José Ángel Masa
Gasteiz Irekia

Nuestra tierra, nuestro tiempo, derecho al refugio

Ilusión, creer en el cambio, reivindicaciones, lucha por la tierra... Un dictador genocida, un grupo fundamentalista religioso que comete miles de asesinatos. Los cuerpos son sepultados bajo la tierra por la que lucharon.

No, no hablo de Siria. Estoy hablando de la II República, estoy hablando de nuestros abuelos y abuelas; en aquella época los fundamentalistas utilizados como fuerza de choque fueron los falangistas.

Después, la siguiente generación fue criada bajo la ley del silencio; para sobrevivir, era fundamental aprender a callar y no inquietar a los caciques. La tierra seguía acumulada en pocas manos, para conseguir un jornal había que exhibirse en la plaza y esperar a que el señorito de turno dijese: tú sí, o tú no; tú hoy trabajas, tú hoy no. ¿Y de dónde sacaron ellos tanta tierra? En la cultura popular a los terratenientes se les llamaba inquisidores.

No había futuro, en el norte se podía buscar la vida, las fábricas necesitaban mano de obra.

Una amiga me contaba esta historia, la de su familia. La pregunta que nos hacíamos es si  emigrantes de aquella época no tenían mucho en común con personas refugiadas de hoy. ¿Acaso no hay siempre razones políticas detrás de la pobreza? Mientras charlábamos en un parque, mi amiga hablaba con  su hija en euskara. Luego, llegó la abuela y se puso a cantar con la nieta viejas canciones del pueblo. Mi amiga se emocionaba tanto al escuchar a la niña respondiéndole en euskara como viéndole cantar con la abuela.

Me pierdo en los debates sobre si la interculturalidad es buena o mala. La interculturalidad no es, somos interculturalidad. Siempre, todas las generaciones nos hemos movido por la tierra que pisamos y no hemos cesado de construir y reconstruir identidades.

Pero siempre hay personas que quieren parar el tiempo y alejarnos de la tierra. Un ejemplo, estas personas dicen que para ser francesa tienes que cumplir una serie de requisitos. Paran el tiempo, ya no es posible que la identidad evolucione, cambie. Ser francesa es esto y nada más. Niegan que la actual definición de francés (la que ellos manejan) no es más que la mezcla y evolución de diferentes identidades a lo largo de los siglos. Y lo peor de todo, si no cumples esos requisitos, no vas a tener los mismos derechos.

Ahora, los que paran el tiempo y nos alejan de la tierra, han puesto alambradas y levantado muros, impiden el paso a miles de personas que huyen de la guerra. Dicen que son un problema económico, o de seguridad, que no les podemos admitir. Huyen de lo mismo que huyeron nuestros abuelos y abuelas, y quizás también nuestros padres y madres.

Queremos que vengan; queremos escuchar a sirios laicos que se alzaron contra Bashar al-Ásad pidiendo derechos; queremos conocer a iraquíes musulmanes o cristianas que han vivido la violencia de los diferentes actores armados; queremos que vengan personas de Malí y nos expliquen por qué las tropas francesas están desplegadas allá dónde hay uranio; queremos hablar con nigerianas para saber si el petróleo de su tierra tiene que ver con la guerra que sufren.

Probablemente, conversando con ellas, nos enteraríamos que atravesando todas estas identidades hay una gran religión. Religión venerada por las personas que paran el tiempo y nos alejan de la tierra. Es la religión del máximo beneficio.

Los que paran el tiempo y nos alejan de la tierra tienen una estrategia clara, van a por los recursos que se resisten a occidente y se encuentran en Irak y Siria. Y, de paso, se van acercando a Irán y ponen en su sitio a China y Rusia. Es así, la sabia de la gran religión es la guerra, con la guerra pueden usurpar recursos y ampliar mercados.

La OTAN es el brazo armado de la religión del Máximo Beneficio. Pero no es sólo con bombas, también sabe crear grandes proyectos como el TTIP; se cargarán leyes que protegen la tierra, derechos laborales, privatizarán servicios públicos... La gran religión no se puede detener, es una enorme bola que necesita los recursos de la tierra y  los derechos de las personas que la habitamos.

En Francia los tres principales partidos, Le Pen, Sarkozy y Hollande, están de acuerdo en lo fundamental: más guerra, más muros y más TTIP. El tripartidismo que nos va a tocar sufrir (PP, PSOE y Ciudadanos) también está de acuerdo en estos tres ejes. Estos seis políticos quieren parar el tiempo, decirnos quién tiene derecho (y quién no) a pasar el muro, poniendo fronteras en el desarrollo de nuestra identidad. Quieren alejarnos de la tierra, convencernos que en el centro está la religión del Máximo Beneficio y que las personas y la tierra somos algo secundario.

Esta tarde, a las 18.30, únete a Gasteiz Irekia, vamos a lanzar un grito desde la tierra que habitamos y nos conecta con los que están al otro lado del muro.

Queremos que no mueran más. Queremos que cese la guerra. Queremos que se cumpla el derecho de asilo. Queremos decirles que habitamos la misma tierra y que son parte de nuestro tiempo.

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