Iulen Lizaso
Colaborador social

Negocio incinerador

Facua en agosto nos advertía sobre abusos de empresas eléctricas: «un lobby que viene dictando las políticas energéticas en España»… debido a lo cual han conseguido que la luz en los ocho años de crisis haya subido el doble que en la Unión Europea.

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) informa sobre la multa que pende sobre empresas de recogida de basuras por: «mantener durante al menos trece años un cártel en el sector de la prestación de servicios públicos urbanos que afectó a todo el país. Se trata de una de las mayores multas del ‘superregulador’ y uno de los mayores y ‘más complejos’ cárteles detectados en los últimos años».

Son dos sectores oligopólicos de gran influencia en las cabezas de los partidos políticos tradicionales por su elevada cifra de negocio institucional y en concreto en la recogida de basuras y producción de energía eléctrica a partir de la combustión masiva de residuos en plantas incineradoras.

La empresa público-privada Zabalgarbi S.A. presta este servicio público en la CAV, restringido al territorio de Bizkaia. Al estar constituida en un 65% por empresas privadas que cotizan en el IBEX-35, su actividad productiva la mantiene con ánimo de lucro.

Su socio mayoritario en enero fue multado con 16,88 millones de euros por obtener beneficios ilícitos con las basuras y contratos amañados; cálculo basado en parámetros que establece la Ley, a pesar de que según el CNMC: «el perjuicio económico causado seguramente ha sido superior».

Países europeos que incineran basuras lo hacen para reducir el volumen de las mismas y a su vez suministrar agua caliente (ACS) y/o electricidad, pero entendido como servicio al público y no como negocio. Valorizar economías privadas a costa de quemar y destruir materiales transformables para su reutilización es una entropía, pues exige la extracción de nuevas materias primas, el abuso de agroquímicos, contaminación del medio… sin apenas generar empleo. El nuevo Reglamento del Parlamento europeo de julio de 2015 es muy exigente, y con carácter vinculante para 2020 penaliza esta práctica y obliga a recoger separada la materia orgánica… en las antípodas de la nueva Ley del Gobierno de Gasteiz de marzo de 2015… todo voluntarismo.

Son algunas razones por lo que pudiera darse la paradoja de que aun siendo negativo el balance energético de Zabalgarbi S.A. su balance económico sea muy positivo, pues cobra por dos vías al incinerar un mismo material: a los ayuntamientos, 67 euros por tonelada, y de la administración pública, 19 euros de prima por generación eléctrica «renovable» por la misma tonelada… muy goloso y para toda la vida. Acicate económico que desincentiva el reciclado dejando el compostaje de cenicienta, pues esos 20 millones al año en primas por generación, en Bizkaia dan para muchos… y tampoco allí podía faltar Kutxabank como socio.

Anteponer intereses económicos de pocos a la salud de las personas y el medio ambiente es inmoral, y si se trata de un servicio público es práctica incívica, antidemocrática y prevaricación. Hasta sucio, cuando la prensa en estos cinco años ha aplicado censura hasta en lo más nimio en este tema. Blindaje mediático en lo relativo a lo político-económico entre el lobby, la casta y el cártel, y censura cobarde y manipulación de datos en lo técnico-operativo entre la casta y la prensa.

Encaramados a su pedestal de poder, abusan de publirreportajes de pago, pero a su vez se sienten incapaces, no solo de promover un debate público como se hizo con el puerto exterior de Pasaia, sino de acoger en sus páginas de opinión toda discrepancia de calado, ante el temor de que se pudiera desenmascarar ese montaje a tres, en particular con el señuelo del 5º contenedor y su ineficacia por falta de corresponsabilidad ciudadana… las futuras sanciones de la UE ¿las pagaremos a escote, como pretendía Denis Itxaso con San Marcos?

Markel Olano asegura que «la única salida para resolver el problema de las basuras y gestionar la fracción resto es la construcción de una incineradora». Carlos Ormazabal entonces, como hoy el Sr. Asensio, aseguran: «solo se incinerará lo no reciclable ni compostable», pero nunca responden a: una bolsa casi llena de materiales reciclables ¿no es toda ella «no reciclable» si contiene materia orgánica fermentable?... aquí está la razón de demonizar el fantasma del puerta a puerta.

Este es el segundo señuelo del PNV con quienes quiere llevar a engaño al promover sistemas de recogida apropiados para asegurarse combustible para la empresa Zubieta S.A… a no ser que sea sin ánimo de lucro. Lo que no hay duda es que con los mismos socios de Zabalgarbi S.A. se verán obligados a incinerar como mínimo el 60% de plásticos, papel, cartón y neumáticos y el 80% de la materia orgánica (biomasa combustible tras el biosecado en la planta TMB a un enorme costo energético), ya que de otra manera no hay reparto de beneficios entre el accionariado de FCC y Kutxabank… ni engrase a las puertas giratorias.

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