntamientos de menos de 2 000 habitantes e interventores de Municipios menores de 3 000, es que en Navarra solo pueden ser contratados de manera interina hasta que se resuelva la Reforma del Mapa Local, cuando la Ley Estatal reguladora de las Bases de Régimen Local de 1985 establece que tienen que ser funcionarios. Esta situación de interinidad y que fue creada tras la aprobación de la Ley Foral de Administración Local de Navarra de 1990, supone incumplir el derecho de los secretarios e interventores a ser funcionarios, y paradójicamente los Ayuntamientos pequeños sí tienen que cumplir la Ley de Bases de Régimen Local con respecto a tener que contratar a jornada completa. A esta situación de dificultad en la gestión Municipal tenemos que añadir que tras el inicio de la crisis los Municipios no pueden ampliar sus plantillas, aunque dispongan de recursos económicos para ello.

A pesar de las dificultades, la situación económica de las Entidades Locales es considerada como buena, y así lo refleja en su último informe la Cámara de Comptos sobre el Sector Público Local, en el que también se recoge que han visto reducidos sus ingresos en un 30 % desde el inicio de la crisis.

Queda de manifiesto, y además creo que nadie lo cuestiona, que se necesita una nueva Ley Foral de la Administración Local más ecuánime y garante de los servicios que prestan las Entidades Locales, así como redefinir los criterios del Fondo de Participación de las Haciendas Locales para el mantenimiento de dichos servicios.

En breve se celebrará la asamblea de la Federación Navarra de Municipios y Concejos, donde tendremos la oportunidad de tratar de transformarla en un organismo que esté más centrado en cuidar los intereses de las Entidades Locales y para ello será fundamental que a dicha asamblea acuda el mayor número de representantes de los Ayuntamientos, Concejos y Mancomunidades que están asociadas.