Juan Carlos Poderoso
Portavoz Plataforma AP-8 Peajerik EZ

N-634: ¿aforamiento ilimitado?

Los señores Pradales y Rementeria hacen oídos sordos para salvaguardar los ingentes beneficios, 39 millones de euros en 2017, con los que seguir pagando sus megaobras como el anunciado túnel subfluvial entre los margenes de la ría bilbaína y la ampliación de la Super Sur.

El señor Pradales, diputado de Infraestructuras de la Diputación de Bizkaia, y con él el diputado general señor Rementeria, parece que, en dejación de sus responsabilidades, no quieren asumir el grave problema de la N-634 en el tramo que corre en paralelo a la AP-8. Problema que, como reconocía hace unos días el mismo señor Pradales, es su aforamiento, la cantidad de vehículos que circulan, que cuantifico en 23.000 diarios. Algo insostenible. Lo es, por orden de importancia, para los sufridos vecinos que malviven día y noche con este problema con graves afecciones a su salud y su calidad de vida, algo que vienen denunciando sin observar ninguna respuesta por parte de sus ayuntamientos ni Diputación Foral., más allá de construirles rotondas que no van al fondo del problema. Lo es para cada uno de los 23.000 conductores, más de una cuarta parte camioneros, que se ven obligados a recorrerla poniendo en peligro su integridad en un trayecto tercermundista y, sobre todo, no acorde con la Bizkaía del futuro que nos quiere vender el señor Rementeria. Lo es para el gran número de ciclistas que utilizan esta vía como tránsito para disfrutar de su deporte favorito, encontrándose con bastantes monolitos, en recuerdo a compañeros fallecidos practicando, como ellos, un deporte tan arraigado en Durangaldea. Se preguntan porqué los pomposos gastos de traer la Vuelta a España a Bizkaia, no se utilizaron para que ellos puedan pedalear en la 634 con la seguridad a la que tienen derecho.

Lo es para el territorio de Durangaldea que ofrece con esto una imagen nada atrayente para nuevas localizaciones industriales que le ayuden a fomentar su desarrollo.

Y todo ello ¿por qué? Pues por el lucrativo negocio que tiene en paralelo a la 634 nuestra Diputación Foral: La AP-8 a la que quieren que accedan los 23.000 conductores de la 634, pagando, eso sí, uno de los peajes más caros del Estado, 2,26 euros por los 16 km, por ejemplo, entre Usansolo-Durango. En una autopista cuya concesión termino hace ya 15 años, y por la que claman por su liberalización el conjunto de vecinos de Durangaldea, Ermua , Lea-Artibai. Y porque, con 31.000 coches de aforamiento para tres carriles por dirección, recuérdese que son 23.000 en la 634 en una sola dirección, la AP-8 está infrautilizada. A todo esto los señores Pradales y Rementeria hacen oídos sordos para salvaguardar los ingentes beneficios, 39 millones de euros en 2017, con los que seguir pagando sus megaobras como el anunciado túnel subfluvial entre los margenes de la ría bilbaína y la ampliación de la Super Sur, que el señor Rementeria tranquilizo a los bilbainos diciendo que: «se costeara con los beneficios de los peajes». Curiosamente estos solo salen del tramo de la AP-8 entre Ermua-Usansolo, puesto que la Super Sur, arrastra millonarias deudas y los Túneles de Artxanda todavía están pagando el rescate que aplicó la Diputación Foral, con dinero de todos los vizcaínos, hace 14 años.

Lo más sangrante de esta situación es la falta de responsabilidad de estos políticos ante tan gravísimo problema. Como si la calidad de vida de los vecinos de la N-634, la seguridad de sus conductores, la vida de los ciclistas, el futuro de Durangaldea, no son de su competencia, creen estar puestos para hacer negocio con la AP-8, como unos capitalistas más, a costa de quienes han dado en vivir al este del herrialde.

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