Fermin Gongeta
Sociólogo

No es lo mismo predicar que dar trigo

Lo sensato, lo creativo, lo único que puede cambiar el poder y la sociedad, aparte del voto, que en ocasiones resulta contraproducente, es la acción directa, el juicio incesante y el compromiso ciudadano, el control de las instituciones.

«Los hechos que han juzgado, se circunscriben a las elecciones del 2003 en los ayuntamientos de Pozuelo de Alarcón y Majadahonda, dos localidades madrileñas de los más de 8.000 ayuntamientos que hay en España» ha argumentado el partido de Mariano Rajoy en un comunicado. «A este respecto del Partido Popular nacional no puede conocer los gastos extra contables en los que incurra algún candidato a título individual» ha añadido. Y ha explicitado: «El Partido Popular en ningún caso conocía los hechos. El partido popular ha cumplido y cumple con su compromiso en la lucha contra la corrupción y ninguno de los condenados por este proceso está ya en el partido. Ningún miembro de la dirección actual, o direcciones pasadas ha sido imputado en esta causa, y algunos acudieron al juicio como testigos, lo que acredita una absoluta falta de responsabilidad en los hechos juzgados» (Europa Press, 24/05/18).

Una vez más las palabras publicitadas por el activista político no coinciden en absoluto con la realidad de sus hechos.

Es la forma de actuar de quienes nos gobiernan. En este caso flagrante el gobierno español del PP

En cierta ocasión pregunté a mi abuela:

- Abuela, ¿hacia dónde mirar las vacas mientras pacen?

-Hacia el norte –me respondió sin mirarme–. Los políticos siempre miran hacia su norte, el dinero. ¿Me preguntabas por eso no? –dijo sonriendo sin dejar el ganchillo.

Soy consciente de que, de alguna manera, todos actuamos según nuestros egoístas y defensivos impulsos vitales.

Luego, nos justificamos ante los demás, para aparecer como honrados, inteligentes y generosos. Es nuestro natural. Y esto se ensalza y engrandece en los poderes políticos, sobre todo en el reino español, sean actuales o candidatos.

Es un atavismo que se transmite de generación en generación desde la noche de los tiempos. Sí, son como las vacas; su único pienso es el dinero.

Recuerdo que hablando un día con Juanjo Galba, yo mantenía que los políticos a los que «elegimos» actúan de una forma permanente y egoísta, buscando su enriquecimiento… Cuando gobiernan dirigen todo su ser, su cuerpo y su mente, irresistiblemente siempre hacia el dinero.

-Sí, pero cuando se expresan y nos hablan, en los periódicos o en la tele, parecen curas predicando el amor y la entrega a los demás.

-De acuerdo, –le dije.

Y Galba prosiguió…

-¿Conoces lo que hizo Hitler en Alemania?

- Sí claro, y en toda Europa en todo el Estado español, en muchas ciudades, lo mismo que en Gernika.

-Pues busca un libro, su libro "Mein Kampf" (mi lucha), y verás lo que describió como pensamiento propio, que luego lógicamente no aplicó –Juanjo echó una carcajada–. Como ahora hacen todos los políticos… Sobre todo los del PP. Del nacional socialista al nacional populista.

Y al llegar a casa me hice con el "Mein Kampf". Leí, me aluciné y copié:

«Establecer mejores condiciones para nuestro desarrollo a base de un profundo sentimiento de responsabilidad social, aparejado con la férrea decisión de anular a los depravados incorregibles».

«Es absurdo y falso afirmar que el movimiento ‘sindicalista’ sea en sí contrario al interés patrio. Si la acción sindicalista tiende y logra la mejora de las condiciones de vida de aquella clase social que constituye una de las columnas fundamentales de la nación, obra no sólo como no enemiga de la patria o del Estado sino ‘nacionalistamente’ en el más puro sentido de la palabra».

«Mientras existan entre los patrones patronos individuos de escasa comprensión social o que incluso carezcan de sentimiento de justicia y equidad, no solamente es un derecho sin un deber el que sus dependientes, representando una parte de la nacionalidad velen por los intereses del conjunto rente a la codiciada o el capricho de uno solo».

Me pareció estar leyendo párrafos de Louise Michel en el exilio. «El carcelero… sabía ser cruel, a la vez que intentaba mostrarse cortés».

La realidad, contraria al pensamiento de Hitler, como la de una gran mayoría de políticos, se me imponía, al igual que sus acciones.

En la clase política lo mismo en la Presidencia del Gobierno español como en los más sencillos ayuntamientos, los dirigentes del nacionalismo populista –PP– a su antojo buscando su propio beneficio económico, y justificándose luego con palabras complacientes, y amables.

La realidad de las relaciones del poder con los subordinados es de una dureza extrema.

¿Tendrá algo que ver todo esto con una maléfica y arcaica influencia confesional? –me pregunto.

Revisando párrafos, en las enseñanzas del nazareno, por lo general, sólo se leen y oyen palabras lisonjeras y bonachonas, según sus historiadores… Pero a estos también se les escapan frases del maestro tan duras como dictatoriales.

«Os digo que a todo el que tenga se le dará; pero al que no tenga aun lo que tiene se le quitara» escribió Mateo.

«Pero a aquellos enemigos míos, los que no quisieron que yo reinara sobre ellos, traedlos aquí, y matadlos delante de mí» señaló Lucas.

Pero también se dirigió a los falsos: «Raza de víboras ¿cómo podréis vosotros hablar cosas buenas siendo malos?».

Esto me certifica que pensamos sencillamente autorizando y justificando nuestras acciones. Y que el poder, únicamente intenta y busca sumisión ciega y obediencia.

Me resulta duro para mí mismo.

Fue, otro grande como el nazareno, Napoleón, quien tras leer el libro "El príncipe" de Nicolás Maquiavelo escribió: «el fin justifica los medios».

Quería justificarse plenamente de sus acciones. Pero se equivocaba en cuanto a la bondad de sus fines y sus medios empleados. Porque no se trata del fin que dicen perseguir los políticos, sino del fin que orienta todas sus conductas, ansias de posesión y de insatisfacción de dominio absoluto sobre el pueblo. Y ese fin no justifica ninguno de sus medios empleados.

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Pero escribir… escribir, es fácil hacerlo cuando se está sentado cómodamente frente a una mesa. Cuando no se está sin trabajo –más de 200.000 en el país vasco. Cuando no se soporta el egoísmo de una reducción de jornada y de sueldo, con expectativas de paro. No es difícil emborronar cuartillas, cuando no se pertenece al grupo de inquilinos –más de 390– forzados en cárceles de venganza odio y exterminio. Es fácil escribir cuando no se tienen que recorrer miles de kilómetros para visitar a seres queridos, familiares y amigos encarcelados.

Lo sensato, lo creativo, lo único que puede cambiar el poder y la sociedad, aparte del voto, que en ocasiones resulta contraproducente, es la acción directa, el juicio incesante y el compromiso ciudadano, el control de las instituciones.

La presencia pública y permanente de todos, jóvenes y mayores, reivindicando justicia, orden y sensatez en el gobierno. Eso es lo único que puede llevarnos, aunque sea a largo plazo a la justicia y la equidad. Retirarnos de la vida pública es condenarnos a la miseria, y lo que es peor aún, a la esclerosis tanto física como intelectual.

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