Néstor Lertxundi Beñaran

Nabarra: la libertad no se consulta, se ejerce

Miles de personas se manifestaron el sábado 7 de junio bajo el lema «Herri libre bat, EH erabaki», impulsadas por el colectivo Gure Esku, con el apoyo de EH Bildu, los sindicatos ELA, LAB y otros actores que reivindican el derecho a decidir. Sin embargo, este derecho se presenta con ideas confusas, símbolos contradictorios y una narrativa que, lejos de recuperar la soberanía política, la diluye en un simulacro de libertad.

En las pancartas publicitarias de la tierra de Ipuzkoa, por lo menos en Beterri, aparece una ikurriña, con su cruz del Santo Cristo y el aspa verde de San Andrés −símbolos inquisitoriales por excelencia− ondeando como emblema de un supuesto proyecto vasco, mientras la bandera legítima del estado ocupado de Nabarra permanece oculta, detrás de esta, ignorada y directamente sustituida por intereses ideológicos ajenos a la verdad histórica.

El derecho a decidir no se consulta, se ejerce. Y ese derecho se llama derecho de autodeterminación.

En este punto, conviene recordar las palabras de Telesforo Monzón:

«A Nabarra le corresponde estar y ser (egon eta izan). Nabarra es Nabarra. Nabarra comienza en las playas del Cantábrico, que es el mar de Nabarra. Nuestra lengua es la lingua navarrorum y el arrano beltza da sombra a todos los vascos de la tierra. Iruña, origen de los baskones, es la capital de Euskal Herria, es decir, de Nabarra».

¿Qué es Euskal Herria? ¿Qué es «herria»?

El término «Euskal Herria», acuñado por Axular en el siglo XVII, alude a la tierra del euskara, no a una nación ni a un estado. «Euskal» se refiere al idioma vasco, y «herria» en su uso original significa tierra −como en Goierri, Txorierri, Nabarreri... No es sinónimo de «pueblo», como se ha tergiversado en la neolengua del euskara batua, una lengua modernizada y profundamente castellanizada tras el levantamiento militar del 18 de julio de 1936.

Hoy en día, términos como Herria, Aberria, Nabarra, Buru-jabe y muchos otros han perdido su significado original y se utilizan de forma equívoca para alinear, manipular y desinformar.

Decir «Herri libre bat» es una contradicción: lo que se quiere decir es «un pueblo libre» o «un estado libre», pero no se usa el término que corresponde: «Estatu libre bat». «Herria» no significa pueblo en el sentido jurídico-político. Hasta el siglo XVI, «herria» se refiere a la tierra, mientras que «uría» (leído «iría») o «iri» designan una ciudad o villa, «Iruñ» significa ciudad e «ruña»; la ciudad.

¿Dónde está la Real Academia de la Lengua Vasca?

¿Qué hace la autodenominada Euskaltzaindia para preservar estos significados originarios? ¿Cuál es su papel real en el desmantelamiento de las lenguas vasconas? ¿Por qué permite o promueve una estandarización que elimina matices, contextos y realidades lingüísticas profundamente arraigadas en nuestras casas, valles y montes?

La respuesta es clara: se está utilizando el idioma como instrumento de alineamiento político, no como vehículo de memoria histórica ni de liberación cultural.

El sujeto político de Euskal Herria es Nabarra.

En lugar de reconocer que Nabarra es un estado ocupado, los dirigentes de esta manifestación eluden la verdad. Se solidarizan con Palestina, pero ocultan que Nabarra también es un estado ocupado por España y Francia, con ejército, guardia civil, policías nacionales, forales, ertzainas, municipales... ¿De verdad creen que se logrará la independencia mediante sufragio universal en un territorio ocupado?

Una consulta organizada bajo ocupación no es ejercicio de libertad, es un acto de sumisión. ¿Qué ocurrirá si gana el «no»? ¿Quién asumirá entonces que Nabarra está ocupada? ¿Qué legitimidad tendrá un movimiento que ha pedido permiso para ser libre?

Lo que se esconde tras estos actos es el mantenimiento del régimen español, del sistema electoral español, y de una ideología amaestrada desde la infancia.

Jóvenes educados en una visión distorsionada, clasicista y sectaria, donde Nabarra ha sido borrada del mapa político, cuando es el único estado europeo legítimo que representa los derechos culturales y políticos de Euskal Herria.

La libertad no se consulta, se ejerce

La autodeterminación no se pide: se ejerce.

No se somete a votación la libertad.

No se sustituye un estado ocupado con lemas vacíos ni banderas impuestas.

Nabarra es, y será, el sujeto político del pueblo vasco.

Salud, osasuna.


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