Gure Esku Dago viene realizando una actividad encomiable encaminada a concienciar a la ciudadanía sobre su derecho democrático a decidir su futuro como país, como pueblo. La última acción relevante el domingo día 10 de mayo, fue de un gran éxito de participación ciudadana.

Estimular la conciencia democrática entre la ciudadanía tiene una gran importancia para que se extiendan sus efectos, a lo lago y ancho de la sociedad. Constituye un elemento básico para regenerar y desarrollar la democracia en el país. Esta cuestión que en Euskadi, también, es necesaria, en España es primordial y urgente.

Los partidos españoles –PP/PSOE/Ciudadanos– defienden al unísono la integridad del territorio que hoy ocupa España. Lo defienden de una forma obsesiva, sin tener en cuenta las realidades nacionales, la historia y el proceso de conformación y mantenimiento del territorio. Están obsesionados por esta causa y deslizan afirmaciones gratuitas sin fundamento.

«Lo más importante de un país es la integridad territorial» (Josep Borrell-PSOE). Este hombre ya maduro y muy experto en política tanto en el ámbito español como europeo (fue presidente del Parlamento europeo, durante varios años) hace esta afirmación que no tiene nada que ver con un planteamiento democrático.

Nada más lejos de una actitud y visión democrática. Propia de actitudes autoritarias, fascistoides, militares…

La integridad de un país depende del origen del territorio, de cómo se formó y se ha mantenido en el tiempo.

Lo más importante de un país son siempre las personas, la ciudadanía y, por tanto, lo que les afecta directamente: salud/sanidad; educación; vivienda; empleo; cultura; infraestructuras, en fin, el bienestar general. Los medios para vivir dignamente todo el tiempo, en todos los ámbitos y en todas las etapas de la vida.

Un pueblo tiene derecho a definir y decidir su futuro. Nadie puede obligar por la fuerza a permanecer en una superestructura estatal. Obvio.

Los partidos nacionalistas españoles radicales y excluyentes: PP, Ciudadanos y PSOE, no entienden o no quieren entenderlo que en el estado español existen varias naciones, pueblos, patrias. Por tanto, no es correcto hablar de patria española refiriéndose a lo que hoy es el Estado español.

Los partidos políticos españoles, las instituciones en general, incluida la judicatura, las sociedades y organizaciones empresariales y sociales y la mayoría de la sociedad están ubicadas en el paradigma que denominamos a efectos funcionales V78. V de verticalidad, 78 evoca a 1978. Año de las componendas entre los diferentes agentes relevantes en concurrencia: Iglesia Católica, Monarquía, militares, partidos políticos, organizaciones empresariales y sindicales y otros agentes principalmente exteriores.

A partir de ese momento se consolida un sistema verticalista, con partidos políticos, sindicatos, otras organizaciones y elecciones públicas. Pero siempre dentro de un orden inamovible: Corona, Constitución, Ley, Jueces y Fiscales. No es posible salirse de este esquema. Estas cuatro instancias institucionales determinan la línea a seguir.

A partir de aquí se consolida el bipartidismo AP/UCD primero y finalmente PP junto con PSOE formarían este binomio, que propiciaría la alternancia en el gobierno.

Esta alternancia en el poder no ha resultado suficientemente satisfactoria para la ciudadanía en general. Y para el desarrollo democrático absolutamente nefasta. Porque los dos partidos son fieles al paradigma V78 con todas las consecuencias indeseables inherentes. Se dan aberraciones como que no se admite el derecho a decidir de los pueblos. Ahora mismo de Catalunya y Euskadi.

Sobre el replanteamiento del estatuto en Euskadi se hacen afirmaciones endebles y sin fundamento: «no firmaremos nada que valla contra la ley».

Todos los derechos se han ido obteniendo en cualquier lugar, estando la ley en contra hasta que se reconoce el derecho.

«Hay que tener en cuenta lo ocurrido en Catalunya». Hay que ser cortito para nombrar la bicha. La vergüenza de lo actuado en Catalunya por parte del gobierno de España. que debe evitar a toda costa el gobierno de Sánchez.

A este respecto Idoia Mendia (PSE/PSOE): «en ningún momento queremos repetir el error cometido en Catalunya. Ya hemos visto como ha acabado eso en Catalunya y no lo queremos para Euskadi».

Y ¿quién quiere eso? Nadie quiere que aquí suceda lo ocurrido en Catalunya. Todo ello por la sin razón, la torpeza, la falta de inteligencia y sobre todo por actitudes democráticas muy deficientes del gobierno e instituciones españolas, en coherencia con el paradigma V78

La señora Mendia tiene ahora la ocasión de tratar de persuadir a su compañero de partido Pedro Sánchez, presidente del gobierno español, para que propicie la celebración de un referéndum en Catalunya como lo quieren las instituciones catalanas. Que en Euskadi respete escrupulosamente lo que deciden los representantes del pueblo: el Parlamento.

Además, la señora Mendia aprovecha siempre para recordar que a ellos (PSE/PSOE) les interesa el bienestar de la ciudadanía, es decir, lo mismo que proclaman todos los partidos políticos.

Los partidos abertzales PNV y EH Bildu defienden inequívocamente todos los aspectos relacionados con el bienestar de la ciudadanía y lo demuestran día a día. Paralelamente defienden, como no podía ser de otra forma, el derecho a decidir del pueblo vasco. Esperamos que esta entente entre los partidos mayoritarios del Parlamento vasco se mantenga en el tiempo hasta lograr el objetivo final.

Precisamente lo ocurrido en Catalunya lo dice claramente, en lugar de admitir con naturalidad un referéndum en el cual la ciudadanía catalana se pudiera definir claramente como pueblo, el gobierno español niega la posibilidad de realizar el referéndum. Luego vinieron las consecuencias altamente indeseables provocadas principalmente por las decisiones del gobierno español. Estos gobernantes de España del V78, además de ser verticalistas nacionalistas excluyentes, son poco inteligentes y torpes, siempre lo han sido. Si se hubiera acordado el referéndum es probable, en base a los datos conocidos, que hubiera salido el resultado como en Escocia, en contra de la independencia.

Si no se cambia de paradigma va a ser muy difícil resolver y superar satisfactoriamente el caso catalán y el vasco.

Y otras cuestiones relacionadas con el desarrollo de la democracia que deben insertarse claramente en una profunda modificación de la Constitución, que requiere innumerables cambios fundamentales.

Este cambio va a resultar muy complicado. La ciudadanía en general, los políticos, los líderes sociales, los miembros de la judicatura, militares, policías, eclesiásticos, empresarios… En fin, toda la sociedad en su conjunto está impregnada del paradigma V78. Se puede afirmar que innumerables personas de todos los ámbitos están codificadas mentalmente en este paradigma. Lo cual complica sobremanera liberarse de ello. Sin embargo, es indispensable para el desarrollo democrático y para homologarse a los países más avanzados en esta área.

En este aspecto el PSOE y Podemos junto con los partidos periféricos de Catalunya y Euskadi, podrían impulsar la consolidación del nuevo paradigma, que, a efecto funcionales denominamos HDI o sea, Horizontalidad, Democracia Integral. El presidente de gobierno Pedro Sánchez ¿será capaz de llevar a efecto esta dinámica? Muy difícil. Tiene que realizar una especie de auto metamorfosis, pero si lo hace, pasara a la historia.

Impulsar acciones relevantes. Como por ejemplo: la exhumación del dictador Franco; la eliminación muy amplia del sistema de aforamiento; reconocimiento del derecho a decidir en Catalunya y Euskadi; colocar la integridad territorial de España en su justo lugar…

Todo ello con una gran contestación por las derechas españolas y todas las instituciones ubicadas en el paradigma V78. Sin embargo, el impacto en la ciudadanía será muy importante y constituirá el impulso hacia el nuevo paradigma HDI

Si Sánchez actúa de este modo, finalmente arrasara en las próximas y consecutivas elecciones.