Nuevo (¿o viejo?) escenario
Operando con una visión global, parece que estamos en una política tecnológica desbocada, orientada al mercado e impulsada por multinacionales que se sustraen al control del Estado, difuminando al individuo y convirtiéndolo en objeto de consumo total. También en otra política de carácter disciplinario-autoritario, dirigida desde Estados que ejercen un control que arriesga a ser total sobre la sociedad. Y en una creciente imposición cultural y mediática en la que se expone −y sobre todo se limita− aquello que debe ser entendido y asumido por el conjunto de la sociedad. Así, la identidad del ser humano tiende a ser definida y también entendida como la expresión de la cosificación y objetivación
Escenario que conduce a que el objetivo principal desde la sociedad no es la conquista del poder a través de la movilización de las masas, habida cuenta su inmovilización establecida desde el poder, quien las dirige a devolverlas y situarlas en un estado de autolimitación solidaria
Progresivamente, la relación entre sociedad y poderes políticos se mueve −no se mueve− en el vacío. En España (no en Euskal Herria) se construye ese vacío a través determinados discursos y consignas de los correspondientes políticos. Un ejemplo relevante son los mensajes de la Ayuso logrando la relación vaciada proveniente del éxito de la acción política de la derecha en el conjunto de la población. Los insultos y disparates de Ayuso y por supuesto todos los demás del PP y de Vox (lo que pasa que los de la Ayuso mezclando radicalidad y majadería, funcionan mejor), son vividos, sentidos, interpretados por amplios sectores de la sociedad como que, por el contrario, los mensajes generados y elaborados por y desde la democracia... Son políticas difusas, si no corruptas. Al tiempo creen casi exclusivamente que lo único que tienen que hacer los ciudadanos es votar al partido de derechas o ultraderecha correspondiente. Porque a ellos, y solo a ellos, les van a dar a mejores condiciones de vida y aumentos económicos.
Desde el espacio político, el insulto y desprecio de los políticos de derecha y ultraderecha conduce al convencimiento en sectores muy extensos de la población de qué determinados políticos deben desaparecer y en algunos casos ser encerrados. Además, les convencen de que deben votar a los expertos en insultos. Solo unos deben ejercer el poder y ejercerlos como ellos y solo ellos han decidido hacerlo y los votantes serán los únicos y verdaderos beneficiarios de ese nuevo poder
Por tanto... relación vaciada. El contenido de la relación entre organizaciones sociales o ciudadanos sin más, por un lado, y el poder político por otro, no es −no puede describirse− como grupos, movimientos, discursos, propuestas individuales o colectivas practicadas y dirigidas a lograr transformaciones políticas sustanciales en el Estado
Pero algo se mueve. Continuamente recibimos noticias de movilizaciones en diversos pueblos y ciudades; demandas de viviendas, de trabajo, de sanidad, etc. Hay movilización, aunque como tal no genera situaciones y decisiones políticas que impliquen transformaciones sustanciales. También crece la movilización a través de muchos jóvenes españoles que se están derechizando. Así lo dicen los datos. Los españoles de entre 18 y 29 años se ubican más a la derecha que nunca en los últimos 40 años. Aunque afortunadamente están apareciendo cambios juveniles desde la izquierda. Grupos, movimientos colectivos que aunque limitados, cuestionan y actúan frente al poder político, en el espacio político y contra el sistema político. En esta línea está creciendo la movilización de jóvenes dirigida a lograr democracias abiertas y correspondientes transformaciones generales. Crece su participación y en ocasiones logran protagonismo en movilizaciones dirigidas a transformaciones educativas. Las condiciones de trabajo y vivienda está exigiéndose desde su acción colectiva, ampliándose asimismo su presencia en movilizaciones y aun confrontaciones de carácter internacional; léase su lucha contra el genocidio en Gaza.
Sin embargo, la información dominante en su vida para la gran mayoría de la población está concentrada en escuchar bondades o maldades de los diversos partidos políticos. Cada vez más resulta más marginal, más raro y más exótico que un partido político se dedique a distribuir en el conjunto de la población un programa diciendo qué es lo que debe hacerse, cómo va a hacerse y quiénes deben los beneficiarios de esa decisión. Si el vaciado funciona en las cuestiones fundamentales, es porque no existe una relación operativa entre los ciudadanos −y sus conjuntos y movimientos− con el poder político. Ese vaciado es el que concede a partidos políticos, instituciones y poder político en general, la ventaja, la no necesidad, de explicar el porqué y cómo se va a llevar a cabo cambios sociales, laborales, sanitarios, etc. No necesita hacerlo porque parte del supuesto (lamentablemente acertado) de que en la práctica casi solo va a movilizar a los ciudadanos con la calificación/insulto del otro partido o exaltación moral de su partido. Así lo hacen
Habría que considerar es hasta qué extremo están creciendo movilizaciones de origen y nacimiento limitado, así como la aparición de algunos movimientos sociales −muchos rústicos, otros aliados entre sí− que parecen lograr efectos internos en las instituciones políticas. Crecimiento que podría lograr discursos y propuestas (y aun resoluciones) políticas de cambios sociales diversos.
Por supuesto afirmar que en nuestro caso −en Euskal Herria− la situación, el proceso, la relación... Son afortunadamente distintas. Aquí no funciona ni existe el modelo descrito de vaciado −modelo por otro absolutamente operativo en España− en el que el triple contexto económico, político y cultural y su imposición han logrado que la sociedad en su conjunto haya desistido, y no haya considerado necesario, el establecer una relación estable y organizada con el poder político para considerar con el mismo la conveniencia o no conveniencia determinados cambios políticos. En nuestro caso existe una mayor relación a través de distintos movimientos, organizaciones, etc. que podríamos decir, impiden ese protagonismo excluyente de los poderes económico, político y cultural. Además, recordar que en nuestra nación existe una cultura social, participativa y de estrategias protagonistas. Una cultura presente a lo largo de la historia y en algunos casos, en algunos momentos, hoy dominante. Que así sea.
Cierro con el acontecimiento de día 20 de año 2025. 50 años desde la muerte de Franco. Maravilloso día. Porque palmó y también porque ese día 20, yo iba a ser juzgado por el Tribunal de Orden Público. El presidente del Tribunal, que también era un radical dictador y al que mataron al cabo de unos años, me hizo saber antes del juicio que mi conducta de ayuda como abogado a los presos políticos, era intolerable, con lo cual el riesgo de condena (3 años de cárcel) del día 20, era evidente. Pero Franco paso a peor vida ese día. Se suspendió el juicio y se acabó el asunto. Maravillosa muerte.
Pero lamentablemente hoy en España crece en la sociedad la tendencia a entender la política no como una negociación, sino como una guerra abierta en la que se busca no solo la derrota del rival, sino su castigo o aniquilación. Opción bélica de la política nítidamente franquista. Y el 19,6% de los jóvenes de entre 18 y 24 años crecen en sus convicciones y creen que la dictadura fue «buena o muy buena», según una encuesta reciente. O sea que la mirada y pensamiento (mitad estúpido, mitad violento) de Franco siguen existiendo.
Podéis enviarnos vuestros artículos o cartas vía email a la dirección iritzia@gara.net en formato Word u otro formato editable. En el escrito deberán constar el nombre, dos apellidos y DNI de la persona firmante. Los artículos y cartas se publicarán con el nombre y los apellidos de la persona firmante. Si firma en nombre de un colectivo, constará bajo su nombre y apellidos. NAIZ no se hace cargo de las opiniones publicadas en la sección de opinión.